La tragedia de East Palestine, el pequeño poblado de Ohio afectado por el derrame de sustancias tóxicas, deviene hoy materia prima para ciertos políticos con manifiestas ambiciones electorales en Estados Unidos, opinaron analistas.
El primero en acudir al lugar para hacer proselitismo fue el expresidente Donald Trump (2017-2021), quien aprovechó la oportunidad para criticar el manejo de la crisis por parte del gobernante Joe Biden.
“No tenían la intención de hacer absolutamente nada”, dijo el exmandatario republicano a la Casa Blanca sobre la administración demócrata mientras hablaba en una estación de bomberos.
Acompañado por el senador JD Vance de Ohio y otros republicanos locales, Trump se jactó de tener una sólida relación de trabajo con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias que, según dijo, inicialmente no había planeado ayudar en los esfuerzos de socorro.
El magnate afirmó, sin dar pruebas de su aseveración, que la administración del actual gobernante solo dirigió más recursos porque él anunció que visitaría la región.
Los republicanos aprovechan la situación de East Palestine para golpear a Biden y a su gabinete.
Varios conservadores, incluido el gobernador de Florida, Ron DeSantis, un posible contendiente presidencial de 2024, criticaron al mandatario por no visitar el poblado, al alegar que sus prioridades estaban mal porque eligió ir a Ucrania en primer lugar.
Mientras tanto, los demócratas señalaron al Partido Republicano por la regulación laxa de la industria ferroviaria de carga durante la gobernación anterior, incluida la suspensión en 2017 de un requisito que ordenaba a los trenes que transportan líquidos inflamables estar equipados con frenos más rápidos.
“Los republicanos del Congreso y los exfuncionarios de la administración Trump le deben una disculpa a East Palestine por venderlos a los cabilderos de la industria ferroviaria cuando desmantelaron las protecciones de seguridad de Obama-Biden, y los poderes de la Agencia de Protección Ambiental para contener los derrames”, dijo la víspera el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates.
En tanto, a casi tres semanas del descarrilamiento del tren con las sustancias tóxicas que hoy afectan la comunidad de Ohio, y desde Polonia, donde se encontraba de visita, Biden habló con funcionarios para interesarse personalmente por el estado ambiental del lugar.
La salida de varios vagones de un tren de las vías, el pasado 3 de febrero, provocó la liberación de una serie de productos químicos, incluido un carcinógeno llamado cloruro de vinilo que se usa para fabricar plástico, en East Palestine, donde viven alrededor de cuatro mil 700 personas.
Las autoridades evacuaron temporalmente el área y aunque dijeron que es seguro regresar, muchos miembros de la comunidad continúan expresando su preocupación por la calidad del aire y el agua debido a la aparición de malestares en los humanos y a la muerte de miles de peces y de aves de corral.
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