Sinuosas y enrevesadas, las calles del Centro Histórico de Sancti Spíritus evocan aquellos lejanos tiempos de la Colonia, cuando los espirituanos de entonces hicieron crecer la población guiados por las resoluciones de la Metrópoli, pero aplatanando aquellas disposiciones a la espontaneidad insular.
Llena de recovecos, boquetes célebres y plazuelas inesperadas, la trama de la cuarta villa de Cuba debe mucho, según la experta en temas patrimoniales Alicia García Santana, al aislamiento geográfico de la población inicial, gracias a lo cual Sancti Spíritus mantuvo sin apenas modificación la estructura urbana de fundación derivada del urbanismo regular bajomedieval español.
“Tiene, además, las huellas del complejo proceso de integración por medio del cual quedaron enlazados dos tipos de trazados urbanos: el de la villa de los españoles integrada por calles casi paralelas y extendida entre la Iglesia Parroquial y la de La Caridad, y el que pudo ser el asentamiento primario de los aborígenes, el pueblo de indios, caracterizado por la irregularidad de las calles, representado por el barrio aledaño a la iglesia de Jesús Nazareno”, asegura García Santana.
Con menos conocimientos históricos, pero con la sabiduría de haber desandado esas calles la vida entera, varias generaciones de espirituanos han dejado constancia gráfica de los más insospechados parajes de una ciudad que, si de algo puede presumir, es de ser peculiar y fotogénica.
Muchas gracias por este material. Interesantisimas las fotografías, trato de ubicar los lugares, pero es difícil. Rara vez se ven imágenes tan antiguas como esas. Gracias nuevamente.