De verdadera “odisea” puede catalogarse lo vivido en Cabaiguán desde la madrugada de este sábado cuando, pasadas las cuatro de la mañana y a pocos minutos de haberse restablecido el servicio eléctrico afectado por déficit de capacidad de generación, una avería en uno de los transformadores de 2500 KV en la subestación que alimenta los circuitos 20 y 21 de la cabecera municipal, dejó sin corriente a más de seis mil clientes.
De entonces a la fecha, son muchas las historias que pudieran contarse: desde la desesperación de quienes veían pasar las horas y no vislumbraban la luz, o la de los especialistas de Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE) de Santiago de Cuba que “por casualidad” andaban por estos lares o la de la solidaridad que, otra vez, emanó de la necesidad y la angustia acompañadas del compromiso y la temeridad.
“Se ha trabajado sin descanso. Primero, en la búsqueda de una solución al transformador que a causa de la sobrecarga colapsó (lo cual no fue posible), y luego en la identificación de una alternativa que nos permitiera ofrecer el servicio, al menos por tiempos de entre 3 y cuatro horas indistintamente, a los afectados”, explicó a Escambray Eladio Orestes Díaz Espinoza, director de la Empresa Eléctrica del municipio.
Fue entonces que se decidió dividir en dos partes el circuito 20, con cerca de 3 mil 300 clientes, y con cuya carga no podía el transformador que “quedó vivo”, contrario a la realidad del 21 con apenas unos 2800 usuarios servidos por dicha estación, “una labor muy compleja que exigió el trabajo incluso entrada la noche y que nos obligó a laborar de conjunto con los especialistas santiagueros y con el operador de la grúa de gran porte, capaz de soportar 30 toneladas de peso, perteneciente a la Empresa de Mantenimiento de la Unión Cuba Petróleo (CUPET) que se trasladó desde la fábrica de cementos Sigüaney hasta la subestación para desmontar el equipo dañado”, aseguró la propia fuente.
Contada hasta aquí la historia, tal pareciera que los cabaiguanenses, residentes en las zonas afectadas estaban condenados a la zozobra y a la penumbra, pues ya sabemos la aguda crisis económica que atraviesa el país, pero, se trata de los eléctricos, gente acostumbrada a trabajar con “casi nada”. Fue entonces que comenzó la comunicación teléfono en mano, el ir y venir de cuanto técnico, especialista o jefe tuviera una idea, la capacidad de aportar variantes, el conocimiento suficiente y el acompañamiento de las máximas autoridades del Partido y el Gobierno del municipio y la provincia, hasta que en Holguín apareció un transformador con características similares, en desuso desde hace cuatro años y que llegó a Sancti Spíritus en tiempo récord: amanecía el domingo y con él la esperanza de ver, otra vez, la luz.
Y no faltaron los vecinos con la taza de café, el vaso de agua, merienda, y hasta la casa por “si les hacía falta algo” a quienes no midieron esfuerzos ni horarios, ni el peligro para aliviar las penas de aquellos. Los de la Alimentaria potenciaron la elaboración de pan para los del circuito más afectado y los de la gastronomía con comida para el pueblo. Nada más hizo falta convocar y las UEB “La Milanesa”, “Cadena Imagen”, “El Siboney” y “Los Paragüitas”, respondieron sin titubear con lo que tenían y con lo que tuvieron que salir a buscar para poder ofertar alimentos a una población angustiada. Las palmas para Carmela, legendaria gastronómica administradora de este municipio que no cobró la caldosa porque “no me alcanzaba la vergüenza para eso, periodista”, según sus propias palabras.
La tarde de este lunes continuaban las pruebas al transformador y hasta el momento del cierre de esta información todas habían arrojado resultados positivos. Cerca de las cinco en punto iniciaba el proceso de llenado y recirculación de aceite, con el fin de extraerle la humedad y elevar el aislamiento. Mientras, una ciudad entera, se desvela en la espera de una conclusión final, y agradece de antemano a quienes, sin mucho ruido, casi inconscientes de la magnitud de su sacrificio, como quien ha perdido la capacidad de evaluar la significación de tamaña labor por “culpa” de la cotidianidad, no viajaron de Troya a Ítaca, pero su gloria fue mayor pues le devolvieron la luz a más de 20 000 cabaiguanenses.
eso pasa por los quita y pon de la corriente, esos equipos no vienen para eso
mis saludos a los linieros
Ha sido una verdadera proeza de los electricistas que trabajaron sin descanso, por eso duele que aunque los agradecidos sean muchos, no falte quien sólo vea las manchas…a ellos MUCHAS gracias, al igual que a las autoridades que sí les importa el pueblo, aunque también algunos no lo vean así. Gracias también a la prensa por su oportuna información durante todo el tiempo.