Ha llovido bastante desde que sintió el primer cosquilleo al ganar su primer concurso relacionado con la Historia. Sin darse cuenta, quizá la vida le ponía sobre las manos, más que un alegrón, la llave para iniciar un recorrido con no pocos tropiezos, pero con el placer de sentirse útil y feliz.
“Amé esa ciencia desde que la conocí —alega sin medias tintas Mario Luis López Isla, escritor cabaiguanense—. Aquel certamen tuvo lugar durante mi paso por la escuela primaria Noel Sánchez, de mi municipio. Luego en la secundaria llegaron otros. Pero, no fue hasta el preuniversitario, en Sancti Spíritus, que la profesora Sonia López despertó en mí el interés por matricular la carrera”.
Llenó una maleta, sobre todo con mucho entusiasmo y ganas de conquistar el mundo con los bríos propios de la juventud, y llegó a La Habana. Unos años después egresó del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, de la capital del país.
“Al regresar a Cabaiguán como graduado de Historia me ubicaron en la Escuela Secundaria Básica en el Campo Marcelo Salado y en el Instituto Preuniversitario en el Campo Elcire Pérez. Pero por mis inquietudes investigativas decido laborar en los museos, primero en el municipal de mi territorio —donde fungió como director desde 1986 hasta 1990— y luego, trabajé varios años en el Museo Provincial de Historia, en Sancti Spíritus. Justamente, como huellas de las pesquisas realizadas en ese período nacen mis primeros libros”.
Y hace la presentación de otra de sus pasiones: la escritura. En su currículo se destaca una cifra que tal vez no es un récord, pero sí un buen average: 66 libros publicados, 41 en España, 22 en Cuba y tres en Estados Unidos.
La cultura canaria y su arraigo en esta tierra son frecuentes en sus textos, ¿necesidad, compromiso o gusto por volver sobre esas raíces?
“Es cierto casi 40 están relacionados con ese tema. Mis antepasados todos son españoles. De la península, tres; entre los más cercanos están mi abuelo materno, Nazario Isla, asturiano, y mi abuela paterna, de La Palma.
“En Cabaiguán, desde que abrí los ojos a mi alrededor estaban muchos canarios y sus descendientes. Incluso, mi madre fue a darme a luz a la clínica canaria Nuestra Señora de la Candelaria, en La Habana, de donde mis padres eran socios. Recuerdo a mi abuela contándonos de su tierra y siempre me decía que ojalá la pudiera conocer. Luego, en 1992 fundé, como presidente, la Delegación Canaria de Cabaiguán. Soy cubano, pero amo definitivamente las Islas”.
Títulos como Isleños en Cuba, episodios de la emigración canaria a Cabaiguán, La leyenda del Hombre Rojo. Un bandolero canario en Cuba; Valbanera, el Titanic de la emigración canaria y Manojo de recuerdos. Memorias de un isleño, entre otros nos hacen cercana una historia de siglos, pero con rasgos de actualidad. También ha logrado estrechar esos vínculos mediante múltiples conferencias y charlas impartidas en instituciones culturales del país, de Islas canarias y Estados Unidos, así como en congresos y otros eventos.
“Definitivamente, me siento muy identificado con esa cultura. Entre los proyectos editoriales más inmediatos está un complemento — pudiéramos llamarle— del documental Mujeres de sal, hombres de humo, de la amiga Iris Carballo Déniz, que se proyectó en Cuba. Nos unimos con ella Esther Lidia Vázquez —mi esposa— y yo para buscar historias de las mujeres de sal, aquellas que se quedaron allá cuando sus esposos emigraron, los hombres que llegaron, y las mujeres de azúcar, quienes se asentaron aquí”.
Y es que Mario Luis, quien amanece en la Casa Canaria Leonor Pérez Cabrera, de Cabaiguán, donde los olores, tradiciones y colores de los antepasados permanecen intactos, ha realizado una labor prácticamente de arqueología de esos orígenes. Sus 15 visitas de trabajo a ese archipiélago le han valido para regalarnos en las páginas impresas historias de profundo humanismo; una labor que junto a la de contar parte del pasado más íntimo de Cuba como Carlos en nosotros, El alzamiento de La Llorona y Camilo, soldado del Escambray, entre otros, hoy es motivo de agasajo.
“Cuando me comunicaron la noticia que me dedicaban el capítulo espirituano de la XXXI Feria Internacional del Libro sentí mucha alegría —deja escapar las palabras con sonido de sorpresa cómo si lo recibiera en estos momentos—. Primero, porque entre tantos buenos autores de la provincia reconocieran mi modesto aporte a la Cultura de la nación y segundo, porque asumo la dedicatoria de la Feria como un reconocimiento a todos los escritores de Cabaiguán”.
Sin mucho tiempo libre por las muchas obligaciones al ser presidente del Comité Municipal de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y delegado municipal y provincial de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera, Mario López Isla no depone las armas por la investigación histórica para luego llevarla de forma amena a las páginas en blanco.
“En estos momentos concluimos un texto sobre décimas que hermanan Cabaiguán y Canarias, así como para la efeméride del 26 de Julio presentaremos el libro dedicado a Faustino Pérez y que junto a Pastor Guzmán y Esther Lidia Vázquez publicamos en Ediciones Loynaz, de Pinar del Río”.
Tantas publicaciones y proyectos en el tintero: ¿suerte o constancia?
“Ambas, pero sobre todo deseos de escribir, compromiso y claridad de aprovechar la vida que se acaba cuando menos creemos.
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