Lo de poeta le llega por la cobija que aun le abriga de la abuela isleña de 101 años. Sabe que Juana lanzaba décimas desde pequeña, avivada por quienes la conocían. Mas, aquellas creaciones quedaron entre amigos y familiares. Hoy el nieto no solo se sostiene en esos recuerdos, sino que convoca a las musas y trasciende los perímetros más íntimos.
“Empecé a hacer décimas desde niño —alega Carlos César Cabrera Pérez, el heredero—. Pero cuando descubrí el soneto, me enamoré y hoy es lo que más me gusta”.
Y aunque aseguran que acomodar cada palabra de la composición poética que consta de 14 versos endecasílabos no es tarea fácil, a este taguasquense se le da de forma natural.
“Es siempre un reto porque sí es complejo. Tienes más espacio que en la décima para expresar tu mensaje. Pero sí me ha cautivado, me ha enamorado”.
En busca de conocer más sobre la expresión literaria toca a las puertas de Rafael Salinas, el instructor de literatura que no duda en mostrarle el mejor camino a seguir. A él lo responsabiliza de muchos de sus éxitos.
“Escribo poco. Lo hago cuando tengo alguna motivación, algo me inspira. A veces Salinas o Virgilio Companioni me esfuerzan. Me piden una décima, un soneto, un cuento para uno u otro encuentro. Por eso, siempre tengo cosas hechas ahí, pero para los eventos o talleres sí me gusta llevar obras frescas”.
A esa espontaneidad escritural, Carlos César le añade ser un lector apasionado de la narrativa y enamorado de versos solo para dejarlos sobre un papel. El romper con algunas lógicas puede ser la clave para robarse las palmas entre quienes dialogan con sus creaciones.
“Si me llega a las manos un buen libro de poesía sí lo leo, pero confieso que nunca me he comprado uno”.
Lo dijo también al grupo de amigos, que en la jornada de clausura del XII Concurso Nacional Cuba Soneto, que reunió en Taguasco a participantes de ocho provincias, se sentó a compartir sus versos. Fue una noche inolvidable, todavía se sorprende por haber merecido el tercer lauro del certamen y, a la vieja usanza del periodismo con un valor añadido: el único de la provincia en ganar.
“Es la segunda vez que asisto porque hace unos años pasé directo al ganar el Tagua Soneto, pero en esa ocasión ni mención obtuve. El actual resultado se lo debo como siempre digo a Salina, quien me insistió que presentara el soneto Ambas manos”.
Composición nacida tras el paso arrollador de la covid, generó no pocas dudas en su autor de si era la idónea para que subiera al escenario competitivo. Pero sus valores se presentan solo, tanto es así que la ilustración que inspiró al taguasquense Reinier Pino Carmona también se alzó con uno de los lauros del apartado que reconoce la creación en las artes visuales.
“No lo hubiese presentado nunca porque tiene un tema que puede ser universal, pero puede adaptarse al más íntimo de los contextos. Salina me insistió tanto que lo envié y bueno hoy disfruto de ese resultado”.
¿Qué musas espabilan la creación de Carlos César?
Son protestas de las cosas malas de la humanidad. Me molesta mucho lo mal hecho. Recuerdo que mi primer premio en el Tagua Soneto fue Lamento, donde denuncié la contaminación y otros problemas que nos rodean.
¿Estimulará este lauro a la creación para que sea más sistemática?
Sí, pudiera ser. A mí me gusta escribir cuentos, también. He obtenido premios en los talleres literarios. Incluso, hice un libro y se presentó dos veces a Ediciones Luminaria, pero han existido algunos tropiezos y decidí entonces no enviar más a una editorial. Sabemos también todos los problemas que hay con el papel. Todo eso desmotiva. Pero sí, hay que seguir y seguir pasándolos, como siempre digo, por los filtros de Salina si es soneto, y cuento, por los de Virgilio.
En los últimos tiempos Taguasco ha demostrado que vale más que un soneto. ¿Pudiera hablarse en un futuro que es tierra fértil para la literatura de la provincia?
“Se ha crecido mucho y ha sido gracias a la labor de varias personas que impulsan y estimulan a quienes quieren y pueden escribir. Los eventos demuestran la calidad de las obras presentadas. En el preuniversitario, por ejemplo, hoy hay un trabajo excepcional. Estudiantes que redactan muy bien y eso es presente y futuro”.
Como Carlos César Cabrera Pérez hay muchos otros escritores que, conscientes o no, siguen los pasos de Lope de Vega, Góngora, Quevedo y, más acá en el tiempo, de Rubén Darío, Pablo Neruda y Nicolás Guillén, quienes con sus estilos y en correspondencia con sus contextos miraron la vida a través de los sonetos. Y es que, influenciados o no por tendencias más contemporáneas, no se resisten a esa fascinación que provoca desnudarse frente a los otros mediante 14 versos endecasílabos.
SONETO PREMIADO: Ambas manos
Existen a raudales los derechos
y se han de ejecutar con ambas manos
por pléyades culpándose de insanos
que unirán bajo raíces sus desechos.
Hay que poner la diestra como zurda
para calmar ese voraz intento
e izar los barriletes contra el viento
en pos de aseverar idea absurda.
Disculpen institutos liberales
a la izquierda lancé, diestros modales
mermando proceder tan iracundo.
Dos brazos, tiene el manco en uno mismo
que caigan diferencias al abismo
y peque de ambidiestro todo el mundo.
Qué decir yo, la mamá de Carlos César, adorado hijo, es verdad que desde pequeño le ha gustado escribir, siempre lo hizo y con buena esa buena Musa característica en él, me siento muy orgullosa pues me gusta que él escriba, siempre ha sido inteligente, le deseo todo el éxito del mundo con todo mi Amor de madre.
Gracias a todos los que han hecho posible que él haga estos lindos sonetos, cuentos, poesía etc., también agradecida de Lisandra que ha realizado este trabajo de Periodismo mil gracias a todos de corazón ♥.