A Raúl Ferrer Pérez puede nombrársele de muchas maneras: poeta, luchador, comunista, hombre de bien, guajiro de humor criollo, bailador incansable, pero la palabra que lo retrata de cuerpo y alma es la de MAESTRO, así, con letras mayúsculas.
Su aspiración de ser médico se vio frustrada debido al cierre de la universidad por el gobierno de Gerardo Machado y comenzó a trabajar en una cuadrilla de tuberos en el central Vitoria, de su natal Yaguajay. Allí comenzó a identificarse con las necesidades de la clase obrera y se estrenó como dirigente sindical, lo que le permitiría conocer a destacadas figuras como Jesús Menéndez.
Al mismo tiempo se preparaba de forma autodidacta y en el “tiempo muerto” impartía clases a niños con escasos recursos económicos. En 1935 se graduó como maestro de Educación Física y posteriormente como Maestro Cívico Rural, y fue en septiembre de 1937 que comenzó a trabajar en la escuelita del central Narcisa.
Raúl hacía realidad el pensamiento martiano “lo hizo maestro, que es hacerlo creador” y en su labor docente utilizó métodos novedosos, los cuales hacían posible que sus alumnos asimilaran mejor los conocimientos. Solía utilizar la poesía, que él mismo decía debía servir para algo.
Creó un himno para la escuela; también canciones y adivinanzas para motivar su clase llevando siempre presente las ideas del Apóstol, cuyo busto colocaba en el centro del aula porque decía que era un hombre muy grande para tenerlo en un rincón. Ayer es el pasado en que luché / Hoy, el duro presente en que lucho / Mañana, mi futuro: ¡lucharé! es un fragmento de la canción Tiempos del verbo que compuso para lograr ese objetivo pedagógico.
Ferrer no solo se interesó por el aprendizaje académico de sus discípulos, sino también por el patriótico, la preparación para la vida y el valor del trabajo. Una muestra de esto último es que creó un huerto en el patio de la escuela, atendido por ellos bajo su orientación, y sus productos se repartían entre todos.
Una de las anécdotas más emocionantes de su trabajo en la escuelita de Narcisa es aquella en la que explicó a sus alumnos que debían dejar los zapatos en la ceiba del patio, a la que nombraba Carlos Manuel de Céspedes, porque las fuerzas telúricas del conocimiento entraban desde la tierra por los pies desnudos. Él también se mantenía descalzo y de ese modo logró que asistieran a la escuela aquellos niños que no tenían zapatos.
La poesía lo acompañó toda la vida, al principio se inspiró en sus alumnos de la escuelita rural de Narcisa, haciendo que fueran los protagonistas; allí nacieron los tan conocidos versos del “Romance de la niña mala” y “Romancillo de las cosas negras”, donde refleja la discriminación que sufre la sociedad. Esta etapa se encuentra recopilada en el cuaderno El retorno del maestro, editado en 1990.
Su escuelita era pobre pero con muchos libros, aseguró Raúl, libros entre los que se encontraban todos los tomos de las Obras Completas de José Martí. Los viernes preparaba actividades patrióticas donde sus alumnos eran los actores; y todos los 28 de enero, en homenaje al natalicio del Héroe Nacional, se hacían fiestas en la escuela, les enseñaba juegos en los que incluía frases y anécdotas martianas. Cada 19 de mayo, en el aniversario de la caída en combate del Apóstol, realizaba actividades para recordar su vida y obra, y también les comentaba fragmentos relevantes de sus cartas, fundamentalmente las que escribiera a la madre y a María Mantilla.
Desde 1948 hasta 1953, trabajó como maestro en el Colegio Bautista de Yaguajay y durante este período recibió el título de Maestro Normal en la ciudad de Santa Clara. En 1953 se estableció en La Habana y por examen de oposición logró un aula en la Escuela para Varones en La Víbora. Allí se hizo más fuerte su lucha sindical y política, por lo que cayó prisionero en varias ocasiones. Utilizó la poesía como arma de lucha por una sociedad más justa. Visitó la antigua Unión Soviética y asistió a la Conferencia Mundial de la Federación Internacional de Sindicatos de Educadores en Austria, donde denunció la pésima situación de Cuba en materia educacional.
Al triunfar la Revolución desempeñó importantes responsabilidades en el Ministerio de Educación, fundamentalmente en la Campaña de Alfabetización, para la cual trabajó infatigablemente. Entre sus aportes en este proceso puede citarse el estudio de la población –principalmente campesina– previo a la confección de las cartillas, con el propósito de que las mismas fueran lo más factibles tanto para los analfabetos como para los alfabetizadores.
La Dra. Lidia Turner, haciendo referencia a esta etapa de su trabajo, alegó que “su genio creador en la educación lo lleva a lanzar una fórmula que muchos matemáticos no sabrían descifrar: QTATA2 (que todo analfabeto tenga su alfabetizador; que todo alfabetizador tenga su analfabeto), técnica que sirvió de impulso a la campaña con su inigualable gracejo criollo”.
Luego de que nuestro país fuera declarado libre de analfabetismo, Raúl Ferrer fue designado asesor nacional de la Educación Obrera y Campesina para garantizar la continuidad de superación de los recién alfabetizados. Más tarde se desempeñó como viceministro de Educación, etapa en la que se libraron las batallas por el sexto y el noveno grados.
En 1976 publicó su libro Educación de Adultos en Cuba a petición del Comité Especial de Expertos Gubernamentales de la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco), de la que era miembro. También se desempeñó como asesor internacional de la Unesco en la Cruzada de Alfabetización en Nicaragua y director del Seminario Internacional de Alfabetización y Educación de Adultos, en la República Popular de Angola.
Entre 1981 y 1985 trabajó como Consejero Cultural en la Embajada Cubana en la antigua Unión Soviética; a su regreso encabezó la Comisión Nacional de Promoción de la Lectura, bajo el lema No le decimos al pueblo cree; le decimos: lee, idea expresada por Fidel en los inicios de la Revolución. Como reconocimiento del municipio que lo vio nacer el 4 de mayo de 1915, y que tanto amó, le fue otorgado el título de Hijo Ilustre de Yaguajay el 28 de octubre de 1990.
El modo en que sintió el magisterio está reflejado en la siguiente estrofa perteneciente a uno de sus poemas: La clase es una paloma, / en la escuela de cristal. / En el mar sería la sal / y en la flor sería el aroma. / Por la clase, limpio asoma / de los niños el lucero. / Darla bien es lo primero, / que ella resume el amor, / la vergüenza y el honor / del maestro verdadero.
Raúl Ferrer murió en La Habana el 12 de enero de 1993; en la despedida de duelo el intelectual y amigo Enrique Núñez Rodríguez significó: “De su escuelita del central Narcisa salió hacia el aula inmensa de la patria…”.
*Estudiante de Marxismo-Leninismo e Historia
Comparto con los anteriores, ya nos tiene acostumbrado la joven Doctora, y quiero hacer una anécdota de ese ilustre de las letras subi Facebook. En el programa de la radio espirituana » ACONTECIMIENTOS » del 4 de mayo del 2023 por el aniversario 108 de tan ilustre persona. Viceministros de educación en 1975 visita al politécnico Estanislao Gutiérrez Fleites, inaugurado en el mismo curso escolar. Como secretario del núcleo del partido me correspondió presentar al joven consejero de dirección ampliado: Director, Sub Directores, Scretario Docente, Administrador, Secretario de Trabajadores, Secretario de la U.J.C. Y Presidenta de laF.E.E.M. Luego de visitar las áreas del centro y dialogar con alumnos y trabajadores, Raúl Ferrer, poeta Nacional y de la Alfabetización, hace una demostración de su memoria despidiéndose de todos por su nombre en un improvisado poema. Al final me da la mano y me dice: ¿QUÉ TE PARECE ERNESTO COMO VENGO ESTE AÑO?
Excelente texto, interesante y bellamente redactado, me transmitió una gran emoción al leerlo y dignifica la profesión de educador en la obra de uno de sus principales paradigmas
Hermoso, el maestro incuestinable, amado por todos, quien dio todo su esfuerzo y su sapiencia para que, incluso quienes no tenían recursos, aprendieran y bebieran de su sabiduria.
Gracias Adriana, para mi es un HONOR haber dejado en ti esa maravillosa inclinación y ese amor hacia la Hstoria.
Tú serás de esos MAESTROS que se convierten en creadores.
Es un placer haberte conocido ybque te quedes entre mis alumnos amigos.
Felicidades mi niña, te esperan muchísimos éxitos, porque te los mereces.