A las 5:15 a.m., justo, cuando hace 71 años las balas impactaron la posta 3 y los muros del cuartel Moncada, Sancti Spíritus tomó la historia por asalto.
Y allí, en la Plaza de los que militamos en el bando de los que aman y fundan, en la Plaza donde la Revolución nace todos los días, 5 000 espirituanos compartimos el amanecer de este 26 de Julio, junto a la generación que no tembló; que ultimó, definitivamente, a la dictadura el Primero de Enero de 1959.
Por ello, este 26 de julio llegó la evocación de tamaña proeza, de aquella épica, que tuvo otros heroicos pasajes, como la venida en el yate Granma desde México; el reencuentro en Cinco Palmas y la creación del Ejército Rebelde, que bajó la Revolución de la Sierra Maestra. Evocación y reverencia en la voz del miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa, cuyas palabras de aliento llegaron a cada esquina de la plaza escoltada por las palmas reales.
De los espirituanos, dijo que han sabido estar, una vez más, a la altura de su gloriosa historia, que atesora un admirable legado de tradición de lucha desde la etapa colonial hasta el presente.
En este amanecer rojinegro, rebelde y mambí; en este amanecer de remembranzas, también nos escoltaron la bravura y la hidalguía del espirituano más ilustre: el Mayor General Serafín Sánchez. La recordación vino en las palabras de la integrante del Comité Central del Partido y primera secretaria de la organización política en Sancti Spíritus, Deivy Pérez Martín.
La dirigente partidista, por un lado, agradeció, en nombre del pueblo espirituano, la decisión del Buró Político del Partido de otorgarle la sede del acto nacional por el 26 de Julio a Sancti Spíritus, y, por otro, habló de desafíos, de empeños.
De evocadoras imágenes, de escenas en escenas, de canto en canto; colmado de arte genuino y comprometido con su tiempo y para todos los tiempos, transcurrió la celebración este viernes del Día de la Rebeldía Nacional en Sancti Spíritus; y en la Plaza de Serafín, listo para enjaezar el caballo, estuvo otro líder: Raúl Castro, el combatiente que fue como soldado a la toma del Palacio de Justicia, como parte del plan diseñado por Fidel, y que devino jefe de aquella acción específica. Este 26 Raúl volvió a estar entre nosotros, y de nuevo nos llegó su espíritu indomable, rebelde y mambí.
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