Con la caída de una de sus “torres”, al estilo de la Eiffel, ícono francés que señorea imponente en medio de la urbe olímpica, para Cuba los días en París 2024 han sido aciagos.
Y no es solo porque hasta el cierre de esta edición su nombre no se había inscrito en un medallero donde otras naciones “menos deportivas” ya aparecen, sino también porque algunos de los aspirantes dijeron adiós temprano y otros han dejado dudas sobre las instalaciones.
Todos coinciden en que lo más tormentoso para la delegación ha sido la inesperada derrota del bicampeón olímpico Julio César La Cruz en su primera presentación en la lid francesa.
Más allá del torrente emotivo que provocó el gesto enaltecedor de su victimario, el también cubano Loren Alberto Alfonso —allí con traje azerbaiyano—, cuando lo abrazó y dedicó elogios para el país que lo formó, lo que quedó sobre el ring fue la pérdida, en buena lid, de una de las medallas por las que Cuba apostaba en estos Juegos Olímpicos, los cuales han enseñado que los favoritismos hay que demostrarlos sobre el escenario competitivo, donde, como el capitán de la armada cubana, otros han caído en sus primeras presentaciones, incluso el tenista Rafael Nadal ante el serbio Novak Djokovic.
Si miramos bien el cronograma y las opciones de Cuba con los atletas que habían terminado este jueves (14 de los 62 que componen la nómina), dado que el boxeo no reparte preseas hasta el final, el hecho de que aún no se haya entrado al medallero resulta lógico, por más que a los que miran desde la distancia les invada el desespero.
Contrarían, eso sí, actuaciones como las del yudoca Iván Silva —un campeón mundial—, no porque haya perdido, como otros tantos en su primer pleito, sino por ni siquiera pelear, como lo dice la decisión final de tres shidos en su contra. O la del subcampeón mundial Saidel Horta, quien, tras ganar el primer asalto, “equivocó” la táctica, según palabras de su propio entrenador.
Porque los Juegos Olímpicos constituyen la meca del deporte universal y la máxima aspiración para cada atleta, quienes tienen el privilegio de llegar hasta ellos deben ofrecer su máximo esfuerzo; y esa sería su mejor medalla.
En esa relación habría que incluir a la espirituana Lisbet Hernández, no por los lugares en que quedó (36 en el rifle de aire a 10 metros y 28 en el rifle a 50 metros tres posiciones), sino porque en ambas modalidades logró tirar lo mejor de su vida con 624.7 y 578 puntos, respectivamente.
Lo más sobresaliente en los días iniciales ha sido su dupla de voli de playa de Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo, que, enfrentados a duplas de nivel superior como la estadounidense y la brasileña, han tenido una actuación demoledora al arrasar en su grupo clasificatorio sin perder un set y así liderar el grupo D, aunque para ellos inicia este domingo una ruta más complicada, ubicados como están entre los mejores 16; pero aquí han mostrado que pueden más.
Para nuestra delegación, lo mejor está por llegar. Después de que este viernes los mandatos del cierre de edición nos dejaran en el suspenso de lo que pudieran hacer los judocas Idalis Ortiz y Andy Granda, optantes a medallas, y la triplista Leyanis Pérez, otra aspirante fuerte, las miradas y las esperanzas también se enfocan en los colchones y la entrada en acción de los luchadores, liderados por la “torre” mayor Mijaín López y toda la expectativa que ronda en torno a su posible e inédito quinto título. Y en estas ascuas de viernes, también Escambray se quedó colgado de la segunda salida del espirituano Alejandro Claro, quien ganó su primer pleito.
En cuanto a opciones, se espera que el boxeo pueda marcar el casillero y no sucumba más en caídas de faros y que el canotaje proporcione la clarinada con su campeona mundial Yarisleidi Cirilo a la cabeza, pues lo de aspirar a que Leuris Pupo dé en el blanco de su tercera medalla olímpica ya se inscribe en la lista de los sueños. Lo demás sería apostar por que las sorpresas nos sonrían en los deportes que restan.
Cuba aparte, París 2024 , al margen de los “tablazos” emergidos de la contaminación de su regio río Sena, la suspensión inicial de su servicio de trenes, los ataques cibernéticos y las ronchas que provocó más de una de las representaciones en su fastuosa, inédita y larga inauguración, ha sido la gran fiesta que se presagiaba con sus deslumbrantes escenarios y su público delirante, capaz de desbordar las sedes y aplaudir por igual a propios y foráneos, a ganadores y perdedores, como si los aires de su era ilustrada no se hubiesen marchado nunca de esa tierra elegantísima.
Y ha tenido en las competencias de un altísimo nivel, con récords mundiales y olímpicos destrozados, caídas inesperadas de torres universales.
Actualizando Andy Granda y las triplistas se fueron sin medalla junto con el dinero gastado, no ya en los deportistas sino en la corte de funcionarios que los acompañan en esa especie de turismo deportivo,mientras se le pide al pueblo que se apriete el cinturón .Antes de censurarme,preguntase si es cierto o no lo que escribo y si es justo