Nada más tuvo que salir la prenómina de 50 hombres de Cuba para el cercano V Clásico Mundial de Béisbol para que se destaparan polémica y pasiones.
Lo primero fue que se despejó, al fin, con qué peloteros de “a-fuera” (sin incluir los contratados) puede contar el equipo en un paso histórico, al ser la primera vez que se conforma una preselección donde aparecen quienes emigraron del país y los que quedaron acá.
Aunque este no es, ni por asomo, el sueño de equipo unificado que durante años muchos acariciaron y no están, como se suponía, los grandes tanques cubanos de las Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés), algunos de los cuales quedaron excluidos per se por aplicar en el acápite referido a los que abandonaron delegaciones en otros países en un evento internacional y otros no mostraron interés en la convocatoria.
Habría que ver ahora qué tanto pueden aportar estos “extranjeros” a la nómina definitiva, en qué momento deportivo-competitivo se encuentran, eso para no mitificar demasiado el cliché de que porque juegan en esta o aquella liga extranjera tienen boleto seguro. Y también hay que ver cuándo y cómo se incorporan a la preparación, ya que algunos todavía no han sido autorizados por sus clubes para tales entrenamientos. Eso sí: para que la afición gane en conocimiento sobre los convocados, debe ofrecerse mayor información sobre ellos, ya que no todos tienen el currículo de Luis Robert.
La misma varilla, la del rendimiento, hay que aplicarla para los cubanos contratados por la Federación Cubana en otras ligas como la japonesa o las de América Latina, pues no todos rindieron lo suficiente para merecer estar en la preselección, como Guillermo García.
Lo otro que destapó polémica y pasión fueron las exclusiones. Y aunque siempre este acápite trae controversias, varias opiniones apuntan a un mismo flanco: de los cubanos emigrados, el que más resalta es Yasmany Tomás, no solo porque dio su visto bueno para estar, sino porque podía ser un primera base natural, en una selección donde apenas aparece uno: Guillermo Avilés. Solo que las razones de su “no llamado” dejan más dudas que certidumbres, pues, según se ha publicado, el director técnico del equipo, Armando Johnson, prefirió llevar a Luis Robert, una incongruencia de marca mayor, ya que no juegan las mismas posiciones.
Para no irnos de la primera base, otra de las exclusiones sorprendentes es la de Yordanis Samón, especialista renombrado de esa posición y que, además de rendir tanto en la Serie Nacional como en la Primera Liga Élite, ha sido uno de los bateadores cubanos más consistentes en los últimos eventos internacionales al compilar sobre los 400.
Pero sobre él, el mánager cubano argumentó que no encaja en los objetivos técnicos de la dirección, un cubo de agua fría echado también encima de otro de los excluidos más renombrados: Frederich Cepeda. Como no conozco qué indicadores miden esos “objetivos técnicos” me doy la libertad de preguntarme: ¿con qué criterios miden a estos peloteros en los eventos domésticos? Y estos ¿sirven o no sirven?
En la práctica, la prenómina parece desdecirlo en estos casos. No creo en verdad que, en una preselección tan numerosa de 50 nombres, no quepa el de Cepeda, de quien ya dije una vez que lo llevaría al Clásico hasta en muletas. Pero este no es siquiera el asunto. Podrá decirse lo que se quiera sobre su edad, pero con sus 42 años, el espirituano fue el líder de los bateadores y merecía al menos el derecho a disputarse un puesto.
Y fíjense que, aunque pudiera ser un argumento de peso, no hablo aquí de lo que representa simbólicamente para el béisbol nacional el cubano con mejor hoja de servicios en los cuatro Clásicos anteriores, y en casi todos los de la arena internacional, lo cual le suma dígitos a una historia de entrega incondicional a su deporte, a su país, cuando muchos decidieron irse porque sí, aunque los recibamos ahora con bombos y platillos.
De los excluidos cabe mencionar al derecho Freddy Asiel Álvarez, que está por encima varios de los lanzadores convocados y tiene un aval acumulado en Cuba y fuera de ella como para ser un aspirante.
En el área de la receptoría, donde ahora mismo no veo a un titular defensivo al seguro, no entiendo la exclusión de Yunior Ibarra, mucho menos después que comprobé con él mismo que el argumento expuesto sobre su problema en la mano es inconsistente, ya que luego del evento en Bahamas, donde lo tuvo, fue atendido y ahora entrenaba sin ningún contratiempo a la espera de ser llamado. Por los números que acumuló detrás del plato en la Serie Nacional, le sobraban méritos para estar en el medio centenar de escogidos.
De momento, la polémica seguirá caliente hasta que se anuncie la nómina oficial del equipo con que Cuba irá al V Clásico Mundial de Béisbol del 8 al 21 de marzo y veremos qué tan competitivo puede ser y cómo puede apostar por la unidad, en medio de diferencias de todo tipo. Para entonces, dejemos los pronósticos, las conjeturas y, como siempre sucede en materia de pelota, otra marejada de polémica.
Gracias Elsa por tu trabajo periodístico, como siempre excelente.
Para mi ya Cepeda gano el clásico pues gano el clásico del corazón de los cubanos. Saludos para inigualable Cepeda.
A todas luces usted no culpa a las Comisiones y a la Dirección deportiva de este país que seleccionaron a los aspirantes a integrar el EQUIPO.
¿Cuáles son los argumentos para decir que hubo mala fe?
¿Cuál es el sustento de las malas intenciones y del cuestionamiento de la condición revolucionaria de los compañeros?
En general en Cuba se es muy permisivo con los incumplidores y equivocados que no son pocos, no pidamos matar a los que se equivocan con la selección de un hombre a un equipo.
Por suerte para los supuestos equivocados sus faltas se están pregonando en los medios y no esperarán a sacarse de las Gavetas sempiternas que hemos conservado por décadas.
100% de acuerdo con Elsa. Agregar ademas, como una opinión mía, que el que no tenia que estar ahí era Johnson. Lo trajeron de la nada, incluso no estaba dirigiendo aquí, por encima de varios directores con calidad, resultados y experiencia. y que no vayan a decir que tuvo resultados dirigiendo un municipio en las series nacionales, pues tenia peloteros de todo el país, era una legión. Es una pena que haya fallecido el director anterior de la federación cubana de béisbol que estaba haciendo tan buen trabajo, y ahora se empaño todo otra vez con este que pusieron que no sabe nada de pelota, ni tan siquiera escojer al director.