Los responsables de ataques con cocteles molotov contra instalaciones en Cuba fueron sentenciados con penas de cárcel por tribunales locales, informó la televisión nacional.
La petición fiscal para los encartados, un hombre y dos mujeres quienes actuaron incitados y financiados desde el exterior del país, fueron de 30, 25 y 20 años de privación de libertad, en correspondencia con el grado de responsabilidad y las circunstancias agravantes.
En el juicio público se determinó que esos ciudadanos son responsables en concepto de autores de la comisión de hechos constitutivos de delitos por actos cometidos con artefactos explosivos mortíferos, agentes químicos o biológicos y otros medios o sustancias, así como de propaganda enemiga.
Ambas violaciones de la ley, recogidas en el Código Penal y la legislación antiterrorista, fueron ejecutadas con carácter continuado, y preparadas mediante el estudio de los lugares y la planificación.
Esas personas lanzaron el pasado año varios cocteles molotov contra la sala donde se resguardaban los archivos del Tribunal Popular Municipal del municipio capitalino de Centro Habana y contra la sede provincial de los Comités de Defensa de la Revolución, donde lesionaron a una persona.
También colocaron carteles contrarrevolucionarios en varias entidades, recordó el reporte.
Al ser capturado, el principal encartado reveló en declaraciones a la televisión nacional el patrocinio de Willy González, residente en Estados Unidos, a quien envió el testimonio fotográfico de la ejecución de la acción orientada.
Los autores de los hechos afirmaron que sus financistas les prometieron ocuparse de sus familias en caso de ser capturados, con el empleo de un fondo de contingencia para ese destino, lo cual no ocurrió.
Las investigaciones constataron el pago ilícito, a través de recarga de datos móviles a celulares y dinero, e identificaron a Manuel Milanés, Kiki Naranjo, Alfredo González y Julio González, todos residentes en Miami, como los instigadores de esas acciones con el propósito de desestabilizar el país.
Tales actos, que pusieron en riesgo la integridad física de varias familias, conmocionaron al sistema de tribunales en un país donde este tipo de hechos no es usual y los jueces caminan por las calles tranquilamente como parte del pueblo, afirmó a la televisión cubana una trabajadora de ese sector.
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