Por la singularidad de un recorrido acompañado de los atractivos paisajísticos y coloniales del Valle de los Ingenios, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, la circulación del tren turístico de Trinidad es considerada la excusión estrella en el polo; pero el servicio se encuentra detenido desde hace meses en virtud de que esa formación ferroviaria recibe actualmente una de las mayores restauraciones desde que iniciara su funcionamiento a finales del pasado siglo.
Se trata de la reconstrucción capital de los cuatro coches, dado el deterioro que tenían; trabajos contratados por la Unidad Empresarial de Base (UEB) Ferrocarriles Sancti Spíritus a la Empresa de Producciones Varias de la provincia, los cuales son ejecutados por trabajadores del Fondo de Bienes Culturales de Placetas y se realizan en el taller aledaño a la estación ferroviaria de Trinidad.
Norbelia Borges Rodríguez, jefa de la Estación de Ferrocarriles en Trinidad, detalló a Escambray que en una primera etapa se reparan dos coches, que están en fase final, y después se intervendrán los restantes. Añadió la funcionaria que los trabajos abarcan también la locomotora convencional con acciones de pintura, en tanto se culminó la reparación del motor en el central Emilio Córdoba, de Villa Clara.
“Los coches tenían mucho deterioro y la máquina presentaba problemas en el motor, de ahí la necesaria reparación; se desarmaron, quedaron solo con el piso y los angulares laterales, en puro esqueleto. Se están rehaciendo con madera nueva y manteniendo el estilo colonial, con un costo que puede rondar los 5 millones de pesos o más. Tres coches tendrán capacidad para 40 clientes sentados, en tanto el que funciona como coche-bar dispondrá de 20 capacidades”, explicó la funcionaria.
Por su parte, Alberto Rodríguez Pérez, director general de la Empresa de Producciones Varias Sancti Spíritus —entidad responsabilizada con la rehabilitación— explicó que cada coche tiene una magnitud de trabajo diferente y se utiliza madera de teca para los enchapes, en un nivel que oscila alrededor de los 3 metros cúbicos para cada uno. “Es una reparación minuciosa y grande, trabajos que requieren calidad, ha sido una tarea nueva para nuestra entidad y que estamos comprometidos a garantizarla en tiempo”, destacó.
Norbelia Borges apuntó que se persigue concluir la reparación en noviembre con vistas a reanudar el recorrido del tren en la temporada alta del turismo, una aspiración entrelazada con el cumpleaños 510 de Trinidad, también declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad; se trata —dijo— de la excursión estrella del polo y la más comercializada.
Una vez el tren regrese al servicio de la operación turística, retomará la salida diaria a las 9:30 a.m., desde la Estación de Ferrocarriles de Trinidad. En su trayecto por el Valle de los Ingenios —atractivo paraje natural y exponente del esplendor económico de la región en el siglo XIX—, concibe una parada en Manaca Iznaga, también emblemático sitio patrimonial, para concluir en la hacienda Guachinango.
Cada viaje del tren turístico —perteneciente al Ferrocarril, en tanto la excursión es comercializada por las agencias de Turismo—, programa el regreso a la villa trinitaria alrededor de las tres de la tarde y, entre ida y vuelta, el recorrido alcanza los 56.6 kilómetros.
La directiva puntualizó que el tren circula con tripulación propia, cumpliendo con el reglamento de operación del Ferrocarril para su movimiento. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de reparar también un nivel de traviesas en el puente sobre el río Táyaba, cuyo estado actual puede comprometer la circulación del tren turístico cuando concluya la rehabilitación de los coches.
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