Con la máxima que La Cultura es la Patria —una sentencia del insigne intelectual Fernando Ortiz—, intelectuales y creadores de todo el país protagonizan un hecho histórico para esta nación: el X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Y, aunque siempre ha sido considerado como uno de los cónclaves más importantes, en el actual complejo contexto —uno de los más difíciles de los últimos tiempos—, resulta trascendental para pensar desde la Cultura en cómo contribuir a la desafiante construcción de un mejor país.
“Es el escenario perfecto para dar una opinión, pero para trazar acciones desde la unidad —expresó Carlo Figueroa, presidente provincial de la organización—. Y se precisa de esa forma como única vía posible para vencer los muchos obstáculos que diariamente se nos aparecen, como los que hemos tenido en estos días con la situación energética nacional o el fenómeno meteorológico que acaba de afectar las provincias orientales; un hecho triste que ha vuelto a sacar lo mejor de los seres humanos protagonistas de todo un movimiento de ayuda y solidaridad extraordinario”.
Reunidos en correspondencia con las filiales a las que pertenecen, han dialogado por un fin común: proteger la política cultural pautada en Palabras a los intelectuales, ideas presentadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro en sus primeros diálogos oficiales con el gremio de creadores residentes en el país en la década de los 60.
“Este encuentro entre artistas de diferentes puntos de la geografía nacional contribuye a dinamizar la organización y a revitalizar sus conexiones, no solo entre los creadores sino con la sociedad —alega Ángel Martínez Niubó, escritor y delegado a la cita—. Es una oportunidad única para debatir sobre cómo implementar las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la accesibilidad y el impacto de las actividades culturales”.
Junto a Figueroa y Niubó, representan al gremio artístico espirituano en la cita Carlos Manuel Borroto, Jorge Silverio, Jairo A. Pacheco, Juan Eduardo Bernal Echemendía, Marcos A. Calderón y Antonio Rodríguez Salvador. Los acompaña Yoel Pérez Triana, director del Sectorial Provincial de Cultura y Arte.
“Lo debatido ha sido medular, no solamente en el contexto interno de la nación sino el externo, porque Cuba es un país muy asediado, muy bombardeado ideológicamente. Y, a pesar de todas las limitaciones, ha defendido a capa y espada no tener un apagón cultural. La cultura ha sido siempre el eje que nos define, nos une, nos marca. Un país que no lo haga así, pierde sus esencias”, puntualiza Carlo Figueroa.
Miradas con lupa hacia las buenas prácticas en las localidades, cómo generar mayor número de espacios para la atención a su membresía —en su mayoría envejecida— y aprovechar las particularidades del modelo económico para autogenerarse ingresos han caracterizado los debates del cónclave.
“Es una oportunidad para trazar caminos, soluciones innovadoras para preservar y proteger la identidad cultural, adaptarse a los cambios globales y, en ese sentido, aumentar la participación y el compromiso de la sociedad”, acota Niubó.
Sin dudas, el X Congreso de la Uneac llegó en el momento exacto, a pesar de las complejidades del contexto, a fin de buscar a través del arte el necesario equilibrio que precisa una sociedad para sobrevivir en un mundo tan cambiante y dinamizador
“Se han trazado pautas muy claves que van a definir la política
de la organización, pero también la política cultural de la nación porque la misión de esta organización es precisamente ayudar, apoyar, velar, custodiar la política cultural. Y es una política cultural que nosotros no estamos dispuestos a ceder como artistas y escritores”, concluyó Carlo Figueroa.
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