Familiares, estudiantes, jóvenes y pueblo en general peregrinaron este 6 de octubre hasta el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la Necrópolis de Colón, en La Habana, para rendir tributo a las víctimas del atentado contra el avión cubano en Barbados hace 47 años.
En el lugar se depositaron ofrendas florales a nombre del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución cubana, de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC) y Presidente de la República, del Consejo de Estado y del pueblo cubano.
Acompañaron la procesión los miembros del secretariado del CCPCC Yudí Rodríguez Hernández, jefa del Departamento de Atención a los Servicios, Jorge Luis Broche Lorenzo, jefe del Departamento de Atención al Sector Social, y Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana, junto a Yanet Hernández Pérez, gobernadora de la ciudad, Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte, y Osvaldo Vento Montiller, presidente del Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), entre otras autoridades y representantes del Partido y de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Presentes también en el acto una parte de la delegación cubana que representará a la isla en los venideros Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, quienes significaron las dimensiones criminales de ese criminal hecho y el compromiso de llevar en alto el legado de los deportistas cubanos que viajaban en la aeronave.
Recordaron además que la fecha signa el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado contra Cuba, en el que rinde tributo a los más de tres mil 400 compatriotas fallecidos como resultado de las agresiones financiadas y perpetradas desde el territorio de los Estados Unidos.
Este episodio rememora en particular el estallido en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, de las cuales ninguna sobrevivió, tras un atentado con explosivos orquestado en 1976 por los connotados terroristas Luis Posada Carriles (1928-2018) y Orlando Bosch (1926-2011), al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quienes ya fallecieron sin pagar por sus terribles actos.
Dicho acontecimiento, conocido como el Crimen de Barbados, segó la vida de los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima, quienes regresaban a su país tras competir exitosamente en el IV Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte, efectuado en Venezuela, y en total murieron 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos.
El 6 de octubre de 1976, el vuelo CU-455 de Cubana de Aviación partió desde Guyana hacia la capital cubana, vía las islas de Trinidad, Barbados y Jamaica.
Sólo nueve minutos después de haber despegado desde el Aeropuerto de Seawell, en Barbados, y a unos 18 000 pies de altura, explotó una bomba que estaba escondida en el baño trasero.
La aeronave inició un descenso rápido, mientras ambos pilotos trataban infructuosamente de llevarla de regreso a la pista pero una segunda bomba explotó en el lapso de los siguientes minutos, lo cual determinó que el avión se estrellase en el mar.
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