A orillas de la carretera, en el municipio de Yaguajay, se alza hoy la comunidad rural La Picadora y en ella la finca agroturística y ecológica de igual nombre, atractivo sitio en esta provincia de Cuba.
En el siglo pasado, de acuerdo con datos consultados, se incrementó en la zona la extracción de piedra caliza lo cual le confirió el llamativo nombre.
Sobresale aquí la pulcritud, esmerada atención al visitante y el estar rodeado por la naturaleza, junto al interés por la arqueología y la implementación de prácticas agroturísticas para impulsar el desarrollo local, en armonía con el medio ambiente.
José Ángel Rodríguez, directivo del proyecto, ofreció detalles a Prensa Latina sobre los comienzos de este emprendimiento y comentó que la zona carece de barro pero en cambio hay varios tipos de arcilla, y con tres de ellos hicieron ladrillos para mejorar las viviendas de los campesinos.
Ladrillos que son empleados en divisiones interiores, closets y techos de bóveda –incluyendo el portal de su casa-. Hay tradición de usar otro material, pero existe piedra caliza y se elabora cal como sustituto de productos químicos a la hora de combatir plagas, dijo.
Desde hace algunos años La Picadora recibe turistas, sobre todo europeos, en particular de Francia y Bélgica, para fomentar el intercambio cultural y la actividad económica en busca del desarrollo agrícola.
A Titi, como es conocido este hombre que dirige el plan, el hecho de encontrarse tan cerca del Parque Nacional Caguanes permite fomentar en los visitantes una mayor cultura medioambiental a través del senderismo y las visitas dirigidas.
Habló de las alianzas con universidades como las de Sancti Spíritus, Villa Clara y La Habana, incluso con los centros de Ingeniería Genética y Biotecnología de la capital del país y el que radica en la provincia para el cultivo de soya de forma tradicional.
Este proyecto agroturístico y ecológico involucra en la actualidad a 32 familias de los alrededores que participan en múltiples tareas, incluyendo la atención a los turistas –permanecen hasta tres o cuatro días-, al aportar recursos y variados productos alimenticios.
Los turistas vienen a través de Ecotur, agencia que comercializa el turismo de naturaleza, y aprovechamos las potencialidades de la Empresa Flora y Fauna Sancti Spíritus como Rancho Querete, Los Álamos y el Pelú de Mayajigua, pero también las del Parque Nacional Caguanes, precisó.
“Con los mismos recursos del agroturismo hemos cambiado 14 baños sanitarios de viviendas de campesinos, que ahora cuentan con ducha y agua permanente en esta comunidad, con 216 habitantes”, aseguró.
Titi es, además, delegado desde 1993 de la circunscripción 70, perteneciente al Consejo Popular Mayajigua, y desde el primer Taller de Arqueología “aprendimos de geología, biología, calidad del agua, aparecieron sitios arqueológicos y paleontológicos”.
“Cambió la mentalidad del campesino que se interesó por la cultura”, precisó.
En un área a la entrada de la casa una vitrina de cristal permite leer: Muestras Arqueológicas, las cuales asegura Titi fueron encontradas por el joven campesino Alexander Valdivia. Al fondo están un Aula Laboratorio y una Biblioteca comunitaria.
Al fondo se alza un sitio-homenaje al destacado científico cubano Gilberto Silva Taboada (1927-2022) “donde conservamos un par de zapatos usados por él, un reloj, restos de un tabaco que se fumó aquí y un ladrillo donde estampó su firma”, expresó.
Este tipo de turismo es de subsistencia. Fuera del ámbito comunitario no impacta en la economía del municipio de Yaguajay y mucho menos del país.