Con la jaba a cuestas y la información al garete

Los grupos de WhatsApp u otros emergentes en redes sociales, como también los medios de comunicación no pueden ser los únicos canales a emplear por los gobiernos en cada territorio para que a los consumidores le llegue la información veraz, objetiva y oportuna como lo establece la Constitución de la República en su Artículo 53

Ilustración: Osval

El “puré” de papa que se armó en la reciente distribución del tubérculo en Sancti Spíritus fue un hecho. No llegaron al fogón todas las que los consumidores hubiesen querido degustar, pero sí las inquietudes que contaminan cualquier plato.

Entre estas, una que no hemos podido resolver, ni con la Ley de Comunicación ni con el precepto constitucional que establece: “Todas las personas tienen derecho a solicitar y recibir del Estado información veraz, objetiva y oportuna, y a acceder a la que se genere en los órganos del Estado y entidades, conforme a las regulaciones establecidas”.

Se trata de la añeja dicotomía —hoy reafirmada— que rige en la red comercial integral, donde no siempre “se vende” la información oportuna, clara, necesaria, esa que no llena estómagos, pero sí calma la ansiedad y el estrés de quienes viven con la jaba a cuestas sin saber a ciencia cierta, cómo y cuándo llenarlas, al menos con lo que le toca por la canalita.

Lo advierto —y lo corroboro también— con la inquietud de lectores como Noel J. Linares, quien no entendió por qué en la bodega La Mariposa, de Guayos, vendieron 5 libras de papa por núcleo a 60 pesos la libra y ese mismo producto fue vendido en Sancti Spíritus a 11 pesos. “¿A qué se debe esa gran diferencia de precio? ¿Cuántos pueden estarse beneficiando? ¿Qué diferencia hay entre los espirituanos y los guayenses?”, se pregunta.

Tal interrogante, que se repitió en los sitios donde la última campaña se repartió el demandado producto, no hubiese salido del mismo lugar si se hubiese ofrecido la respuesta oportuna: la más cara corresponde a la llamada papa ecológica que, al ser producida por los campesinos con sus propios recursos, se vendió más cara en lugares cercanos a los campos de cosecha, y la más barata es la que se expende por balance nacional y debió ser a 3 libras por consumidor.

Remarco “debió ser” porque ante la mala calidad de la cosecha en el país y, particularmente en Matanzas, aunque se anunció que era para todos los núcleos, la papa más económica para los bolsillos no llegó a los consumidores de Jatibonico y dejó con la boca abierta a casi la mitad de los de Fomento y Cabaiguán, algo que no se informó hasta después de pasada la recolección a través de la radio local

¡Ah!, pero lo más difícil de entender es cómo la papa normada no alcanzó y, sin embargo, se expende en cualquier esquina o punto de venta por la izquierda. Mas, convengamos que no es esa última información, que por cierto está a flote, la que reclaman las personas. A fin de cuentas, este desvío de papa ocurre de campaña en campaña.

El otro plato que se degusta frío casi todos los meses es el relativo a la llamada canasta familiar normada.  Se sabe, porque se ha explicado hasta la saciedad, que, dadas las restricciones impuestas por el bloqueo y la parquedad financiera del país, hace rato los productos de esa canasta no llegan a las bodegas el primer día del mes como fue costumbre, o se reparten fraccionados, o lo que toca en marzo lo dan en abril o, en algunos casos, ya no se pagan deudas, como ocurre con el café, que se vende cuando haya.

En tal mescolanza de distribución, el cliente pierde la cuenta y hasta la noción de lo que ha recibido y lo que no, porque no sabe si el aceite de abril se lo anotan en la libreta de abastecimiento en la casilla de mayo o si los frijoles de noviembre se los ubican en diciembre… Y de sobra se sabe que, a río revuelto, ganancia no justamente de consumidores.

Tiene poco efecto también que las notas del Ministerio de Comercio Interior se difundan pasado el día 20 del propio mes, cuando no se tiene, incluso, toda la información por provincias de lo que se ha entregado o lo que está por venir, para no hablar de que, en ocasiones, la redacción o el enfoque desconciertan más de lo que informan y se crean distorsiones en la interpretación, la difusión y el mensaje de “boca en boca”.

Sucede incluso que, por las complejidades económicas que enfrenta el país, no todo llega cuándo ni cómo se anuncia. O que por las propias emergencias energéticas se reparta a deshora, como ocurre a veces con la leche, cuando la mayoría de los afectados no se entera de la repartición y se queda sin comprarla.

Sucede y mucho con los productos de las dietas médicas, cuyos beneficiarios no saben siempre lo que les toca ni cuándo o si en sus casos, tratándose de enfermos, se respeta la distribución retrospectiva. Ha ocurrido con el huevo, el último en sumarse a la lista de los faltantes a inicios de mes y que no se distribuyó en marzo por problemas de alimentación de los animales, pero solo se supo cuando ya el mes casi expiraba.

Últimamente, una de las distorsiones se produjo con el arroz adicional proveniente de donaciones; desde el Ministerio de Comercio —y hasta por la propia Empresa Mayorista de Alimentos del territorio— se anunció 1 kilogramo por consumidor, presumiblemente envasado y en la mayoría de las tiendas del país se entregaron 2 libras y a granel, lo cual creó suspicacias sobre la diferencia, mucho más después del sonado caso de corrupción que en torno a la canasta fue televisado desde Santiago de Cuba.

¿Es lo del arroz un caso de desinformación “desde arriba” o de violación “desde abajo”? ¿Tienen que esperar el Ministerio de Comercio y sus dependencias provinciales, así como los Gobiernos locales, que se produzca una queja formal para ofrecer explicaciones?

Tal estado de insuficiencias e inestabilidad en la distribución obliga a que la información venga “por la libreta”. O sea, que resulte una obligación a todos los niveles.  

Los grupos de WhatsApp u otros emergentes en redes sociales resuelven una parte del fenómeno, como también los medios de comunicación, pero no pueden ser los únicos canales porque no todos tienen el acceso a la tecnología y no ven, leen u oyen lo que se difunde. En cualquier caso, lo mejor sería articular las vías, a la manera en que lo concibe la Constitución de la República en su Artículo 53 —mencionado aquí— y esto incluye la base.

Y habrá que decir lo que hay, pero también lo que no hay. Por difícil y duro que resulte decir la verdad, siempre será mejor que sumarles a los consumidores un problema adicional provocado por la desinformación.

Logrado lo más difícil: que el país se desangre para garantizar al menos una parte de la canasta, traerla desde el más allá, con miles de entuertos y a precios altísimos, no puede ser más complicado que evitar que los consumidores agonicen con la jaba a cuestas y la información al garete, ya que esta última es de producción nacional.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

11 comentarios

  1. Me estoy poniendo verde churrozo y con algunos puntos prietos. Hace dos meses no reparten jabón.
    1528.00 cup no alcanzan para comprar jabón a los merolicos.

  2. Muy oportuno el artículo, la periodista pone el dedo en la yaga sea más arriba o más abajo. Realmente falta mucho por hacer cumplir lo establecido. Mire Usted, celebrando el 26 de julio y toda esa carga de ineficiencias no Made un bloqueo.

  3. Elsita muy buen trabajo, el pueblo lo necesita y lo agradece, ese es nuestro periodico Escambray en 26.

  4. Menos mal que no perdistes el trabajo……

  5. Muy buen artículo que pone sobre la mesa, ya que hablamos de la canasta básica, los problemas con la información sobre un asunto vital para los hogares en Cuba. Las soluciones dependen fundamentalmente de la exigencia de los gobiernos locales y del Mincin. Me encanta el periódico Escambray, muchos éxitos para su colectivo.

    • Del periodo Escambray y de sus periodistas tienen que aprender el resto de los periódicos del país, parecen que viven en un mundo virtual que no se parece a la realidad que vivimos. El secretismo nos mata y hace perder la credibilidad en el gobierno.

  6. Pedro Luis Garcia

    No hagan tantas leyes ni tanta informacion si nada es verdad.eso esbpara entretener y q se me olvide el hambre y las nesecidsdes

  7. Bueno por lo menos aquí en Yaguajay nunca publican o informan al pueblo de lo que van a distribuir y yo lo he planteado y nada y si lo hacen no se porque vía será y yo veo que en Fomento sí pero como éso a ellos no les importa

  8. Que bueno ver a Elsa en el camino acostumbrado. No desmayes y Gracias

  9. BUENOS DIAS ELSA, USTED SIEMPRE DANDO EN EL CLAVO, MUY BUEN COMENTARIO, TAL PARECE QUE LOS DIRECTIVOS ESTAN ACOSTUMBRADOS A NO PREVEER Y NO IMPORTARLES LO QUE DETRAS SE ESCONDE AL NO INFORMAR A TIEMPO LO QUE SUCEDE O DEBE SUCEDER A PARTIR DE INFORMACION OFICIAL, NO PODEMOS SEGUIR CON LO QUE EN LA CALLE SE DICE CUANDO ES LEY INFORMAR Y DE FORMA VERAZ, CUAL SEA ESTA INFORMACION BUENA O MALA PERO VERAZ. CUANTOS PROBLEMAS NOS QUITARIAMOS DE ENCIMA. DEBE EXISTIR UN MECANISMO PARA QUE LOS MEDIOS RECIBAN ESTA INFORMACION CON LA INMEDIATES QUE SE REQUIERE POR LOS DIRECTIVOS QUE DEBEN FACILITARLA. NO PUEDEN EXISTIR HOY TRABAS. CUANDO LA INFORMACION NO LLEGA A TIEMPO A LOS MEDIOS OFICIALES Y AL PUEBLO LAS DISTORCIONES SON ABISMALES Y HOY LA FINCA LOS MONOS ES EL ULTIMO EJEMPLO Y MUY LAMENTABLE. NO PERMITAMOS QUE LAS DISTORSIONES PREVALEZCAN SOBRE LA OPORTUNIDAD DE INFORMAR DE FORMA VERAZ. EL PUEBLO LO NECESITA Y USTED HA DEMOSTRADO QUE SI SE PUEDE

  10. y a 10 y no se dice nada de la cuota, ya no tenemos arroz ni azucar que es lo unico q estan dando

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