Con un equipo distinto, Cuba empieza igual al caer en su debut en el Quinto Clásico Mundial de Béisbol ante Países Bajos 4-2 en el juego que dejó abierta la competencia en el grupo A y en todo el evento.
Lo ha hecho una y otra vez. Antes como Holanda y ahora como Países Bajos, lo cierto es que es la misma fórmula Holanda, pues es esta la cuarta derrota de un elenco cubano ante estos rivales solo en ediciones de clásicos.
Aunque los expertos se cansaron de augurar un picheo discreto por parte de los europeos, sobre el terreno los cubanos hicieron quedar mal los augurios.
Con una nómina que levantó mucha expectativa por la presencia de dos peloteros que hoy militan en la MLB y otros con suficiente carretera competitiva en sucursales de esta, parecía que Cuba tenía para más.
Pero todo el arsenal que aparecía en papeles se redujo a tres aislados hits, dos carreras y un bajo aprovechamiento de los orificios que abrió el descontrol de los tulipanes que regalaron tres boletos en un remake de otras películas similares a otros eventos, con otros peloteros.
Lo más ilustrativo de esto último ocurrió en la primera entrada, cuando Cuba llenó las bases, con los tres boletos regalados por Tom de Blok, pero no apareció el batazo oportuno, con ponche a Luis Robert, uno de los tres que recibió en el partido, y batazo para doble play de Lorenzo Quintana, quien, para sorpresa de muchos —incluida la mía—, apareció en un turno de la responsabilidad del quinto bate, aun cuando su bateo ni antes en Cuba, ni ahora en su paso por tres ligas distintas en el área del Caribe justifica esa posición. Quintana tampoco enseñó mucho en la receptoría, pues le robaron dos bases.
Y ese escón temprano, marcó el rumbo del encuentro, en el que Cuba abrió el marcador en el segundo por doblete de Yadil Mujica (entró a la alineación por lesión de Andy Ibañez), que empujó a Yoelquis Guibert (también jugó por la lesión de Alfredo Despaigne), embasado por el cuarto boleto del pitcheo europeo.
Pero hasta ahí las clases. La ventaja duró poco. Los tulipanes lograron empatar pese a las rectas de 97 millas del abridor cubano Yariel Rodríguez, a quien le combinaron bien con dos hits y un buen corrido de bases. En total, el camagüeyano lo hizo bien con seis ponches, dos pelotazos y un boleto.
Con la presión del empate, el zurdo Onelkis García subió a la lomita en el quinto, pero abrió el sexto con boleto y hit. La brecha se amplió con la entrada de Carlos Juan Viera, a quien le conectaron los dos hits que Países Bajos necesitó, uno de ellos Texas, para sentenciar el encuentro.
Con ventaja de 4-1, comenzó a rondar en el Estadio Intercontinental de Taichung, el fantasma de Holanda-Países Bajos. Cuba fue incapaz de remontar esa diferencia ante un pitcheo que se las ingenió para dominar a su antojo la batería cubana.
No podía aspirarse a más si el segundo hit de los antillanos apareció a la altura del séptimo, cuando también se fabricó la segunda anotación de manos de un doble de Guibert y roletazo empujador de Mujica, de nuevo los dos llamados de última hora.
En el séptimo, Luis Robert se sacudió de la mala apertura con un doblete, pero fue sorprendido en segunda en una de las tantas demostraciones de la hermética defensa de los neerlandeses que no cometieron errores, al igual que los cubanos.
De poco valieron los 13 ponches recetados por el pitcheo cubano y los lances por encima de las 90 millas, aunque es natural en un torneo donde el velocímetro suele marcar con regularidad esos lanzamientos y otros más duros.
Con siete hits bien aprovechados, Holanda salió por la mejor de las puertas en su debut. Cuba entró por la estrechísima de la derrota. Su batería está necesitada de despertar, porque ya el Clásico les enseñó el bombillo rojo.
Para no ponerse a sacar cuentas a costa de otros, lo más sensato es que gane los tres que le quedan vs. Italia, Panamá y los locales.
Tal y como nos tiene acostumbrado, el articulo de Elsa es coherente con las características del equipo y lo acontecido en el primer juego y, por lo tanto, yo solo me limitare a reiterar que nuestro equipo, por mas que nos duela a todos, no esta al nivel de los demás equipos que participan en el clásico y particularmente, el bajo nivel de bateo que está mostrando el equipo, limita toda posibilidad de pasar a la segunda ronda y mucho menos de clasificar. Dejo constancia de que, en la encuesta del periódico Escambray, yo he votado mas de 10 veces reiterando que el equipo no pasara de la fase de grupo.
Perdimos,lo sentimos mucho,pero creemos que Cuba tiene para clasificar,esperemos las victorias necesarias.
El bateo sigue siendo una asignatura pendiente en los equipos Cuba. A la hora buena no aparece el batazo oportuno, ni por parte de los peloteros que juegan en nuestra serie nacional ni los importados de otras ligas. El bateador oportuno de anataño se perdió de cuajo. Veremos si se puede ganar la guerra y pasar a la segunda fase. Garras hace falta y dejar el pellejo en el terreno tambien.
Gracias por tu buen comentario, no pude ver el juego y creo q me diste la esencia. A modo de confesión, después de lo ocurrido cn Cepeda y cn Ibarra , no me parece q es mi equipo el q está jugando. Siento una rara enajenación cn los resultados. Me parece demasiado ensañamiento cn la provincia q más ganó en la etapa regular y con los jugadores q mejor lo hicieron.
Como dicen muchos, este primer resultado de Cuba es de apaga y vete, hasta cuando estas derrotas, el bateo sigue siendo mediocre, incluso los que vinieron de otras ligas tampoco batearon, el bateo oportuno se perdió en Cuba, ojalá reaccionen.