En la cartulina, tras sostener por unos segundos el peso abrumador de la prensa, emerge el arte. Líneas perfectas gracias a la tinta impresa nos revelan un paisaje montañoso. Detrás del rudo proceso se visibilizan unas manos delgadas con demasiados anhelos por seguir descubriendo el enigmático mundo de la creación.
“Ha sido complicado porque para mí era totalmente desconocido el grabado y todas sus técnicas —expresa Lenna Patricia Blanco Castillo, una de las más jóvenes del Taller de Artes Gráficas de Sancti Spíritus—. Pero es fascinante la variedad de técnicas que he descubierto, cómo tratar la tinta, los tipos de prensas, tras hacer el dibujo, lograr que no falle la impresión…”.
No hacen falta muchas más palabras para que se ilumine el rostro de la egresada de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez en la especialidad de enseñanza artística. El pequeño espacio, ubicado en uno de los salones del Centro Provincial de Patrimonio, de Sancti Spíritus, se ha convertido en su templo.
“Llegué aquí por una sugerencia de una amistad. Me dijo que podía aprender mucho más de las artes plásticas. Hasta ese momento sólo conocía sobre pintura y dibujo. Hallar cada técnica para mí es un asombro”.
Ella forma parte de la veintena de creadores que en estos momentos mantienen estrechos vínculos con el Taller, escuela de varias de generaciones de artistas espirituanos desde su creación en 2008.
“Las máquinas fueron donadas por Alexis Leyva Machado, Kcho —aclara Omar Fernández Galí (Cuti), quien ha liderado desde entonces el proyecto—. Los inicios fueron muy fuertes, pues se nos unieron los egresados de la primera y segunda graduaciones de la Escuela de Instructores de Arte. Venían con inmensas ganas de hacer y se lograron muchas cosas”.
En las dos ediciones del Salón Grabarte, miembros de la Brigada de Instructores de Arte José Martí de los ocho municipios se dieron cita no solo para competir sino para dialogar con los referentes de las artes visuales yayaberas.
“Nos sentimos como niños pequeños cuando se les regala un juguete. Aunque ese no fue el estreno del grabado aquí, pues en Sancti Spíritus ya habían antecedentes. Nelson Wenceslao García junto a Félix Madrigal en la década de los 80 trabajaron en esa línea. Nuestro querido miniaturista ha mostrado sus obras en algunas exposiciones”.
Pero, la euforia creativa decayó. Cuti se mantuvo alejado de la tierra yayabera al cumplir misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela. Las pesadas máquinas, cartulinas y tintas quedaron prácticamente en terreno de nadie hasta que volvió, para suerte del movimiento artístico, a aparecer en el horizonte Kcho.
“Convocó a un grupo de creadores y dentro de ellos el Consejo de las Artes Plásticas de Sancti Spíritus me dio la oportunidad, y también participó Ángel Luis Méndez Montagne. Nos fuimos al encuentro y, además de trabajar con artistas del taller de gráfica de La Habana y de Cienfuegos, se pidió que los jóvenes tomaran las riendas del Taller de Artes Gráficas de Sancti Spíritus”.
Ante la respuesta afirmativa, llegó el vía crucis de esta historia quinceañera. Buscar un sitio para hacer funcionar las pesadas máquinas que permanecían dormidas en un local de la Galería de arte Oscar Fernández Morera no resultó fácil.
“Era un reclamo de los artistas que regresara el taller. El propio Méndez Montagne, Rolando Lasval, entonces director del Sectorial de Cultura y Arte y yo nos involucramos en la búsqueda del sitio”.
Ya era un hecho que su funcionamiento estaría auspiciado por la filial espirituana de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), y tras escudriñar en más de un local, finalmente plantaron bandera en el Centro Provincial de Patrimonio.
“Estaremos siempre muy agradecidos por habernos recibido. Además del espacio para el taller, ganamos en uno para galería, que es el segundo de mayores dimensiones de la ciudad espirituana”.
En esa guarida mucho se ha cocinado. Una veintena de exposiciones entre colectivas e individuales, convocatorias de salones de grabado, vínculos estrechos con proyectos comunitarios y artísticos como el del barrio Puerto escondido y el sociocultural TransformArte, el Carnaval conceptual, liderado por Álvaro José, y la Feria Tecnológica La Guayabera 5.0 cuelgan en el currículo del proyecto. Junto a una pequeña imprenta móvil resulta habitual disfrutar de las propuestas de Cuti y sus alumnas en cualquier recodo de la cuarta villa de Cuba.
“A partir de nuestro sistemático trabajo entraron artistas jóvenes, incluso no de la academia. Estudiantes de la Escuela de Oficios han realizado sus prácticas aquí. Y algo que nos ha llamado la atención es que predominan las muchachas, aunque para muchos el grabado exige de fuerza por el propio peso de las máquinas”.
Lenna Patricia Blanco Castillo es una de ellas. Confiesa que cada día confirma que tocar las puertas del Taller ha sido una de las mejores opciones profesionales que ha tenido.
“Cumplí como artista porque llegué a realizar mi primera exposición personal. Además, que me ha servido para realizar un mejor trabajo con mis estudiantes del Centro Mixto Antonio Guiteras”.
Como todo cumpleaños y mucho más cuando llegan los 15, al interior del Taller de Artes Gráficas de Sancti Spíritus se han diseñado un grupo de acciones. Exposiciones colectivas como Regreso a los 80 —integrada por creaciones que se conservan aquí bajo la firma de reconocidos artistas cubanos—, otras individuales, así como participación en eventos nacionales mantienen en constante ebullición creativa al bisoño colectivo.
Cuti, ¿qué deudas tiene el proyecto?
“Nos falta que algunos de los artistas más consagrados no se han llegado hasta aquí. No han concientizado, quizá, cuánto pudieran hacer con el grabado. Aspiramos un día a tener un mayor espacio, pues este se nos hace pequeño y, por ejemplo, poder así crecer en técnicas como la litografía. Y, claro, lo que nos ha movido desde los inicios: seguir promocionando al grabado para que muchos más creadores se enamoren de esta herencia con origen en China”.
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