Con los versos afincados en cada recodo de Hortelano, a Arnulfo Mujica Rivero no le tiembla la voz para improvisar y en un pacto con las remembranzas moldea la décima escrita. “Hortelano es la finca herencia de mi padre. Aquí nací y vivo actualmente”, confiesa el poeta.
Adentrarse por los caminos placeteños que conducen a la Granja de Perote nos llevan al imperio natural y literario de este octogenario, matrimoniado con Cabaiguán por el arte que aquí profesa. El ingenio perfilado por más de medio siglo lo intuyeron sus maestros.
“Comencé a escribir mientras cursaba el tercer grado. Enviaba las obras a programas de reconocidas emisoras de radio del país. Me fueron captando y me motivaba bastante que transmitieran los textos en espacios como Por los campos de Cuba”, comenta emocionado quien inició los estudios a los siete años de edad.
Recibiría vítores a la sombra de los bohíos. Con el tiempo situó sus inspiraciones en la frecuencia de emisoras nacionales y locales. Hasta hoy los pies forzados provocan al autor de La voz del guajiro, su primer libro publicado en 1959.
El volumen de hojas menudas y marcado por el paso del implacable lo conserva entre sus bienes más valiosos. El espacio provisto para asentar sus recuerdos lo comparte con otros ejemplares. Repasa Toda luz y toda mía, Las cuerdas de mi laúd y Vuelos de abejas, compilaciones que reúnen lo más selecto de la décima cabaiguanense y espirituana
“Escribo con delirio, pero más me gusta cantar la décima e improvisar, porque soy repentista. He hecho contratos con la emisora de Placetas y a Radio Sancti Spíritus asistía todas las semanas, hasta que la pandemia nos sorprendió. La situación con el transporte dificultó el traslado hacia allá”, nostalgias evocadas por el ganador del Premio Rebelde-ANAP 1988, del Concurso 17 de Mayo y el primerísimo en ocupar lugares en Jornadas Cucalambeanas Nacionales.
Aunque reside en la provincia de Villa Clara mantiene vínculos con Cabaiguán desde 1987. Al tanto de las referencias del poeta, la escritora Marlene Emelia García Pérez lo insertó en la vida cultural de este municipio.
Convocó a decimistas cercanos al taller Herminio Mirabal, pero el líder del otrora proyecto sintió la necesidad de complementar la literatura con el repentismo. Traspasar la carrilera de palmas del Museo Etnográfico Regional depararía por décadas el encuentro con la Peña de Mujica.
“Un grupo de ocho exponentes del género fundamos el espacio. Aunque algunos consideran que la Peña es historia, esta permanece. Hemos tenido varias sedes, pero si quiero darla, cito a los poetas para el próximo domingo y atraemos a medio pueblo”.
El padre de nueve hijos se deleita con Campiña sonora, su segundo parto editorial por el sello de Estados Unidos Next Land Editions. La portada del texto, regalo del artista visual Julio Santos Fleites, descubre los perfiles de la ruralidad acumulados en años de creación. “Al vivir en el campo me incliné por la décima paisajística. Los escritores siempre nos inspiramos por diferentes motivos. La de amor tiene mucha preferencia, pero igual le canto a la flora, la fauna…”.
El merecedor de la Medalla Romárico Cordero y la Distinción Antero Regalado, impuestas por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), conserva varios textos inéditos preciados de poemas y sonetos de arte mayor. Las décadas vividas lo privan de secarse el sudor de cara al sembradío; mas su finca de letras no para de cosechar.
“La décima y la poesía nacen con uno. Escribo todos los días. Cantar y redactar han sido mi único deporte. En ocasiones, es complicado salir de ciertos aprietos cuando te dan un pie forzado que amerita algún arreglo, al tener versos largos o cortos. Mi misión es desarrollarlo al instante. Afortunadamente he tenido la virtud y la satisfacción de no verme en blanco. La prueba está en mis libros”.
Arnulfo Mujica Rivero convierte en décimas cuanto le rodea. Ochenta y cuatro agostos retratan al embajador de este género que entra y sale de Hortelano con el repentismo a flor de piel.
Cuando se dice Mujica,
La finca de El Hortelano
En un poètico plano
Se crece y se dignifica.
Su voz del campo salpica
Por las notas del laùd,
Pero su mayor virtud
No es sus ràpidos reflejos
Sino, los sabios consejos
Que ofrece a la juventud.
Salud y larga vida para mi maestro y amigo.
Eres especial mi bello tío, tu poesía enriquece los corazones de todos los que te escuchan y te quieren.
Muchas felicidades para mi padre. Orgulloso de ayudarlo en cada edicion en estas nuevas tecnologías. de revisar y disfrutar bien de cerca todo lo que escribe, ama y canta.