La huella del Comandante Camilo Cienfuegos en el norte espirituano es imborrable. La hazaña militar que protagonizó el guerrillero durante el último trimestre del año 1958, cuando llevó a cabo la campaña liberadora de los pueblos de la región central del país que culminaría con la Batalla de Yaguajay, lo inmortalizaron a la estatura de Héroe.
Su figura ha sido recurrente para muchos artistas; por ello, no es casual que en el territorio existan más de una decena de obras dedicadas al Señor de la Vanguardia, entre las que sobresalen esculturas, pinturas, bustos y tallas en madera, fruto de la creación de varios artistas cubanos, algunos de ellos hijos de este terruño.
Cuando se repasa la historia de la presencia de Camilo en Yaguajay rebasa sus acciones militares, posterior al triunfo de la revolución regresó en varias ocasiones, hasta su desaparición física en el 28 de octubre de 1959. En toda la geografía y por cada sitio donde dejó su huella se encuentran estas obras de arte, elaboradas en diversos materiales y visiones artísticas.
EL RETRATO DE CAMILO
Entre las obras artísticas dedicadas a homenajear al Héroe de Yaguajay figura lo que se conoce popularmente como el Retrato de Camilo, ubicado en la intersección de las calles Panchito Gómez y Alonso. Cuenta Gerónimo Besanguiz Legarreta, director del Complejo Histórico Comandante Camilo Cienfuegos, que este sitial se erigió en el año 1960, al cumplirse el primer aniversario de la desaparición física del Señor de la Vanguardia.
“Fue una obra construida en hormigón que sostenía un tablero de madera con una foto del combatiente guerrillero, que se iluminaba de noche con lámparas fluorescentes. Luego evolucionó a una estructura de hormigón tridimensional que semejaba una urna de cristal donde se exponía una pintura del jefe rebelde, elaborada por la maestra y pintora Lilia Jacomino Vergara. Años más tarde se transformó”, acota el acucioso investigador.
Fue durante el primer lustro de este siglo cuando el arquitecto Cándido Alexey Calzadilla y el escritor Ángel Miguel Martínez Gómez, propusieron un proyecto renovador del lugar. Según declaraciones de Ángel Miguel, “la propuesta que se materializó es una obra de mayor altura construida en hormigón que representa la “Y” de Yaguajay, sobre la cual descansa una figura que evoca el paisaje típico de la región, en el cual se emplearon materiales locales, como lajas blancas y la calcita (diente de perro), para referirse a la presencia de estos en los escenarios por donde acampó o transitó la guerrilla en los montes de la Sierra de Bamburanao”.
Alega el escritor que “desde la perspectiva y el consenso de ambos autores, se trabajó en la colocación en las dos caras del sitial, de la figura de Camilo de forma transparente, confeccionada con alambrón de acero en alusión al temple del jefe guerrillero”.
BUSTOS: OTRA DIMENSIÓN DEL HÉROE
Si un lugar resultó acogedor y estratégico para las operaciones militares de la tropa rebelde durante la campaña liberadora fue Juan Francisco, donde se estableció uno de sus campamentos y el hospital de campaña. Aún sus pobladores más longevos recuerdan al Comandante Camilo Cienfuegos, quien volvió tras el triunfo revolucionario a la zona, donde se ganó el cariño de sus habitantes.
El Hospital Rural que construyó la revolución atesora uno de los bustos erigidos a su memoria, confeccionado por la pintora y escultora Diomedes Sánchez Cabrera, Mellita, quien a sus 82 años de edad recuerda que la obra fue su trabajo de graduación en la Escuela Vocacional de Arte Leopoldo Romañach, de Santa Clara.
“Por aquel entonces —cuenta la artista—, un médico que atendía el hospital me motivó a crear una escultura dedicada a Camilo y elaboré una pieza de más de un metro de altura, pero tropecé con la dificultad de hacer el sombrero que distinguía al guerrillero. Mi padre me apoyó y lo confeccionó en alambrón tejido, luego vino el resto del proceso hasta su fundición en cemento. La obra se develó en el año 1963, tras graduarme, y es parte del homenaje y recordación a la presencia en Juan Francisco de Camilo durante los últimos meses de la guerra”.
Se inscribe también entre las primeras obras de arte dedicadas a Camilo un busto tallado por Osneldo García, Premio Nacional de Artes Plásticas (2003), formado en San Alejandro. Sus inquietudes revolucionarias lo convirtieron en combatiente al incorporarse al Frente Norte de Las Villas, en la Columna No. 2 Antonio Maceo, liderada por el Héroe de Yaguajay.
En cierta ocasión, el propio Osneldo reveló al periodista Jaime Sarusky, en una entrevista publicada por la revista Revolución y Cultura No. 1 del año 2005, a su regreso a Mayajigua, su pueblo natal, que después del triunfo de la Revolución se dedicó a la talla en madera, y la desaparición física de Camilo lo condujo a la confección del busto del jefe guerrillero que hoy atesora el Museo del Complejo Histórico, y cuya particularidad, según relató Gerónimo Bezanguiz, radica en que la figura del Héroe de Yaguajay no lleva sombrero, prenda de vestir que lo caracterizó durante la guerra. Existe otro busto con sombrero tallado por el mismo artista, pero se desconoce su ubicación, acotó el investigador.
MURALES
La muralística también recuerda a Camilo en predios yaguajayenses, desde la obra alegórica a la Batalla de Yaguajay, ubicada en la intersección de las calles Serafín Sánchez y Emilio Núñez, y cuya idea central refiere la unidad del pueblo en torno a la figura de Camilo.
Aproximadamente en 48 metros cuadrados, el arquitecto local Cándido Alexei Calzadilla nos presenta una copia del sombrero alón que usara el Señor de la Vanguardia con la mirada puesta en las maniobras del conocido Dragón I, especie de blindado rebelde ideado por el héroe para la toma del cuartel a finales de diciembre de 1958. El mural contiene, además, figuras representativas de fusiles en manos del pueblo y otros símbolos que revelan la proeza de la invasión hasta Las Villas y anuncia la victoria revolucionaria.
Otro mural dedicado a Camilo se encuentra en un lateral de la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular y fue elaborado por Osmani Díaz García, artista empírico, quien utilizó distintos materiales donde se combinan diferentes colores de gres cerámico, piedras y tejas de barro.
Según nos contó su autor, la obra, enmarcada en unos 12 metros cuadrados, busca desde una perspectiva visual distante apreciar la grandeza política del Comandante rebelde, realzando su papel en la batalla de Yaguajay, donde la combinación de tejas y piedras representan la fortaleza y unidad de las ideas entre el pueblo y los combatientes. Resalta además su grado militar de Comandante y el escudo local al centro del mural distingue la acogida que tuvo Camilo durante la hazaña militar de diciembre de 1958. Por supuesto, no podía faltar la bandera como símbolo de la cubanía que presidió la gesta libertaria”, agrega el artista.
ESCULTURAS CON DIFERENTES PERSPECTIVAS
La foto que tomó Perfecto Romero a Camilo durante los últimos días de la Batalla de Yaguajay sirvió como referencia a la espirituana Thelvia Marín para elaborar la mayor escultura en bronce que existe en Cuba dedicada al Señor de la Vanguardia, erigida justo a la entrada del complejo. En ella Camilo aparece vestido de uniforme de campaña, usando el sombrero alón que lo distinguiría desde su llegada al Ejército Rebelde y mirando el antiguo cuartel de la Guardia Rural, donde se encontraban las fuerzas enemigas en el combate.
Según la descripción de Gerónimo Besánguiz Legarreta, “la escultura, moldeada en bronce, tiene 5 metros de altura y pesa 4.5 toneladas. Se apoya en una base que emerge de un estanque de aguas en movimiento rodeado por un elemento de forma octogonal y altura irregular a modo de montañas”.
Recuerda el historiador que muchas de las piezas del Mausoleo a los Mártires del Frente Norte de Las Villas también salieron de las manos de Thelvia Marín, pues precisamente el nicho simbólico dedicado a Camilo, ubicado al centro del sitial y enchapado en mármol gris, tiene una sobretapa esculpida en el metal dorado, que simboliza las olas del mar y, sobre esta, el sombrero alón a escala natural.
Al escultor José Delarra se debe también el monumento erigido a Camilo Cienfuegos en los montes de Jobo Rosado, donde estuvo el primer campamento de la tropa rebelde tras su arribo a suelo villareño. Desde el año 2003 se levanta allí esta obra, considerada entre los últimos aportes del artista a la historia combativa y la gesta revolucionaria en esta región del norte espirituano. Se levanta en medio del monte, que, con el verdor de sus árboles, aporta el color del uniforme del Señor de la Vanguardia. Calada en el concreto, de cemento blanco y marmolina —elementos que aportan belleza—, aparece la imagen traslúcida del guerrillero, con su sombrero alón y fusil en ristre, como si caminara por encima del diente de perro.
La epopeya que protagonizara el Comandante Camilo Cienfuegos en Yaguajay durante la campaña liberadora va más allá de un suceso histórico y encuentra otros ecos en el arte, especialmente en la galería que atesora el Complejo Histórico, donde se exhiben más de 50 obras elaboradas con diferentes técnicas, que van desde el óleo, pintura al pastel, frescos, entre otras.
La creación artística deviene aliada de la historia para que prevalezca la huella que dejaron los hombres en los pueblos, como expresión genuina de identidad local. La imagen imborrable de Camilo no podía ser una excepción en Yaguajay.
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