Julio Enrique Benito Compte no logra desprenderse de sus raíces ni por muy lejos que llegue. Sigue siendo ese hombre que desborda naturalidad en cada palabra y que no deja de sentir orgullo por su Mayajigua querido. Se vanagloria de haber salido de las entrañas de un pueblo que sirvió de inspiración para el compositor y poeta Luis Compte Cruz, y que conserva sus tradiciones.
En las calles de Mayajigua creció y dentro de su gente se convirtió en un profesional de la Hotelería y el Turismo. Tanto es así que se formó como chef de cocina y, de un salto, puso en práctica sus conocimientos en la Villa San José del Lago, sitio icónico de la Cadena Islazul de Sancti Spíritus.
Sin embargo, Julio mostró a todas luces su emprendimiento y sus ganas de hacer. Quizás por ello no demoró mucho en asumir la función de maitre, ni la de director de la instalación, cargo en el que se empeñó en brindar un servicio de excelencia a los clientes.
Y lo logró. Las favorables opiniones emitidas por turistas de diferentes nacionalidades hicieron que la villa recibiera en el 2020 el premio Travelers’ Choice que otorga TripAdvisor, la mayor plataforma de viajes del planeta.
Con estos logros bajo el brazo, Julio tocó a las puertas de la villa Los Laureles en enero de 2023. Aquí funge como director e intenta devolverle el esplendor a este centro turístico, realzado por la armonía de su ambiente natural.
“Nos enfrascamos en comercializar de nuevo la villa, en tratar que Los Laureles vuelva a ser ese lugar de Sancti Spíritus al que todo el mundo quiere ir. El hotel tiene su historia y se puede hablar de él aquí y en cualquier sitio del país.
“Ya el mercado interno quiere venir. Casi todas las noches de sábado hacemos actividades en el bar principal y, en esta temporada de verano, también queremos abrir el cabaret ese mismo día”, destaca Julio, mientras su mente se adelanta a otros proyectos.
Para alcanzar cada sueño sabe que la rutina de trabajo seguirá siendo ajetreada, con escaso tiempo hasta para la familia y amigos. “El que está en una instalación turística, en cualquier cargo o función, vive en el hotel. Llega a las seis o siete de la mañana y no tiene horario para irse.
“Hace falta la permanencia de los principales cuadros en el hotel. Tienes que ser el ejemplo de todos, porque en la medida que enfrentas un problema como directivo los subordinados lo harán también su momento. Si das la espalda, ellos también la darán. Es un trabajo en equipo”, comenta Benito, quien ha trabajado por más de 20 años en el sector turístico.
Esta sana zozobra es necesaria, sobre todo, en tiempos en los que se dificulta adquirir los suministros para sostener una instalación de este tipo. “Buscar las cosas es algo complicado por la situación que enfrenta el país. Las bebidas y refrescos son productos importados, mientras que la comida la conseguimos a través de los productores, las cooperativas y los trabajadores por cuenta propia”, subraya el director de Los Laureles.
A tales esfuerzos se suma el dilema de los precios que, al decir del funcionario, todavía compiten con la realidad actual. “Los precios no están como quisiéramos, porque en realidad estamos comprando las cosas a precios elevados.
“No obstante, el costo de las cervezas, jugos y refrescos se ha mantenido por debajo del mercado informal, para no hacerle el juego a la inflación”, cuenta el propio Julio con la insatisfacción de que todavía muchas ofertas no están a la mano de todos.
En medio de los tropiezos, este hombre apuesta por el futuro. “Al hotel le viene faltando esa inyección de juventud. Primero, porque los jóvenes son el relevo y, si no los preparamos, ¿de dónde van a salir esas personas que sientan amor por el hotel si no han trabajado en él? Ese amor no se inculca en dos días, es un trabajo de mucho tiempo”, recalca el propio Julio.
Pero, más allá de la fuerza joven, considera que la clave del éxito es el amor que se siente por el trabajo. De ahí que no descuide ni una sola de las insatisfacciones de los clientes.
“Nos duele tener inconformidades. Sin embargo, también nos ayudan, porque no estamos en todos los procesos al mismo tiempo. Por tanto, siempre vamos a atender las quejas de las personas. Está demostrado que, si el cliente no tiene toda la razón, tiene parte de ella”, asegura el director de Los Laureles.
Con estos ardides se ha adentrado en el mágico y complejo mundo de la hotelería. A las nuevas generaciones que se insertan en el área los convida a amar este oficio. “A los jóvenes les recomiendo que vengan a la hotelería si les gusta, y que se enamoren de esta profesión bonita, exigente, y que lleva mucha superación y autoestudio”, confirma Benito Compte.
“En el 2024 veo a Los Laureles comercializado al doble de como está hasta la fecha. Además, lo veo más renovado, en mejores condiciones, y como un hotel que no tenga nada que envidiarle a ninguno”, sentencia. Y así será, porque hay consagración de sobra. La villa Los Laureles seguirá haciendo historia en Sancti Spíritus y fuera de la provincia. Como brazo derecho tiene a Julio Enrique Benito Compte, un hombre que desborda naturalidad y ganas de hacer, principios que se llevó de su Mayajigua querido.
Ha tocado un punto medular Julio. La permanencia de los directivos en el Hotel. No puede haber control del proceso de la dirección de los servicios hoteleros. Si tenemos al Director de una reunión en otra. Hasta los citan a las reuniones de cumplimiento de Zafra de una provincia. O la preparación de la nueva Serie Nacional de Béisbol o el campeonato Élite, etc. Por favor un hotelero debe estar 100% en el Hotel. Y los que quieran reunirse con el . Que vayan a verlo al Hotel. Es más y es una práctica de las cadenas hoteleras internacionales. A los gerentes se le asigna una habitación en el Hotel. Muchas veces con su pareja. El hotel se convierte en una prolongación de su casa.