Cofradía poética

Como cada año, Sancti Spíritus se convierte en la capital de ese género literario al acoger voces de diferentes sitios del país

La XXXIV Jornada Nacional de la Poesía se dedicó a Celestina García Palmero. (Foto: Lisandra Gómez)

Heredera de lo gestado al calor de la década de los 80, cuando un grupo de jóvenes, liderado por Esbértido Rosendi, soñó convertir a Sancti Spíritus en la capital de la poesía, en este 2024, año de muchas complejidades, se experimentó todo lo bueno y sanador que inspira ese género literario.

“Ha logrado ese anhelo porque es una ciudad donde la poesía ha vivido con más intensidad, sobre todo después del triunfo de la Revolución —reconoció Virgilio López Lemus, doctor en Ciencias Filológicas e invitado especial a la cita—. Eventos como este nos permiten conocernos, compartir con las nuevas generaciones, tal y como sucedió en aquellas primeras ediciones a las que llegué a esta tierra, que es mi tierra porque soy hijo de Fomento. La felicidad en cada asistencia es infinita”.

Junto a este reconocido poeta, investigador y a quien se le dedicará la Feria Internacional del Libro 2025, otros llegados desde Las Tunas, Holguín, Camagüey y La Habana compartieron con los públicos, junto a los espirituanos, sus más recientes creaciones en diferentes espacios como la Universidad de Sancti Spíritus José Martí, el patio del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la Casa de la Trova Miguel Companioni, en tanto hicieron extensivo el evento al municipio de Trinidad.

“La cultura salva, sin ella no somos nada —expresó Tomasa González Pérez, directora del Centro Nacional de Promoción Literaria Dulce María Loynaz. De ahí que, aunque los tiempos sean tan complejos como los actuales, no podemos dejar de hacer espacios como estos, donde se honra el legado de tantos escritores que con sus textos contribuyen a la construcción de nuestro país. Ese ha sido siempre uno de los objetivos del Ministerio de Cultura y qué mejor lugar que Sancti Spíritus para ubicar a la poesía en el centro del altar de la Patria”.

Además de las conferencias, lecturas y descargas musicales, la Jornada Nacional de la Poesía sirvió para reconocer a personalidades e instituciones, así como presentar y comercializar títulos de editoriales nacionales y territoriales.

“No podíamos dejar de asistir a esta cita porque la poesía es uno de los pilares de la Editorial Letras Cubanas y, por tanto, promocionar esos textos es parte de nuestro trabajo. Ha sido muy satisfactorio llegar hasta aquí para compartir libros de Miguel Barnet, así como de Virgilio López Lemus y Carlos Esquivel, autores de nuestro catálogo y que también participaron en este evento”, acotó Yanelys González Leyva, directora de esa institución

HOMENAJE SINCERO

En esta XXXIV Jornada Nacional de la Poesíatodos los honoresse dedicaron a Celestina García Palmero, una mujer que se presenta desnuda —como ella misma revela— en cada uno de los versos que brotan desde su alma.

“Me sorprendió esta dedicatoria porque nunca imaginé que tuviera ese derecho, para decirlo de alguna manera. Realmente, me siento muy agradecida porque este es un evento esperado por todos los escritores. Resulta el momento de encontrarnos, de decirnos qué estamos haciendo, por dónde andamos, qué hemos hecho, además de que se convierte en el espacio ideal para presentar creaciones exquisitas”.

Autora de tantos versos que ha perdido la cuenta, mujer de coros y rumbas porque formó parte por alrededor de tres décadas del Coro de Clave —agrupación centenaria y única de su tipo en el país—, defensora de los muchos corpus femeninos, Celestina se confiesa en cada diálogo con los públicos.

“Escribo como necesidad. No puedo vivir sin hacerlo, aunque sea un verso. Lo dejo ahí, vuelvo cuando regresa la inspiración. No importa lo que esté haciendo. Si lavo, me seco las manos y me enfrento a ese momento. Hay cosas que duelen mucho. Tengo textos que son extremadamente dolorosos, que son hijos de ese refugio que encuentro en el papel. Busco ese aspecto agradable, visible, entrañable que es la poesía y plasmo en ella todo lo que siento. No importa cómo venga, después entonces hago la limpieza, el trabajo, que una aprende a hacer porque llevo muchos años ya en este mundo. Cuando el texto está listo siento un vacío, una limpieza extrema.

“Trabajé muchos años en la Educación Especial, y ahí conocí a muchas mujeres con desgarramientos, dolores y siento la necesidad de expresar todo eso. Saco fuera todo ese mundo femenino”, concluyó.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

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