La ONU y su Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) deben fortalecer la protección del patrimonio cultural de Siria, declaró este lunes la vicepresidenta de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) Ana Kuznetsova.
‘Instamos a la ONU y a la Unesco a tomar medidas para reforzar los mecanismos internacionales legales para proteger el patrimonio cultural de Siria, sus lugares sagrados, de acuerdo con la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado’, publicó Kuznetsova en su canal en Telegram.
Según la funcionaria, Siria es única por sus monumentos antiguos y lugares sagrados, muchos de los cuales son patrimonio del mundo ortodoxo, y en los últimos tiempos, se ha trabajado activamente en la restauración de templos y monasterios, a la vez que se han construido mezquitas y se ha promovido el diálogo interconfesional.
‘Es importante conservar estos logros y evitar que los lugares sagrados venerados por el mundo ortodoxo sufran el mismo destino que los objetos de patrimonio cultural de Palmira. El respeto por la fe es un signo de madurez del sistema estatal, ya que es uno de los elementos del diálogo intercultural, tanto dentro del país como en el ámbito internacional’, destacó la parlamentaria.
Según Kuznetsova, la Duma de Estado apoya el llamado de los diplomáticos rusos a reanudar el proceso político basado en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU.
El pasado 27 de noviembre, una amplia coalición de grupos armados de la oposición siria lanzó una ofensiva sorpresa a gran escala contra el Ejército regular desde el noroeste.
En menos de dos semanas, las fuerzas antigubernamentales se hicieron con el control de varias ciudades importantes como Alepo, Hama y Homs y entraron el domingo pasado en la capital, Damasco, donde proclamaron la caída del presidente Bashar Asad.
El exmandatario sirio, junto con su familia, huyó a Rusia que le concedió asilo por motivos humanitarios, según informó a Sputnik una fuente del Kremlin.
Asad ejercía la presidencia desde el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafez Asad, que había gobernado Siria durante las tres décadas anteriores.
La ofensiva relámpago contra Asad fue liderada por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS, anteriormente Frente al Nusra, organización prohibida en Rusia por terrorista).
Muchos países expresaron preocupación por los acontecimientos en Siria, instando a todas las partes a garantizar la seguridad, la integridad y la soberanía del país, así como a iniciar un diálogo nacional con la participación de todos los sectores que conforman la sociedad siria.
Por su parte, Rusia llamó a tener en cuenta las opiniones de todas las comunidades religiosas y étnicas y destacó que mantiene contactos con todos los grupos de la oposición siria.
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