Personajes icónicos como Tristolino o la rana Cúcara, junto a los que hiciera en Los Yoyos o en El mago del Cachumbambé, han marcado el itinerario creativo de la actriz y la realizadora Ana Nora Calaza, quien recibirá el 24 de octubre el Premio Nacional de Televisión 2024.
Son solo algunos ejemplos del talento y la entrega que la han convertido en una figura fundamental del arte concebido para el público infantil en Cuba. Su capacidad para dar vida a estos títeres, con una energía y dedicación, cautivó a generaciones completas de niños. De hecho, sus interpretaciones se han instalado la memoria colectiva del país.
El reciente otorgamiento del más importante galardón cubano por la obra de una vida en televisión es un homenaje a décadas de pasión y compromiso. Ella nunca se limitó a seguir un libreto; se entregó completamente a cada personaje. En la imaginación de muchos niños cubanos esos muñecos tenían vida, carácter, pasión. Es el resultado del talento y la versatilidad de una actriz muy querida, siempre cercana.
Su carrera ha implicado una constante reinvención y adaptación a las necesidades y gustos de cada tiempo. Pero hay un núcleo invariable, que forjó honrando la mejor tradición del teatro de muñecos en Cuba. Esto ha hecho de Ana Nora un referente no solo para sus colegas, sino también para los padres y educadores que han visto en su trabajo aportes a la formación de valores y conocimientos para los niños.
La obra de Ana Nora Calaza, raigal y apegada al acervo de la cultura cubana, es un recordatorio de las credenciales artísticas de la televisión. En un mundo donde la creación para los niños puede resultar efímera y superficial, la dedicación de Ana Nora Calaza a su arte destaca por su constancia y autenticidad. Con ella recibirán el Premio sus grandes personajes, que son desde hace mucho patrimonio de la Televisión Cubana y de la nación toda.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.