Al cierre de 2022 Sancti Spíritus reportó una tasa de mortalidad infantil de 4.7 por cada 1 000 nacidos vivos, indicador que ubica a la provincia entre los tres territorios de Cuba que computaron las cifras más bajas el pasado año.
Según informó a Escambray el doctor Frank García González, especialista de segundo grado en Ginecobstetricia y jefe del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), en los únicos municipios donde no fallecieron niños menores de un año fueron La Sierpe y Yaguajay.
“El pasado año, lamentablemente, fallecieron 15 niños menores de un año —apuntó García González—. Excepto esos dos territorios los demás se hallan por encima de la media provincial y las tasas más desfavorables las presentan Jatibonico con 6.5 por cada 1 000 nacidos vivos; Sancti Spíritus, 5.9 y Cabaiguán, 5.24”.
Entre las principales causas de los decesos, de acuerdo con el especialista, se encuentran las afecciones perinatales relacionadas con el crecimiento intrauterino retardado (SIUR), el parto pretérmino —que son los nacimientos antes de las 37 semanas— y la enfermedad hipertensiva gravídica; además, incidieron, en menor medida, otras patologías como las malformaciones congénitas y las neumonías.
Por su parte, la mortalidad materna registró una tasa de 62 por 100 000 al fallecer dos pacientes en este caso.
Uno de los indicadores que en la provincia, al igual que en el país, sigue prendiendo un bombillo rojo es el decrecimiento de la natalidad, pues al cierre del 2022 se computaron 3 189 nacimientos, mientras que en el 2021 habían sucedido 3 536.
Para revertir el talón de Aquiles que pudiese haber incidido en los resultados del pasado año, el jefe del PAMI insiste en seguir fortaleciendo la Atención Primaria de Salud, en incrementar la preparación de los profesionales desde los Grupos Básicos de Trabajo hasta las Salas de Cuidados Perinatales, en continuar trabajando con el riesgo preconcepcional…
“Aún no se ha logrado lo necesario en cuanto a la intersectorialidad —aseguró el directivo—, hay que seguir vinculando todos los factores con el PAMI. Pero también se necesita potenciar la autorresponsabilidad de cada mujer que enfrenta una gestación, prevenir el embarazo en la adolescencia y continuar fortaleciendo los programas de genética”.
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