Una avalancha de tierra en la aldea Kaokalam en la provincia de Enga, en Papúa Nueva Guinea, que ha ocurrido en la madrugada del viernes, ha dejado al menos 300 personas sepultadas, según han indicado este sábado los medios locales.
Así lo comunicó el parlamentario Aimos Aken al periódico local Post Courier, que ha añadido que el desastre ha enterrado al menos 1 182 casas en una aldea a unos 600 kilómetros del noroeste de la capital de Enga.
Son pocos los cuerpos que se han conseguido rescatar, según la cadena estatal australiana ABC, debido a la necesidad de maquinaria para mover las piedras y la tierra que cubre a las personas. Además, la carretera de acceso a la aldea está bloqueada y «llevará un tiempo considerable despejarla», ha informado la ONG Care Australia.
A pesar de esto, un equipo de rescate de las autoridades del país ha llegado al lugar para evaluar la situación y asistir a las víctimas, ha señalado la ONG. «Aunque la zona no está densamente poblada, nuestra preocupación es que la cifra de muertes sea desproporcionadamente alta», ha matizado el comunicado de la organización.
Algunos testigos declararon a la ABC que tienen miedo de nuevos desprendimientos y piden al Gobierno que envíe refuerzos y apoyos para garantizar la seguridad. Una vecina del poblado, Elizabeth Laruma, ha afirmado que «el pueblo entero ha desaparecido».
El gobernador de la provincia de Enga, Sandis Tsaka, ha calificado los hechos como «un desastre natural sin precedentes» y ha avisado de que los equipos de rescate ya se han desplazado a la zona. El primer ministro papú, James Marape, ha indicado que informarán más cuando los equipos trasladados evalúen la situación.
Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda ya han ofrecido su colaboración en las tareas de salvamento en una situación en la que la avalancha ha bloqueado todos los accesos por carretera. Ahora mismo solo se puede llegar a pie desde las inmediaciones o bien por helicóptero.
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