El pasado 27 de septiembre se celebró el Día Mundial del Turismo en Cuba y en todo el mundo.
El origen de esta festividad se remonta a 1980, cuando la Organización Mundial del Turismo (OMT), la agencia especializada de las Naciones Unidas para promover el turismo sostenible y universalmente accesible, decidió instituir este día para concientizar a la comunidad internacional la importancia de viajar de forma responsable.
Estos retos mundiales se abordan hoy en la Agenda 2030 y se resaltan la contribución que el sector turístico en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Según datos publicados por las Naciones Unidas, durante las últimas seis décadas hasta el 2020, el turismo ha crecido y se ha diversificado de manera constante, para llegar a rincones inhóspitos del globo. Gracias a esto, se ha convertido en uno de los sectores más importantes y de mayor crecimiento del mundo y el sostén de decenas de países.
Según la propia agencia, los desplazamientos internacionales de turistas a nivel mundial se han multiplicado casi 40 veces, es decir, han pasado de 25 millones en 1950 a 960 millones en 2022. Se calcula que este sector representa el 7.6 por ciento del Producto Interno Bruto mundial y emplea al 10 por ciento de los trabajadores del planeta.
El 6 de marzo pasado, el portal Cubadebate publicaba que la recuperación del turismo canadiense, principal mercado turístico de la isla, facilitó que el país tuviera medio millón de visitantes hasta la fecha y 1.3 millones hasta julio de este año lo cual representó un crecimiento ostensible con respecto al año anterior.
Sancti Spíritus es en buena medida responsable. No solo es la única provincia que posee dos ciudades fundacionales, sino que, en palabras del titular del ramo, Juan Carlos García Granda, tiene el único polo turístico del país, Trinidad, con los tres parajes para el ocio: ciudad, monte y sol y playa.
Mientras se acerca al 510 aniversario de su fundación, la mejor conservada de todas las ciudades del Caribe, “ha dejado atrás las huellas negativas del tiempo, y mantiene en pie sus más emblemáticas edificaciones, casas, calles, parques, plazas y plazuelas”, enunció durante José Rafael Gómez Reguera durante su declaratoria como Ciudad Artesanal del Mundo en 2018.
“Pero también una valiosa cultura inmaterial, gracias al quehacer de sus hijos, entre ellos los especialistas del sector cultural y de la esfera patrimonial. Por ello, cada año que pasa, Trinidad es más hermosa todavía”, agregó.
Grata fue la noticia cuando Roberto Ponce, director del Fondo Cubano de Bienes Culturales en Sancti Spíritus, confirmó la noticia a la prensa: “En junio, integrantes del Consejo Mundial provenientes de 11 países visitaron la tercera villa y el 31 de julio se comunicaba al mundo”.
“Un don del cielo”, así calificó Alicia García Santana a Trinidad, la segunda ciudad de la nación en ser declarada patrimonio mundial. Según la doctora, la nuestra es una reliquia por la conservación del conjunto urbano en un centro histórico habitado y uno de uno de los más representativos de la región.
Trinidad posee muchos atributos con altos valores patrimoniales, que incluyen seis playas, 23 zonas de buceo, instituciones históricas y culturales y cercanía a las montañas y al parque natural Topes de Collantes.
No obstante, a pesar de que Trinidad se posiciona como uno de los destinos turísticos más importantes del país, Sancti Spíritus tiene muchas otras áreas de interés para el sector.
El mismo Topes de Collantes, a más de 700 metros sobre el nivel del mar, posee un paisaje natural de enorme belleza y alto valor científico para la ecología y la botánica y desde hace varios meses se labora en la confección del expediente para su declaratoria como Monumento Nacional.
En la ciudad capital de la provincia del mismo nombre tampoco es necesario rebuscar demasiado la historia: aparece por sí sola en estrechas calles, plazas y plazoletas, así como en su centro histórico, donde la arquitectura colonial de los siglos XVII, XVIII y XIX enriquece la ciudad.
No solo conserva en disímiles inmuebles de la época como el Teatro Principal, la Iglesia Parroquial Mayor y el Puente sobre el río Yayabo: fue la cuarta entre las primeras siete villas fundadas en la isla y la única con nombre en latín.
Tiene una historia llena de leyendas y tradiciones: el Museo Provincial es fundamental para conocer el legado histórico, artístico y cultural de esta centenaria ciudad, con piezas representativas de la presencia aborigen, colonial y republicana.
Enclavada en el norteño municipio de Yaguajay, se encuentra la villa San José del Lago. Rodeada de vegetación, con un lago para pasear en bicicletas acuáticas o en bote, entre otros atractivos, este es otro de esos lugares idóneos en la provincia para el esparcimiento.
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