Hoy es un día de orgullo para el sector azucarero. No hablo solo de rostros actuales. Hablo de generaciones enteras, de una cultura sedimentada durante siglos. Cuba es azúcar (además de ron o café u otras producciones).
Contratiempos, guerra sucia y errores han atentado contra la legendaria industria… ¡y de qué modo! Nadie tiene que decírnoslo. Bien lo sabemos y sentimos en carne y «olla» propias.
¿Pero saben algo? El verdadero azucarero cubano no se tira al suelo, ni se echa a lloriquear. Lo vi hoy domingo, en la pata misma de las torres del central Melanio Hernández, donde, en nombre de toda Cuba, se festejó el Día Nacional del Trabajador Azucarero.
La zafra que tenemos ahí, a las puertas, no creo sea más fácil que la anterior. No queda, por tanto, más alternativa que meterle el pecho y la bota hasta el fondo. ¡Qué falta nos hace, caramba!
(Tomado del perfil de Facebook de Pastor Batista)
Para qué quiero el azúcar faltante de mi cuota(más de 20kg entre estos dos años); si con vuestros eufemismos que remarcan vuestra demagogia, estoy más que repugnada…