El 59,39 por ciento de los votantes franceses acudió este domingo a las urnas para la primera ronda de las elecciones legislativas, según el último parte parcial del Ministerio del Interior.
A las 17:00, hora local, la asistencia a los comicios superó todas las expectativas, y para buscar una mayor participación en las parlamentarias habría que remontarse a 1978 (68 por ciento).
Las encuestas habían reflejado el voto de entre el 63 y el 67 por ciento de los más de 49 millones de franceses convocados a las urnas este domingo, pero las nuevas proyecciones apuntan a casi el 70.
En las legislativas del 2022 apenas asistieron un 47,5 por ciento de los inscritos, mientras que en las del 2017 lo hizo un 48,7.
El interés por los comicios se explica por la crisis política imperante en suelo galo, tras la disolución de la Asamblea Nacional por el presidente Emmanuel Macron el 9 de junio.
Macron también llamó ese día a regresar a las urnas, en respuesta a la amplia victoria del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) en las europeas.
El objetivo de las fuerzas políticas en liza es alcanzar la mayoría absoluta en la Asamblea (cámara baja), al menos 289 de sus 577 diputados, lo que permitiría contar con el puesto de primer ministro, en otras palabras, retener el poder, si la consiguiese el oficialismo, o llegar al mismo, en caso de un éxito opositor.
Se distinguen tres bloques principales en liza: RN, favorito de todos los sondeos, su más cercano perseguidor el Nuevo Frente Popular, el cual aglutina a los partidos de izquierda, y la relegada organización gobernante Renacimiento y sus aliados.
Para el oficialismo se cierne un panorama sombrío, ya que Macron podría verse obligado a lidiar con una cohabitación política, un escenario raro desde la instauración en suelo galo de la Quinta República (1958).
La segunda ronda de las elecciones legislativas francesas tendrá lugar el 7 de julio.
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