Tras más de una semana de negociaciones, la Organización de Naciones Unidas (ONU) consiguió este sábado adoptar un firme documento final para combatir las armas pequeñas y ligeras ilícitas en todo el mundo.
La cuarta Conferencia del organismo dedicado al tema concluyó con el establecimiento de un grupo de expertos técnicos de composición abierta para abordar los avances en la fabricación, la tecnología y el diseño de aparatos bélicos pequeños y ligeros.
El titular de Naciones Unidas, António Guterres, saludó los avances consolidados con el evento, como los compromisos asumidos por los Estados para fortalecer la cooperación y asistencia internacionales, así como para implementar políticas con perspectiva de género.
A propósito de la cita, Guterres reconoció en un comunicado que la proliferación, el desvío y el uso indebido de artefactos pequeños y ligeros amenazan la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible en todo el mundo, al tiempo que alimentan conflictos y violencia armada con costos humanos devastadores.
Sin embargo, el alto representante se mostró optimista con el resultado de la conferencia, que ayudará a fortalecer los esfuerzos colectivos y nacionales para combatir las armas pequeñas y ligeras ilícitas hasta la próxima edición de examen en 2030.
Entre otras acciones, el documento aprobado recomienda eliminar las armas nucleares e impulsar la diplomacia preventiva en una era de divisiones.
Además, insta a cambiar el paradigma de prevención y mantenimiento de la paz dentro de los países, acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para abordar los factores subyacentes de la violencia y la inseguridad, y transformar las dinámicas de poder de género en paz y seguridad.
Otros pasos esenciales en materia de desarme resultan las interrelaciones entre el clima, la paz y la seguridad, y la reducción del costo humano de las armas.
Según el organismo, las armas pequeñas y ligeras ilícitas alimentan y sostienen conflictos armados en todo el mundo al tiempo que contribuyen a la violencia cíclica, las catástrofes humanitarias y el desplazamiento forzado y pueden provocar inseguridad alimentaria.
La mayoría de los casos de violencia sexual relacionados con esos enfrentamientos también involucran a este tipo de armamento.
Incluso en entornos sin conflictos de todo el mundo, resulta innegable su impacto negativo.
Cifras citadas por la ONU estiman que el número total de personas que perdieron la vida como resultado de homicidios intencionales supera con creces las muertes en pugnas armadas de 2015 a 2021.
Solamente en 2021, un 45 por ciento -260 mil víctimas- de las muertes violentas fueron cometidas con armas de fuego, sin contar los suicidios.
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