Ciencia que sustituye importaciones

Que en pocos meses la Refinería Sergio Soto, de Cabaiguán, haya dado un salto cualitativo que le permita asumir hoy toda la demanda de aceite dieléctrico para los trasformadores de hasta 33 kilovoltios (kV) del país solo es posible con el empleo de la ciencia y la innovación como puntas de lanza destinadas al desarrollo de la única entidad en Cuba capaz de procesar el crudo nacional.

Se trata de un producto estable a elevadas temperaturas y con adecuadas propiedades refrigerantes dada su baja viscosidad, que se elabora con lubricantes hidrogenados, los cuales ofrecen una elevada resistencia a la corriente eléctrica y a la oxidación. Obtenerlo “en casa” le ahorró a la nación sumas millonarias en 2023 por concepto de sustitución de importaciones.

“En Cabaiguán se encuentra actualmente la única planta cubana que produce aceite dieléctrico para los trasformadores de hasta 33 kV. El mismo se obtiene a partir del corte lateral en la refinación del petróleo crudo nacional procedente de yacimientos ubicados en las provincias de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus”, explicó a Escambray Mijaíl Bonachea Crespo, director general de la industria cabaiguanense.

El lubricante se comenzó a producir para los trasformadores de 13.5 kV, pero, a partir de varias modificaciones tecnológicas y pruebas industriales lideradas el año anterior por sus propios especialistas, se pudo extender hasta los de 33 kV.

La unión con entidades como la Universidad Marta Abreu de Las Villas ha posibilitado la formación de varios doctores en ciencias, quienes han sido protagonistas de las trasformaciones tecnológicas de los últimos tiempos.

“Los resultados obtenidos pertenecen también a personas que hoy, como parte de un programa de superación de posgrado, investigan no solo para concluir sus respectivas tesis; sino para solucionar los problemas de la empresa y del país”.

El aceite dieléctrico no puede oxidarse —porque dañaría el trasformador eléctrico— ni presentar humedad, es por ello que se mantiene en una cámara de nitrógeno hasta comercializarlo a la Unión Nacional Eléctrica (UNE).

El producto se procesa en la planta de aceites básicos, la cual cuenta con 17 trabajadores, encargados de enfrentar un complejo proceso que demanda el empleo de ácido sulfúrico, el cual es neutralizado con hidróxido de sodio, también conocido como sosa cáustica, para luego ser filtrado y finalmente incorporarle un aditivo antioxidante.

En coordinación con la UNE y el Centro de Investigación del Petróleo, ubicado en La Habana, fue posible realizar todas las pruebas requeridas a escala industrial para convertir este sueño en realidad y cada tres meses se muestrea el resultado del aceite obtenido que siempre ha sido satisfactorio.

“Hoy, al producirlo nosotros, el país se ahorra toda la demanda de este producto y hablamos de unas 1 000 toneladas anuales”, expresó Bonachea Crespo.

El directivo agregó que este año continuarán los estudios, a escala de laboratorio, de crudos importados con el objetivo de aumentar la producción y comenzar, de ser posible, su exportación a otros países.

La Refinería espirituana posee tres plantas de proceso: la de destilación atmosférica, destilación al vacío y la de aceites básicos, esta última encargada de elaborar, además del dieléctrico, un lubricante que se emplea en la agricultura para combatir la plaga de la Sigatoka en el plátano y el boniato.

Para este 2024 pretenden, asimismo, continuar con la producción de asfalto, además de implementar su comercialización con formas de gestión no estatal a través de las estructuras de la Unión Cuba Petróleo. También la entidad trabaja para lograr, en un futuro cercano, la exportación del asfalto hacia América Latina y el Caribe.