¿Cómo Guayos vuelve a la rutina después del accidente ferroviario en el kilómetro 349? (+fotos)

“Por el estruendo pensé que se había acabado el mundo. Estaba en el lavadero y vi pasar uno de los trenes. Mi esposo, que en ese momento amarraba la yegua, sí presenció el choque. Hasta el animal se paró en dos patas. Aquello fue terrible; los chorros de petróleo salían por todas partes”.

Idania Vera Cañizares tiene los nervios de punta desde el instante en que el llavín de la puerta de entrada a la casa también parecía cerrero. Entre cuatro paredes encomendó su vida.

Poco después de las siete de la mañana del sábado 7 de diciembre, Guayos saltó de la cama tras la colisión de dos trenes de carga en el kilómetro 349 de la Línea Central del Ferrocarril.

MOLES DE ACERO CARA A CARA

El follaje de los árboles plantados alrededor del sitio, de verde cambió a negro. Al impactarse el Tren Extra No. 67, proveniente de la Zona Especial de Desarrollo de El Mariel, con parada final en Camagüey, contra el Tren Extra No. 912, rumbo a la Refinería de Petróleo Sergio Soto, una de las seis pailas de combustible conducidas hacia ese destino al sufrir los efectos del choque, descarrilada simulaba un río de crudo nacional. 

Los patios anegados por el producto viscoso y oscuro encarnan la imagen de la tragedia que, por fortuna, no le costó la vida a ninguno de los tripulantes de ambos medios de transporte ni a los moradores guayenses, prácticamente con un pie en su vivienda y otro en la vía férrea.

En menos de 24 horas el paisaje agreste, entre las estaciones de Guayos y Siguaney, tomó una dimensión dantesca. La emergencia unió a sectores claves de la provincia para contener el derrame y restablecer el tráfico por dicho tramo del ferrocarril.

Reinaldo Pedro Prida Rodríguez, innovador de renombre en la isla por los aportes que trascienden la Unidad Empresarial de Base (UEB) Mantenimiento en ese polo manufacturero cabaiguanense, fue uno de los hombres que, manguera en mano y con el combustible rozándoles las rodillas, contribuyeron a la evacuación del líquido, capaz de sumergir a algunos metros aledaños a la zona.

“En casos de tal magnitud, los trabajadores estamos disponibles para solucionar el problema. Al tener experiencia en una situación semejante, porque hace unos años colaboré en un acontecimiento similar en Zaza del Medio, lo fundamental es evitar otro percance dentro del mismo incidente”, relata quien, vestido con el traje de la Unión Cuba Petróleo (Cupet), respiró ese olor hasta las últimas luces del día y el domingo volvió al ojo de la catástrofe.

La contingencia comprometió a múltiples sectores. Dada la voz de alarma, acudieron brigadas del Ministerio del Interior (Minint), de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de la Unidad Empresarial de Base (UEB) número 2 Obras de Ingeniería de la Empresa de Construcción y Montaje Sancti Spíritus, que en un abrir y cerrar de ojos habilitó un vial de acceso para agilizar las labores.

Aunque la infraestructura de la línea no presentó afectaciones significativas, quedaron retorcidos un contenedor, otros equipos tractivos y la locomotora 38 266 a la cabeza de los vagones de petróleo, de los dispositivos, el más dañado por el accidente.

Mijail Bonachea Crespo, director de la planta refinadora, puntualizó que se recuperaron alrededor de 42 000 litros de combustible, cerca del 70 por ciento de lo contenido en el depósito averiado.

“Lo primero fue reducir el vertimiento para aminorar las pérdidas y proteger el ecosistema. Concebimos una excavación para que el crudo cubano drenara hacia ese hueco”, agregó.

Puntualizó que una vez los carros-cisternas aspiraron el mayor volumen de combustible esparcido y lograron trasladarse las pailas restantes a la industria, ejecutaron la fase de descarga para comenzar el procesamiento del mismo.

DESVELO AMBIENTAL

A la vuelta de tres jornadas, persiste en la memoria de Guayos el pitazo que enmudeció a un pueblo e impregnó el espíritu de movilización. Por un buen tiempo perdurarán ese mal recuerdo y las manchas de petróleo dispersas por doquier.

Bien lo saben dos de las familias que colindan con la franja de la línea, quienes todavía tienen vedado poner un pie en los patios tintos en combustible, cifras que menguaron pero aún inquietan. Los especialistas mantienen la vigilancia de un hecho catalogado como no significativo.   

Leonel Díaz Camero, delegado territorial del CITMA en la provincia, añadió que a pesar de los considerables niveles derramados, el lugar difiere a un ecosistema  acuífero o de otra índole que pueda experimentar grandes afectaciones.

El Centro de Servicios Ambientales de Sancti Spíritus informó que este se considera un “hecho de impacto negativo al medio ambiente pero de magnitud baja, debido a que ocurre en un área relativamente pequeña en relación con la zona urbana”.

En ambas viviendas, con evidentes daños en los patios, disponen de una fuente para uso del recurso hídrico. “Se prevé una afectación de la calidad del agua y posible contaminación del manto freático en esa área, lo cual pudiera repercutir o no en pozos cercanos”, precisa el análisis realizado.

A la preocupación de los vecinos damnificados que perciben molestias por los fuertes olores desprendidos, como consecuencia del producto derramado, los expertos sostienen que “no se tienen elementos para confirmar la contaminación del aire”.

De acuerdo con Bonachea Crespo, se acciona en la extracción del suelo impactado para llevarlo al área de biorremediación de la Refinería y restablecer el entorno, según lo dispuesto en el protocolo de saneamiento.

“Aplicaremos la técnica de landfarming, un tratamiento biológico que permite recuperar suelos contaminados por hidrocarburos, para reutilizar el terreno”, especificó.

Como enunciara el Ministerio de Transporte, mientras avanza el proceso investigativo de rigor para esclarecer las causas y condiciones que originaron el accidente, se presume que el motivo de hechos fatídicos similares a este obedece al “incumplimiento del reglamento de operaciones de los ferrocarriles”, detalla la nota. La justicia tomará partido con los responsables implicados.