Trinidad acogió este 26 de noviembre el tributo a Manuel Ascunce, el joven maestro, y Pedro Lantigua, uno de sus alumnos, víctimas del odio y el terrorismo desatados por el gobierno de Estados Unidos tras el triunfo de la Revolución cubana.
En Limones Cantero, escenario de los hechos ocurridos el 26 de noviembre de 1961, una representación de espirituanos participó en el acto homenaje que ratificó los principios de justicia y amor como principales cimientos de la obra educacional, grande desde sus mismos albores; la Campaña de Alfabetización es muestra de ello.
Por ello hoy en estas montañas, educadores, alumnos de varias enseñanzas y autoridades del Partido, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas y de las organizaciones de masas enarbolaron banderas y consignas para recordar al muchacho de apenas 16 años que enfrentó con honor a sus asesinos y al campesino que lo acogió en su casa y murió junto a él.
En nombre de los educadores, la profesora trinitaria Juana Ulacia compartió anécdotas de la campaña, una verdadera proeza de las letras en Cuba y América Latina, en la cual se alistaron valiosos jóvenes y maestros experimentados en el empeño noble de instruir a todo un pueblo, sumido en la ignorancia hasta ese momento.
En la conmemoración se dio la bienvenida a un grupo de nuevos militantes de la UJC, así como fue abanderada la delegación de Trinidad a la Asamblea Provincial XII Congreso de la Juventud, cuyas sesiones tendrán lugar los primeros días de diciembre.
Como parte del tributo se desarrolló una caminata hasta el monumento que recuerda el vil asesinato y un conversatorio en la casa museo, en el que participaron estudiantes del preuniversitario Eduardo García de la ciudad y alumnos de la escuela primaria Manuel Ascunce, enclavada en la comunidad.
El 26 de noviembre, cuando los bandidos asaltaron la casa del campesino trinitario, a quien torturaron y asesinaron junto al joven maestro, se consumó una de las más viles acciones financiadas por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba.
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