Tan importante es el control del poder ejecutivo como el del poder legislativo en las elecciones de Estados Unidos. El Congreso se convierte en espacio clave donde se promueven y aprueban las leyes fundamentales del país, por lo que ganar mayoría en sus dos cámaras es decisivo para apoyar o limitar las maniobras políticas del presidente.
El escrutinio de las elecciones a la Cámara de Representantes o Cámara Baja demorará días o semanas y los republicanos tienen grandes posibilidades de dominarla, pero han asegurado ya el control del Senado o Cámara Alta, con al menos 52 de los 100 escaños.
En estas elecciones se elige a 34 de los 100 senadores, que tienen un mandato de seis años y cuya composición se renueva por un tercio cada dos años. Actualmente, la correlación de fuerzas favorecía a los demócratas por una estrecha mayoría de 51 puestos (contando independientes) frente a 49 republicanos, pero este panorama va a cambiar con toda seguridad.
El partido de Trump ha reconquistado varios escaños en este 2024. En Virginia Occidental, donde el actual senador Joe Manchin renunció a presentarse a reelección, le sustituirá el republicano Jim Justice, que ha ganado con enorme claridad. Bernie Moreno le ha arrebatado su puesto al senador demócrata Sherrod Brown en Ohio. Y Tim Sheehy le ha ganado a Jon Tester, senador por Montana, otro Estado marcadamente republicano.
Los demócratas tienen en juego otros cinco puestos en Estados oscilantes. Coinciden con cinco de los Estados considerados decisivos en las presidenciales: Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada. En todos ellos están amenazados sus puestos, aunque el demócrata Rubén Gallego parece ir por delante de Kari Lake en Arizona. El rango más probable apunta a que los republicanos tengan entre 52 y 56 de los 100 senadores, una clara victoria.
En cambio, los republicanos no se jugaban la renovación de ninguno de sus puestos en territorio hostil. Rick Scott ha mantenido cómodamente el escaño de Florida, que era uno de los objetivos demócratas, y Ted Cruz se ha impuesto a Collin Alred, el otro puesto en juego. Den Fischer también ha retenido su escaño frente al independiente Dan Osborn.
En el caso de la Cámara Baja, durante las elecciones de este martes se renuevan por completo, como cada dos años, sus 435 escaños, que estaba controlada hasta ahora por los republicanos, aunque con una estrecha mayoría.
Hay muchos escaños cuya renovación está asegurada, porque corresponden a distritos claramente republicanos o demócratas. La batalla está en unos 70 distritos competitivos, pero el resultado se demorará durante días o semanas, especialmente en los distritos competitivos de California, donde los plazos de espera por el voto por correo y los procedimientos de recuento hacen que el escrutinio sea muy lento.
El aparente buen pronóstico para Trump en voto popular en las presidenciales y los resultados parciales de las propias legislativas permiten a los republicanos aspirar a retener también la mayoría en la Cámara de Representantes. Eso facilita el camino al futuro mandatario. Las rebajas fiscales y las reformas migratorias que ha prometido deben ser aprobadas por las dos cámaras, mientras que el Senado tiene la potestad de ratificar los nombramientos.
(Con información de Associated Press)
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