Marcial Benítez, el “Sinsonte espirituano”, figura distinguida en la música cubana, improvisador y excelente tonadista.
El sombrero de jipijapa, la guayabera de hilo, el pantalón de dril y los zapatos de dos tonos adelantaban claramente la personalidad de Marcial Benítez, el más brillante cantor de puntos y tonadas de la región espirituana, improvisador nato y con habilidades suficientes como para salir triunfador en las más difíciles controversias.
Bautizado como El Sinsonte Espirituano, Marcial sin embargo debió primero sudar la camisa como cortador de caña, apartador de la hoja, lector de tabaquería, y aprendiz de otros oficio antes de debutar en la radio local, allá por el año 1934.
“No era una voz portentosa, pero se adueñaba de los ánimos con los matices legítimos de la pulsión parrandera y un estilo mesurado, que debió sentar cátedra entre sus contrincantes”, ha escrito el periodista y crítico de arte Manuel Echevarría Gómez.
Tras su debut radial en la CMHB, La Casa Weis, una de las firmas que sustentaban la radiodifusión en la ciudad de Sancti Spíritus, le pagó el primer salario fijo recibido por un poeta, en atención a la ascendencia creciente que el bardo cosechaba entre el público de la comarca.-
En 1942 El Sinsonte Espirituano es contratado en la capital del país por la RHC Cadena Azul para que cantara las décimas alusivas de los episodios Cubanacán, que comenzaba a trasmitir la popular emisora.
Sin embargo la vida citadina no lo deslumbró y tiempo después retornó al Yayabo, donde enseguida dejó constancia de aquella incursión:
La guayabera es cubana
es reliquia venerada
y no ha de ser postergada
por la moda americana.
Vi hace muy poco en La Habana
a los chucheros de orilla
con sombrero de pajilla
de ala ancha como aviones,
de tubo los pantalones
y el saco por la rodilla.
Son los tiempos en que la tonada Palmarito dispara la fama del improvisador espirituano, quien acompañado en la autoría por otro grande de su tierra, Rafael Gómez, Teofilito, y el tresero Segundo Chongo, ganan seguidores a diario en La voz del Yayabo (CMHB).
“Guacanayara, ay palmarito,
Guacanayara, ay palmarito;
Cuando yo me esté muriendo
Ven prieta y dame un besito”.
Radio Nacional, otra de las emisoras del patio, con mucho mayor alcance en el dial, le facilita contacto directo con sus admiradores de las provincias centrales y el sur de la Florida. Participa en programas como “La pelota guajira” en defensa del Club Almendares y en espacios donde la improvisación seguía sumándole fama.
“Vivió espléndidamente, tenía un poder de convencimiento fuera de lo común y una facilidad de palabras que lo hacía brillar en la controversia, en el discurso o en la despedida de duelo.”, recordó hace algún tiempo Rolando Benítez, uno de sus catorce hijos y al parecer el único seguidor de su ruta parrandera.
El punto espirituano posee una melodía que se mueve generalmente por notas terceras y sextas, aunque no se excluye el uso de cuartas y quintas y su más conocido ejemplo es la tonada Palmarito, cuyos acordes han sido representada por centenares de músicos cubanos durante décadas.
Marcial Benítez, El Sinsonte Espirituano, murió víctima de un ataque cardíaco en 1956 cuando apenas había vivido cinco décadas, sus actuaciones sólo quedaron grabadas en discos comerciales de la época, pero su obra y particularmente su tonada Palmarito, patrimonio de esta tierra, es venerada hoy en Sancti Spíritus y en buena parte del país.
Preservar nuestra historia y tradiciones en la memoria actual y futura es algo singular y muy meritorio hoy día . Guardo libros de mi bisabuelo (Manuel MartinezMoles) que también fue un «conservador» de la historia y del folclore espirituano . Salud y bienestar a Juan Eduardo , su familia y compañeros.