El fentanilo ha generado preocupación en todo el mundo debido a su uso como droga recreativa. A pesar de su uso en entornos médicos, este fármaco se ha convertido en un problema de salud pública. Su uso indebido conlleva riesgos significativos. Además, la variabilidad en la calidad y pureza del producto en el mercado ilegal hace que sea aún más peligroso para los consumidores, ya que se hace difícil determinar su dosificación segura.
¿QUÉ ES EL FENTANILO?
La web Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos —país más afectado por el uso del fármaco—, indica que el fentanilo es un opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los EE. UU.
La propia página del referido Centro asegura: “Hay dos tipos de fentanilo: el farmacéutico y el fabricado ilícitamente. Ambos se consideran opioides sintéticos. El fármaco es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer”.
El reciente aumento en casos de sobredosis relacionados con fentanilo está asociado al medicamento fabricado ilegalmente, distribuido en el mercado negro por su efecto similar a la heroína. A menudo se mezcla con otras drogas para hacerlas más potentes y adictivas. Esta práctica aumenta su potencia mientras reduce costos, pero también incrementa significativamente el peligro involucrado.
Según Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el fentanilo fabricado ilícitamente está disponible en el mercado de sustancias controladas en diversas presentaciones, incluidas formas líquidas y en polvo. En su versión en polvo posee características físicas que lo hacen difícil de distinguir de otras sustancias y se combina con narcóticos como la heroína, la cocaína y la metanfetamina.
LAS MUERTES, LOS LABORATORIOS
Una investigación liderada por la Universidad de California, en Estados Unidos, cuyo autor principal es el doctor Joseph Friedman, y que fue publicada en septiembre de 2022, encontró que las muertes por fentanilo en ese país se han multiplicado de manera alarmante entre 2010 y 2021: ¡de 235 a 34.429!
Joseph Friedman —cuyos artículos se han publicado en revistas como JAMA, Nature, The Lancet, y JAMA Psychiatry, y en medios de prensa como Los Angeles Times y Time Magazine, entre otras— explicó en el estudio que el fármaco “abrió una crisis por sobredosis de polisustancias, lo que significa que la gente mezcla fentanilo con otras drogas, como los estimulantes, pero también otras incontables sustancias sintéticas”.
Lo cierto es que el fentanilo mató —solo en 2022, año más reciente con datos completos— a más estadounidenses que las guerras de Vietnam, Iraq y Afganistán juntas. Esas tres guerras provocaron la muerte a poco más de 65 000 soldados estadounidenses en conjunto; El fentanilo, a casi 74 000.
¿DE DÓNDE VIENE EL FENTANILO? ACUSACIONES MÚLTIPLES
La mayor parte del fentanilo vendido en Estados Unidos proviene de México, así lo asegura un artículo publicado en The New York Times por Josh Katz, Margot Sanger-Katz y Eileen Sullivan, el 6 de octubre de 2023. El artículo da fe de cómo, por ejemplo, los agentes de aduanas en Laredo, Texas, encontraron recientemente más de 2267 kilos de materiales utilizados para fabricar fentanilo, el pasado mes de septiembre.
En el último año las negociaciones entre Estados Unidos y México se han centrado en la problemática del fentanilo. La pesadilla afecta a ambos países, aunque las negociaciones no han estado libres de tensiones. El partido republicano de Estados Unidos propuso una ofensiva contra los carteles del narcotráfico en México, sugiriendo que el ejército estadounidense cruzara el río Bravo para imponer orden. Cierto es que el partido demócrata rechazó estas declaraciones que, al decir del periódico El País del 7 de diciembre de 2023, podrían normalizar la idea de invadir México. El presidente de México Manuel López Obrador calificó estas propuestas como ridículas y defendió la soberanía mexicana.
Pero Estados Unidos no sólo señala a México, sino también a China, lo que ha originado tensiones entre ambos países. Washington señala que los precursores químicos indispensables para fabricar fentanilo salen del gigante asiático. El tema fue analizado en junio del pasado año durante la reunión que sostuvieron en Pekín el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el presidente chino, Xi Jinping. Ambos países, según Blinken, acordaron establecer un grupo de trabajo “en un intento por cerrar el flujo de los productos químicos que ayudan a alimentar esta crisis”. Así lo afirmó el periódico El Mundo el 5 de octubre de 2023. Dos días después del encuentro entre Blinken y Xi Jinping, el Departamento de Justicia presentó cargos penales contra cuatro empresas chinas que fabrican los precursores químicos necesarios para elaborar fentanilo, convirtiéndose en la primera vez que Washington acusaba directamente a compañías chinas de traficar con los químicos dentro de Estados Unidos.
Las tensiones subieron de tono cuando el fiscal general, Merrick Garland, dijo: “Sabemos quién es el responsable de envenenar al pueblo estadounidense con fentanilo. Y sabemos que esta cadena de suministro mundial de fentanilo, que termina con la muerte de estadounidenses, a menudo comienza con empresas químicas en China”.
Hace cuatro años, el escritor y periodista Ben Westhoff publicó el libro Fentanyl, Inc., en el que detallaba cómo los químicos que salen precisamente de Wuhab habían ayudado a provocar una epidemia mortal de opioides en Estados Unidos.
China respondió señalando que el problema de los opioides tenía “sus raíces” en Estados Unidos y que el Gobierno chino está “entre los primeros del mundo” en regular sustancias como el fentanilo. “Nos oponemos firmemente a las sanciones y persecuciones de Estados Unidos contra entidades e individuos chinos”, dijo un comunicado del Ministerio de Exteriores chino tras las sanciones norteamericanas, señalando que las medidas “solo crearán obstáculos en la cooperación entre ambos países en materia de control de drogas”.
TAMBIÉN EN EUROPA, INCLUSO EN SURAMÉRICA
El polvo blanco y barato que se inyecta, se fuma o se toma en píldoras y que es responsable de las dos terceras partes de las 107 888 muertes por sobredosis registradas en Estados Unidos en 2022, no solo afecta a los norteamericanos.
Según el sitio web de TeleMadrid, En España un 15.8 por ciento de la población de entre 15 y 64 años reconoce haber consumido alguna vez en la vida opioides con o sin receta. Una encuesta sobre Alcohol y Drogas en España publicada por el Ministerio de Sanidad, señala que el fentanilo es el tercer analgésico opioide más consumido en allí, por detrás de la codeína y el tramadol, y su consumo aumentó de un 1.9 por ciento en 2018 a un 14 por ciento en 2022. Sin embargo, la propia página de TeleMadrid comenta que “España está muy lejos de pasar por una situación similar a la de Estados Unidos”. Alicia Alonso Cardaño, anestesióloga de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario de León, comentó que el fentanilo también se utiliza durante la anestesia general y que se puede recetar en la atención primaria a pacientes que han probado antes otras opciones y no han funcionado. Nunca es una prescripción inicial. En el ámbito oncológico tampoco suele ser una prescripción habitual, dijo. Telemadrid insiste, en la voz de estos especialistas, en que hay notables diferencias entre uso hospitalario y otras formas de consumo.
Independientemente de que el consumo de fentanilo en Europa no ha alcanzado —según El País— las dramáticas dimensiones que sí causa en Estados Unidos, la letalidad, el poder de adicción y la relativa facilidad de transporte, han obligado a las naciones europeas a tomar las medidas legales para evitar que el continente se convierta en un nuevo escenario de muertes.
La situación en Latinoamérica ha sido descrita por InSight Crime, un centro de pensamiento y medio de comunicación, que busca profundizar y enriquecer el debate sobre el crimen organizado y la seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe. InSight Crime ha señalado que el fentanilo afecta ya a varios países de la región y ha citado a Costa Rica, Argentina, Colombia, Panamá y Ecuador. Sin embargo, la Corporación Acción Técnica Social, cita en Colombia, ha planteado argumentos sólidos para considerar improbable que el fentanilo se distribuya ampliamente en Latinoamérica: “La región no tiene un antecedente tan marcado en el uso de opioides como lo tuvieron los Estados Unidos con la crisis de la oxicodona”, afirmó el especialista.
TODOS ALERTAS
“Si un avión se estrellara hoy con 300 personas, escucharías esto en las noticias durante unas cuantas semanas…, estaría en todos los canales de noticias. Pero perdemos esta cantidad de personas cada día y no escuchamos nada al respecto”, lamentó Andrea Thomas, codirectora de la organización Facing Fentanyl, citada por France 24, canal gubernamental de televisión francés. Facing Fentanyl es una agencia que busca crear conciencia sobre peligros del fentanilo.
Andrea ha dicho al medio francés, que creó la fundación después de que su hija muriera por una sobredosis de ese opioide. “Mi hija tenía mucho dolor de estómago y ese día no tenía su medicamento. Su novio, que estaba consumiendo sin ella saberlo, le dio media pastilla que parecía una pastilla recetada. ¿Por qué no confiaría en él? Ella se toma esa pastilla y muere casi instantáneamente. Él no tenía la intención de matar a mi hija, no sabía que había fentanilo en esa pastilla, pero al día siguiente se quita la vida”.
El fentanilo, conocido en las calles como Rey Marfil, Chiva blanca, Tango, Asesinato 8, y otros tantos nombres, produce, al igual que otros analgésicos opioides, confusión, somnolencia, mareos, náuseas, vómitos, retención urinaria, constricción pupilar y depresión respiratoria. No dudo que, en un mundo en guerra, en donde la desesperanza y el abandono crecen, las personas se hacen adictas buscando sus otros usos: relajación, euforia desmedida, alivio del dolor, sedación. Claro, como sucede en tantos aspectos, la lucha es, muchas veces, contra el fentanilo y no contra las causas que provocan su adicción.
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