En Yaguajay Niurka Montesinos es famosa por su repostería criolla (+fotos)

Cuando el visitante llega a Narcisa, asentamiento de esta norteña localidad de la provincia de Sancti Spíritus, y pregunta por Niurka Montesinos, difícilmente alguien responda con certeza, pero si indaga por la «guajira» que más allá de la comunidad de Júcaro hace dulces exquisitos a partir de frutas naturales y guarapo, tendrá respuesta rápida y certera.

   Y es que ella, tomando de la mano tradiciones campesinas vivas en las generaciones de la familia, espanta las limitaciones de estos tiempos y con el jugo de la caña de azúcar, el coco, la fruta bomba, la calabaza china, la naranja agria y otros frutales reanima una repostería muy cubana que deleita a quien ha probado, al menos, una de sus elaboraciones.

   Todo comenzó cuando en nuestra finca La Espinita mi esposo decidió incorporar quehaceres tradicionales casi extinguidos, a partir de lo generado en estas tierra, dijo a la ACN, y, primero, llegó la idea de rescatar el cultivo de caña cintra y media luna, las mismas cosechadas por los abuelos y padres y que se distinguen por su suavidad y dulzor.

   Hecho esto, agregó, comenzamos a experimentar con la raspadura, que en el momento inicial no nos salió, pero persistimos, hasta cogerle el punto.

 Después le agregamos almendras, porciones de frutas, maní, ajonjolí y es hoy uno de nuestros dulces más demandados, precisó.

   Ha sido tanta la aceptación en esta porción del territorio espirituano que Niurka, con la compañía de su esposo Nelson Ríos y sus hijos, ha multiplicado esa repostería criolla.

   A las recetas ya probadas, subrayó, decidimos añadirle las frutas tradicionales, buscando en un primer momento donde estuvieran y tuviéramos acceso, pero unido a ello, fomentando el cultivo en estos predios, que de salinas pasaron a ser altamente productivas por los manejos agroecológicos y medioambientales que con ayuda especializada se han hecho aquí, a escasos 300 metros del mar, detalló.

   Por ese empeño ya rinden frutos un cocal, las plantaciones de maní y el ajonjolí ocupan espacios en la finca y hasta con el llamado calostro de las vacas se obtiene el conocido y muy demandado dulce de boruguitas, un postre mucho más sabroso cuando se hace con guarapo, apuntó está mujer que siempre está creando y cultivando sus espacios.

   La idea es tener a mano, en este escenario productivo, todas las frutas posibles para lograr una producción estable y una mayor oferta, puntualizó Niurka, la caña sigue creciendo y un trapiche a la antigua es el encargado de sacar el jugo que sustituye al azúcar.

   Pocas veces puedo llegar al propio Yaguajay con los dulces, se agotan en el camino de Júcaro a Narcisa, y todo el que va a La Espinita que los ha probado, quiere más, señal de que están deliciosos, refirió jocosamente.

   Pero los emprendimientos de Niurka no quedan ahí, pues de sus manos nacen también hamacas tejidas, otra tradición rescatada y cuyas primeras puntadas aprendió en el momento en que sus dos hijos discutían por uno de estos objetos que le habían regalado.

   Fui a la casa de una vecina, tejedora como yo, y le dije que me enseñara y en cada momento libre las agujetas y el hilo me acompañan, acotó.

   Y en ese empeño permanente, a Niurka Montesinos suele vérsele además entre vacas y terneros, en el jardín de flores y condimentos frescos empinado al borde del ranchón de madera, guano y paredes de piedras o en la cocina que anima con las mejores tradiciones campesinas.