Llegó al periodismo por puro azar, apenas acabado de graduarse como Licenciado en Historia en la Universidad de La Habana, se sorprendió ante la idea de hacer un periódico en Sancti Spíritus, más aún, con la propuesta de participar en el proyecto. Ni imaginar entonces qué le deparaba aquel camino que se le abría cuando estaba por cumplir 29 años. “Me dijeron que desde el periodismo podía escribir de historia, eso me convenció.
“La propuesta me tomó por sorpresa, tenía mis ideas del periodismo, también certeza de que era un campo desconocido; dije que sí, y el 25 de noviembre de 1977 el Partido convocó a aquel primer grupo sobre el que recaería la encomienda de crear un periódico en la naciente provincia. Ese encuentro marcó la entrada a la vida de Escambray”, rememora Pastor Guzmán, ahora desde el estatus de jubilado.
Pastor Félix Guzmán Castro estuvo entre los fundadores de Escambray aquel 4 de enero de 1979 y a partir de ahí ejerció la profesión por más de cuatro décadas donde tuvo la oportunidad de conjugar las dos páginas de su vida: reportero e historiador, la carrera que estudió.
Entraña cierto desafío entrevistar a un colega de probada memoria e inteligencia, vasta cultura, adicto a la lectura. Hombre de carácter, pero buen compañero; hablador nato, con vocación para intervenir en cuanto escenario considerara oportuno dar su punto de vista; profesional muy dado a la autopreparación, al deber de escribir.
De la autoría de Pastor Guzmán, Escambray archivó en las últimas décadas un tratamiento peculiar a la Historia, aunque a algunos le pudo parecer excesivo. Cabe decir que fue un abordaje coherente con las personalidades, los hechos y las efemérides; útil y aportador de conocimientos; con una narración desalmidonada y versátil. Un seguimiento donde tuvieron preferencia José Martí, Serafín Sánchez, las Guerras del 68 y el 95, y las campañas en suelo espirituano de las Columnas del Che y Camilo.
Ha sido el periodista que más tiempo ha ejercido la profesión en Escambray —45 años— y pasó a la jubilación como el último de los fundadores de aquel grupo creado para concertar el nacimiento del periódico. En su currículo está también la singularidad de permanecer todo el tiempo en el trabajo reporteril.
Como fiel empoderado de la palabra y la narración, desgrana en cascada los matices que surcaron su vida antes de desembarcar en las aguas del periodismo impreso. Fue el mayor de una familia de cuatro hermanos, vivió su primera década en el campo, cerca de Sancti Spíritus, hasta que pasa a residir en la ciudad, emprende estudios y era un muchacho cuando descubrió la pasión que nunca ha abandonado: la lectura.
“Llegué a la Historia por las lecturas”, asiente, al tiempo que revela su perseverancia en los estudios; al punto que, tras haber perdido un periodo escolar por enfermedad y otras causas, y concluir los tres años en el Servicio Militar, regresa al preuniversitario, de allí accede al estudio de la Historia en la Universidad.
Sin saber que la vida lo llevaría al camino de la prensa, Pastor tuvo un primer acercamiento al periodismo cuando en la etapa final de los estudios universitarios colaboró en el Comité Central del Partido en la elaboración de resúmenes de las noticias más relevantes llegadas a través de los cables internacionales; por esa época, también le propusieron dedicarse a las Relaciones Internacionales y hasta trabajar en Prensa Latina.
“Por esos días vengo a Sancti Spíritus, me contactan los reporteros Raúl García y Osvaldo Rodríguez con la idea del periódico y a partir de ahí, mi camino fue Escambray.
“Muchos nos conocimos en aquel encuentro del año 1977, que dio un carácter más oficial al colectivo y al proyecto que se iniciaba. Allí estaban reporteros que ya ejercían la profesión, como Raúl García Álvarez, Félix Arturo Chang, José Camellón López, también Cristóbal Álamo Pérez, de la Sección de Prensa del Partido y en el camino se fueron incorporando otros. En mi caso tuvo valía la preparación teórico-práctica, el hecho de contar con muy buenos profesores, entre ellos, Rafael Lechuga y Enrique Lagarde”.
Pastor Guzmán fue un reportero capaz de relatar una singularidad de la historia, desentrañar la mala calidad de una obra, una curiosidad del Patrimonio; irse para un municipio a cubrir el embate de un huracán o montarse en el tren hasta Placetas para reseñar en su momento el estreno de la ruta ferroviaria Sancti Spíritus-Habana.
¿Por qué el periodismo y no Historia, la carrera que estudió?
Desde un primer momento se me dijo que no existía contradicción entre la carrera de Historia y el periodismo; incluso, que podía escribir de esa temática, algo que después felizmente pude hacer. En la decisión pesaron varios factores: el influjo de los compañeros que hablaron conmigo y el aliento que me dio Pedro Rodríguez, Moño, que atendía la esfera Ideológica en el Partido, y me dijo que si era de Sancti Spíritus y graduado de Historia, podía ejercer el periodismo. Me llevaron a ver a Fedora Fundora, la que sería directora, más que persuadirme, entre todos me convencieron de integrarme al equipo que se preparaba para crear el periódico.
Di un giro que me cambió la vida, realmente el periodismo nunca había estado en mi camino. Entrar a este oficio para mí fue un reto, me preocupó, tenía mis dudas; pero haciendo aquel periodismo en seco, como le llamábamos a la etapa de aprendizaje, fuimos familiarizándonos y aprendiendo, a mí me sirvió de mucho aquel entrenamiento, venía sin práctica y sin teoría. Puedo decirte que nunca me pasó por la mente dejar aquello que empezaba a hacer, el periodismo me atrapó desde un inicio.
¿Cómo fue para ti el parto de Escambray?
Deparó desvelo, mucho sacrificio, tuve momentos de despertarme de pie, en la Redacción o en el taller de impresión; sin exagerar: un día de aquellos equivale a tres o cuatro jornadas de las de ahora. Uno tenía que esforzarse al máximo para dominar la parte técnica, estábamos distantes de saber todo lo que hacía falta para ejercer el periodismo; lo que a otros le llevaba, tal vez menos tiempo, a nosotros nos recababa mucho esfuerzo.
¿En la primera etapa sentiste el vacío de la Historia?
Sí, decía, caramba, soy Licenciado en Historia y apenas escribo de eso; pero me llegó el momento. Siempre me preocupé por tener un buen archivo, eso me lo inculcó Félix Arturo Chang, él nos decía que había que tener un archivo, sobre todo de las temáticas que uno atendía. La vida me demostró que era muy conveniente, no puedes meterte en el campo de la Historia sin archivo ni biblioteca. Me complació mucho en lo personal tener esa posibilidad de combinar lo que estudié con el oficio en el cual me desempeñaba. Además, escribí mucho de política internacional.
Me tocó hacer también periodismo crítico, con más regularidad en la esfera de la Construcción. No me preocupó el roce que deparaba la crítica, me concentraba más en la autenticidad del hecho, la precisión del dato, eso es veracidad. El periodista tiene que actuar basado en los principios, en la legalidad y en la exactitud; te puedes equivocar, pero tratamos de guiarnos siempre por la ética, porque el periodista no debe ser una gente para donde sople el viento, debe tener su propio criterio, defender lo que es justo y legal.
¿Te resultó fácil ejercer el periodismo histórico?
Aunque te parezca raro, siempre me costó trabajo, porque me daba seguridad tener el conocimiento, pero me preocupaba a la hora de sintetizar como debía ser, no siempre lo lograba de la manera que quería y eso se me señalaba en las evaluaciones a mi desempeño. El periodismo de temas históricos tiene, como primer elemento, ser selectivo del asunto o hecho a tratar por la razón de espacio, y de que dispones de menos tiempo de elaboración; ahí radica la clave.
Qué virtudes te reconoces?
Ser leal, exigente con la honestidad de no apropiarme de lo ajeno, reconocer el éxito de otro compañero; me gusta dar mi criterio cuando considero que puede aportar, creo que es honesto dar tu opinión aun sabiendo que otros no coinciden con eso. He ejercido la profesión con fidelidad y sacrificio.
¿Qué te aportó el periodismo?
Me relacionó con la sociedad, elevé la autoestima, conocí a muchas personas que de no ser así no las hubiera conocido. Me dio un oficio, una ocupación, una seguridad económica, aun cuando los periodistas nunca hemos sido bien remunerados salarialmente.
A partir de que comencé a ejercer, el periodismo fue el sentido de mi vida, dediqué casi medio siglo a la profesión; cuando miro atrás creo, modestamente, que cumplí lo que se requirió de mí.
¿Has puesto en una balanza el periodismo y la historia?
Hay una simbiosis, es difícil de separar porque en la práctica incursioné en dos carreras, soy un periodista historiador. No sé lo que me pueda deber Escambray a mí, pero yo sí le debo a Escambray la oportunidad de haber sido parte de ese proyecto de prensa, de reencontrarme con la profesión que estudié y desarrollar las dos facetas: la del periodismo e insertar la del historiador que había dentro del reportero.
Excelente profesional es como decimos en cubano una enciclopedia viviente que además posee la virtud de amplia capacidad de análisis
Y lo más importante excelente amigo y compañero
Su labor deja una imborrable historia en la prensa espirituana difícil de igualar
Me gustaban mucho sus artículos de la lucha contra bandidos
Bien por ese grande del periodismo histórico en Sancti Spíritus, Escambray, sin dudas, siente la ausencia de su pluma, a él le debe mucho, principalmente en materia de trabajos con análisis profundos sobre temas internacionales y otros relacionado con la historia.