Al menos 100 aldeanos murieron en el noreste de Nigeria cuando presuntos extremistas islámicos de Boko Haram abrieron fuego en un mercado contra fieles y en las casas de la gente, dijeron los vecinos el miércoles. Se trata de la matanza más reciente en la lucha más larga de África contra el grupo insurgente.
Según el portavoz de la policía de Yobe, Dungus Abdulkarim, más de 50 extremistas montados en motocicletas entraron el domingo por la noche en la zona municipal de Tarmuwa, en el estado de Yobe, y comenzaron a disparar antes de prender fuego a los edificios.
La policía atribuyó el ataque a Boko Haram, que desde 2009 ha lanzado una insurgencia para establecer su interpretación radical de la ley islámica, o sharía, en la región. Desde entonces, Boko Haram se ha escindido en distintas facciones, que en conjunto son responsables de la muerte directa de al menos 35 000 personas y del desplazamiento de más de dos millones, así como de una crisis humanitaria con millones de personas que necesitan desesperadamente ayuda exterior.
En lo que va del año, al menos 1 500 personas han muerto en la región en ataques de grupos armados, según el Proyecto de Datos sobre Localización y Sucesos de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos.
El vicegobernador de Yobe, Idi Barde Gubana, dio una cifra mucho más baja, de 34 muertos en el ataque del domingo. Las estadísticas contradictorias son una tendencia común en la crisis de seguridad, ya que el número de muertos según el recuento de los supervivientes suele ser superior a la cifra oficial.
Los 34 muertos citados por el vicegobernador eran los enterrados en una sola aldea, declaró Zanna Umar, líder de la comunidad, que dijo que hasta ahora habían confirmado 102 aldeanos muertos en el ataque. La mayoría de los demás fueron enterrados antes de que llegaran los funcionarios, o sus cuerpos fueron trasladados a otros lugares para ser enterrados.
“Seguimos trabajando para buscar a más personas, porque todavía hay muchos desaparecidos”, dijo Umar.
El atentado del domingo es uno de los más mortíferos del último año en Yobe. El estado es atacado con menos frecuencia que la vecina Borno, epicentro de la guerra con Boko Haram.
Los medios de comunicación locales informaron que los extremistas reivindicaron la autoría del ataque, afirmando que se había producido en represalia por la información facilitada por los aldeanos a los agentes de seguridad sobre sus actividades. Varios miembros de Boko Haram murieron como consecuencia de la información facilitada por los aldeanos, según las declaraciones de los milicianos.
Las represalias son frecuentes en el noreste del país, y a veces los aldeanos “pagan el precio” de las operaciones militares, según Confidence MacHarry, de SBM Intelligence, una empresa de seguridad con sede en Lagos.
“Es la primera vez que nuestra comunidad se enfrenta a un ataque tan devastador”, declaró Buba Adamu, un jefe local, con la voz entrecortada por el dolor y el miedo. “Nunca imaginamos que algo así pudiera ocurrir aquí”.
El presidente nigeriano, Bola Ahmed Tinubu, que fue elegido el año pasado con la promesa de poner fin al conflicto con Boko Haram, condenó el ataque en un comunicado en el que intentó asegurar a los aldeanos que se haría justicia, pero guardó silencio sobre las medidas de seguridad.
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