Companioni, el bardo de Mujer perjura

Este 29 de julio se conmemora el aniversario 143 del natalicio de Miguel Rafael Companioni y Gómez, uno de los trovadores más icónicos de Sancti Spíritus

En la Casa de la Trova de Sancti Spíritus una escultura rinde homenaje a Companioni.

Miguel Companioni nació en 1884, dicen unos, en 1881, según otros. Pronto la vida le jugaría una mala pasada: perdió la visión en la adolescencia. Afirman sus biógrafos que, de haber tenido la posibilidad de atenderse su dolencia en La Habana, hubiera salvado la vista. Era rebelde y voluntarioso. Estudió guitarra, instrumento que dominó hasta convertirse en un maestro, y se dedicó luego al aprendizaje del piano. Desarrolló en Sancti Spíritus una intensa labor cultural. Fue director de coros de clave, e inspirado compositor de música para ese tipo de formaciones, y fundó y dirigió la Orquesta Francesa, en 1920, y la Orquesta Argentina, un año después. Se dice que fue uno de los puntales del danzón en la zona central del país. Fue asimismo un animador ferviente de agrupaciones trieras, como el legendario trío Pensamiento, que llegó a dirigir.

La calidad y el número de las creaciones de Companioni lo colocan por derecho propio en el altar de la trova cubana.

Más de 300 obras tienen el sello del espirituano, buena parte de estas con título de mujer: Herminia, Rosalba, Esther, Serafina y Lilí, entre otras.

La música fue el mejor refugio de Companioni ante su ceguera: Estudió guitarra y piano; fundó el Coro de Clave de Santa Ana; formó y dirigió las orquestas Francesa (1920) y la Argentina (1921).

Existen tres obras musicales que identifican a Sancti Spiritus: Pensamiento, Rosalba y Mujer Perjura. Baste decir que las dos últimas son de la autoría de Companioni.

Fue esa una época clave para la promoción y desarrollo de la música espirituana.

Miguel Companioni, “Teofilito” Alfredo Varona, Manolo Gallo, y Rafael Rodríguez. Una pléyade de trovadores que marcaron tiempos de grandeza para la música espirituana, sin estridencias, saludándose cada noche en los vericuetos de esta ciudad, sin imaginar que lo que hacían por placer y algún dinero estaba destinado a trascenderlos.

Años en que los Coros de Claves, La Parranda Hermanos Sobrino, los Septetos, las orquestas y los trovadores gestaban sin saberlo la banda sonora de una ciudad que aun los reverencia siglos después.

Y en la cúspide de ese altar, como dos patriarcas, con estudios musicales, una obra que los distinguía y el respeto de todos Companioni y “Teofilito”. En franca competencia con sus coros de claves, alternando encargos, serenatas géneros y formatos musicales.

Qué sería de esta ciudad sin Pensamiento, sin Rosalba, sin Herminia, sin Mujer perjura?. ¿Qué canciones cantaría esta ciudad?

Companioni fue, sobre todo, un trovador. Brilló en las serenatas, y de su participación en ellas surgieron innumerables obras con nombres de mujer que respondían a las exigencias de una vasta clientela. Preferentemente los sábados por la noche, un enamorado se concertaba con Companioni para llevarlo ante la ventana o el balcón de su amada. Le explicaba los sentimientos que lo movían: arrepentimiento, celos, conquista… le decía el nombre de la amada, y Miguelito se inspiraba con facilidad. De ahí tantos nombres de mujer en sus canciones: Herminia, Elvira, Rosalba, Ester, Emilia… Se desconoce la motivación particular del compositor para escribir Mujer perjura.

COMPANIONI Y SU MUJER PERJURA

¿Quién no ha tarareado siquiera alguna que otra vez ese bolero, más que bolero, un bolerón, que lleva el título de Mujer perjura? ¿Quién no memoriza una de sus estrofas? Su autor, el destacado trovador espirituano Miguel Companioni es autor de unas doscientas piezas —boleros, canciones, habaneras, criollas…— muchas de ellas instaladas por derecho propio en las páginas de la trova tradicional cubana de todos los tiempos. Pero ninguna de esas doscientas melodías, afirma el crítico y periodista Manuel Echevarría Gómez, tiene la intensidad amatoria de Mujer perjura, compuesta en 1918 para que el clásico reproche del bardo herido por la traición que no perdona los desvaríos trascendiera tiempos y fronteras.

Se dice que Pensamiento, de “Teofilito”, es la pieza musical que identifica a Sancti Spíritus. Sin embargo, escribe el musicógrafo Gaspar Marrero, una revisión detallada de la música cubana llevada al disco comercial revela un dato inesperado: existen más versiones grabadas de Mujer perjura que de la obra cumbre de Teofilito. Desde su primera grabación, el catálogo de Mujer perjura lo componen treinta y dos versiones en disco, mientras que Pensamiento cuenta con veinte y tres versiones.  Lugar destacado en la discografía ocupa también   Si te contara, del trinitario Félix Reina, autor asimismo de Angoa, popularizada por la orquesta de Arcaño y sus Maravillas. Si te contara, escribe Gaspar Marrero, es un capítulo insoslayable en la historia del bolero cubano. A partir de su estreno en 1959 por la orquesta de Fajardo y sus Estrellas, Si te contara se ha grabado en estilos tan diferentes como los de René Touzet, Lino Borges, Tito Puente, Kino Morán, Fernando Álvarez, Elena Burke y otros.

María Teresa Vera y Rafael Zequeira fueron los que grabaron Mujer perjura por primera vez. Un día, en el hotel Pasaje, de la ciudad de Sancti Spíritus, Companioni pidió a María Teresa que se la grabara aun cuando pensaba que era la peor de sus composiciones, “una basurita”, le dijo. Pidió ella que se la cantara y quedó sorprendida. Dijo al compositor: Esto es un éxito. Sabía que obtendría los favores del público, pero no resultó fácil que la casa Víctor, de Nueva York, la grabara. Demoró la disquera un año en hacerlo. María Teresa lo grabó sin cobrarle por ello un centavo a la Víctor. Dijo al productor de la disquera: Le quiero obsequiar un número; lo que quería decir que no le cobraría por grabarlo. Cuando lo hizo, se convirtió en un hit de la noche a la mañana. Solo en Cuba se vendieron 25 000 copias. Pero como Companioni no tenía la pieza registrada a su nombre, la disquera no le abonó un solo centavo del dos por ciento sobre la venta al que tenía derecho.

Miguel Rafael Companioni y Gómez falleció el 21 de febrero de 1965, en su ciudad natal, a los 84 años de edad.

Publicado originalmente en el Portal del Ciudadano

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

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