¿Doctor en Ciencias?

En los medios de comunicación se utiliza habitualmente la expresión
doctor en Ciencias para nombrar a personas cuyo grado científico no
es ese

Ilustración: Osval

De acuerdo con el Decreto Ley 372/2019, Del Sistema Nacional de Grados Científicos, en Cuba existen dos grados científicos: doctor en determinada área del conocimiento y doctor en Ciencias. Algunos hablantes se refieren informalmente al último como segundo doctorado porque solo pueden aspirar a él quienes tengan el primero.

Según el artículo 8 de la mencionada norma, las abreviaturas de tales grados científicos (que allí no se denominan abreviaturas, sino atributos para la firma) son las siguientes: Dr. C. para doctor en determinada área del conocimiento y Dr. Cs. para doctor en Ciencias.

La única diferencia entre una abreviatura y otra es la s que aparece en la segunda. Si esta letra se corresponde con la marca de plural del sustantivo ciencia en el compuesto doctor en Ciencias, ¿la C, sin s, de la primera abreviatura se corresponde con el sustantivo ciencia en singular? No parece. Porque cuando se aplica la etiqueta a cada caso particular, la expresión en determinada área del conocimiento se sustituye por un complemento en el que también aparece el sustantivo ciencia en plural: doctor en Ciencias de la Información, doctor en Ciencias Pedagógicas, etcétera.

Un doctor en Ciencias Pedagógicas, por ejemplo, es un doctor en determinada área del conocimiento —el primer grado científico refrendado en el decreto ley—, no un doctor en Ciencias —el segundo de los grados—. Por tanto, aunque un doctor en Ciencias Pedagógicas anteponga a su nombre la abreviatura Dr. C., no debemos identificarlo como el doctor en Ciencias Fulano de Tal. Estaríamos faltando a la verdad, porque esa persona no tiene un segundo doctorado.

En consecuencia, disponemos de dos opciones: enunciar el título completo, doctor en Ciencias Pedagógicas Fulano de Tal o, simplemente, decir doctor Fulano de Tal, que es el modo preferente en el coloquio.

La apelación errónea al segundo de los grados científicos es muy reiterada en los medios de comunicación. Y hay que decir que es la propia norma jurídica la responsable de tal confusión, por cuanto es natural que el común de los hablantes desate la combinación gráfica Dr. C. como doctor en Ciencias a secas, puesto que el resto del título —de la Información, Pedagógicas…— no se refleja en la abreviatura.

Lo idóneo sería dejar la abreviatura Dr. para el primero de los grados científicos, reservando Dr. C. para el segundo. Es algo que debería cambiarse en función de la economía lingüística y de la claridad en la comunicación.

Hay quienes, sin embargo, piensan que la utilización de doctor a secas y de su abreviatura Dr. en referencia al nombre del grado científico pudiera generar ambigüedad con la forma de tratamiento homónima empleada para los médicos. Tal pensamiento descansa sobre el desconocimiento del importante papel que el contexto comunicativo desempeña en la desambiguación de las realizaciones lingüísticas para su adecuada decodificación.

Por último, la voz doctor y su expresión gráfica abreviada deben reflejar la variación genérica cuando se apliquen a una mujer. Así, doctora se abreviará Dra. La Ortografía de la lengua española registra la opción con vocal volada, Dr.a, pero tal recurso dificulta innecesariamente la escritura y, en mi opinión, la afea.

Pedro de Jesús

Texto de Pedro de Jesús
Miembro Correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua. Narrador y ensayista. Premio Alejo Carpentier.

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