Hace unos días, el Consejo de Ministros aprobó las políticas para la transformación digital, la agenda digital cubana y la estrategia para el desarrollo y uso de la inteligencia artificial en el país. ”La transformación digital no es un elemento disruptivo, sino que viene a consolidar la informatización de la sociedad que estamos potenciando desde hace años”, señaló la ministra de Comunicaciones Mayra Arevich Marín, en su intervención en la Mesa Redonda dedicada a estos temas.
El Ministerio de Comunicaciones cumple un papel rector en la política de transformación digital y así lo refirió su titular, aunque esta es transversal a otras esferas. «Se impone un cambio cultural donde deben participar varios organismos y el propio pueblo».
“La política señala lo que debemos hacer y la agenda explica cómo lo haremos”, sostuvo la ministra.
Asimismo, mencionó que dentro de esta agenda se encuentran iniciativas clave, como la implementación de portales gubernamentales y servicios en línea, con el objetivo de simplificar los procedimientos y mejorar la transparencia. Además, hizo referencia a otros proyectos contemplados en la agenda, como la modernización de la infraestructura bancaria, la promoción de la ciudadanía digital, la transformación completa de la gestión tributaria, la digitalización de la salud, el fomento del turismo inteligente, entre otros.
“La agenda digital es un documento vivo, que se desarrollará y actualizará según demande la práctica y la propia sociedad”, sostuvo la ministra. Sobre la estrategia de la inteligencia artificial, explicó que no se puede separar de la política de transformación digital, pero, como su uso implica riesgos y beneficios, es necesario pensar desde temprano en los modos en que el país la desarrollará y aprovechará.
Por su parte, Armando Rodríguez Batista, Viceministro del CITMA, afirma que la transformación digital es el elemento más paradigmático para producir en el corto plazo el salto en innovación al que aspira Cuba. Según Rodríguez Batista, esta política tiene un carácter nacional, pero no desconoce el rol del municipio como ente capaz de promover la transformación digital más cercana a sus necesidades.
En tal sentido, también adquiere valor la importancia del componente social como parte indispensable para conseguir la verdadera transformación.
La implementación de soluciones digitales permite agilizar trámites, mejorar la eficiencia y garantizar un acceso más equitativo a los servicios para todos los ciudadanos cubanos. Esta evolución también impulsa la modernización de las infraestructuras tecnológicas, lo que se traduce en una mayor conectividad y una comunicación más efectiva en todo el país.
En este contexto, el vicepresidente del Instituto de Información y Comunicación Social, Jorge Legañoa Alonso, destacó que una «transformación digital sin educación, innovación ni comunicación, es simplemente una política tecnológica que no se adapta a nuestra sociedad».
Señaló que es incoherente abordar la transformación digital y la innovación sin considerar el contenido. Destacó que en la actualidad, las personas intercambian y publican contenidos digitales, ya que los ciudadanos actuales son tanto consumidores como productores de contenido en este siglo.
Abordar estos avances tecnológicos con precaución y sobre todo, con suma responsabilidad, se vuelve un imperativo en nuestra sociedad. Garantizar la protección de los derechos ciudadanos, la privacidad y la seguridad de la información, se vuelve un imperativo en los tiempos que corren.
Con la aplicación de estas políticas (tan necesarias diría yo), se debe promover la capacitación y la alfabetización digital con más celeridad, para que todos se puedan aprovechar plenamente las oportunidades que brinda los avances digitales que ocurren día tras día.
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