Cuando este 2 de noviembre del 2023 Santiago de Chile estrene, en carácter de exhibición, los deportes electrónicos, en un suceso sin precedentes en la región, el espirituano Sergio Alejandro Pérez García vivirá un sueño que ni siquiera amasó en las madrugadas mientras elaboraba el pan en una unidad del Camino de La Habana.
Tampoco, mientras corría detrás de balones reales y virtuales desde que decidió que lo suyo era el mundo del fútbol. Que estaría en la urbe chilena lo supo desde abril, cuando ganó el torneo Coliseo FIFA 2023 desarrollado en la Ciudad Deportiva de La Habana y de paso el boleto al Primer Campeonato Panamericano de Esports Santiago de Chile 2023.
Pero una cosa es saberlo y otra diferente es vivirlo. Por eso, aún sin tocar los equipos de competencia, el muchacho se siente como quien “flota” en el espacio de la felicidad. Así lo cuenta desde la sede chilena, en este diálogo, también virtual, a través de Meta, o el WhatsApp como le siguen llamando.
Por esa vía también devela algunas intríngulis de un deporte que se practica con plataformas de PC, consolas o móviles hace rato en el mundo, tanto como desde los años 70, cuando los videojuegos comenzaron a esclavizar a millones de personas frente a los ordenadores hasta que su popularidad los convirtió en profesional-competitivos hace poco más de una década.
“La competencia empieza hoy 2 de noviembre y están previstos cuatro grupos de seis que se van eliminando. Se compite en dos tipos de juego: el Dota 2 (MOBA en inglés), uno de los más conocidos, es por equipos de cinco, tanto masculino como femenino, y el de
eFootball, antiguamente llamado Pro Evolution Soccer, que es un simulador de fútbol. Para decidir los ganadores se hace como si fuera un torneo en la vida real: primero es la fase de grupos, después pasan los mejores y así se van eliminando hasta que llegan a la final y hay un ganador. Justamente me gané el derecho a ser el representante de los hombres por nuestro país”, explica Sergio Alejandro.
A este ciberdeporte o sport, como se le denomina, llegó Sergio desde el fútbol “real” que practica desde que estaba en sexto grado y que le ha permitido representar a Sancti Spíritus en un torneo nacional Sub-23 y también en la modalidad de sala este año. “Desde siempre jugué deportes electrónicos en lo que se conoce como revolution”.
Pero el “videojuego” de placer se trastocó en realidad para él el día en que el azar y la decisión personal lo llevaron hasta el torneo que le dio el boleto que hoy disfruta.
“Estaba en Sancti Spíritus y gracias a un amigo mío que me dice: ‘Oye, hay un torneo nacional de fútbol en La Habana, ve para allá’. Como a los dos días veo el spot en la televisión de un torneo que lanzaron (Coliseo FIFA 2023). Entonces llamo al presidente de la Agrupación de Deportes Electrónicos de Cuba (ADEC), le comento a mis padres y mi esposa que quería ir y como un mes antes hablo con unas amistades mías en La Habana, que son como mi familia, y me quedé en una de sus casas. Pero un día antes posponen el torneo para la otra semana, hablo con el presidente y le dije que era de Sancti Spíritus e iba a regresar. Ya en la terminal decidí quedarme esa otra semana.
“El día del torneo me presenté entre 128 jugadores, fue a partido único; o sea, si perdías te ibas, y pude ganar el torneo. Me regalaron muchos artículos y sobre todo el derecho a asistir a los Juegos Panamericanos”.
Entonces sintió que todos los enredos para practicar un deporte con la tecnología y el tiempo en contra habían valido la pena. “Nos es muy dificultosa la conexión porque no tenemos Internet en las casas o no es muy rápido el Nauta Hogar, igual me choca mucho lo de una consola; ahora mismo todos los competitivos que hay de FIFA o de eFootball son de PlayStation 5, y es difícil tenerla porque vale mucho dinero. Para entrenar paso trabajo, tengo que ir a La Habana a hacerlo en un lugar que se llama Mundo Virtual, eso gracias a todas las personas que están ahí y que nos ayudan a entrenar a la selección completa”.
Y aquí entra también el pan: “Trabajo en una galletera-panadería que está por el Camino de La Habana. Me es difícil porque casi siempre tenemos que entrenar por la madrugada, que es cuando la conexión está mejor y ese es mi horario de trabajo, lo que trato es de ir a casa de un amigo y entrenar por el día y cuando estoy en La Habana sí lo hago todos los días”.
Aunque mediáticamente los Panamericanos de Chile los “destaparon” desde hace un tiempo, la familia de este ciberdeporte se las ha ingeniado para subsistir y visibilizarse. “El equipo viene trabajando desde el 2007, se han hecho muchos torneos, incluso internacionales, y apenas este año es que se le da cobertura y con el apoyo del Inder pudieron conformar la selección de Cuba, hicieron ese torneo de FIFA y otro de Dota 2 en el que se escogieron los equipos, somos una comunidad bastante pequeña de 16 miembros, todos somos muy unidos, nos llevamos bien, jugamos juntos, andamos juntos, hacemos muchos chistes, en fin…”.
Antes de llegar a Chile, también pudieron medirse con otros “ciberjugadores” de Venezuela, Honduras, Bahamas y Colombia. “Fue en Mundo Virtual en La Habana, on line, ellos tienen mejores condiciones que nosotros, pero en Cuba estas se van creando poco a poco”.
Ya en Santiago de Chile, Sergio se deslumbra entre equipos que quizás nunca había visto y que en breve le permitirán entrar en ese, su otro mundo. “El torneo de La Habana fue en FIFA y ahora aquí se jugará en eFootball, que es otro simulador de fútbol completamente diferente, las mecánicas son distintas. Además pude entrenar muy poco porque no tengo consola y no puedo ir tanto a La Habana, por tanto entrené como 20 días, pero con ese entrenamiento que tuve creo que juegue un poco mejor. No he enfrentado a todos los rivales que quisiera, pero siempre la meta mía es ganar, eso es obvio”.
Mas, Sergio sale del mundo virtual y aterriza en el real, ese que le permitió, con solo 23 años, entrar a Sancti Spíritus y a Cuba en la primera competición internacional de gran envergadura para los ciberdeportes.
“Siempre le decía a mi papá, a mi esposa: Algún día voy a competir, no sé dónde, pero voy a competir. Primero que todo, quiero disfrutar la experiencia de estar aquí, en mi debut en una competencia internacional, es el primer año y quiero ver cómo va todo y después sí me puedo exigir más. Para mí ha sido un premio, doy gracias a Dios por permitirme estar aquí con todos mis compañeros y los deportistas que están acá, representar a mi país es una cosa que no esperaba, es algo increíble. También estoy feliz porque estoy representando a mi provincia”.
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