La montaña tiene que volver a ser lo que fue. Esa aspiración se desprende de recorrer los caminos serpenteantes de un bello paisaje, donde el verde y las palmas embelesan, y donde la gente lleva la nobleza a flor de piel y en un gesto de la mano que se alza amorosa y sana para saludar.
Conociendo historias de productores que triunfan y se van expandiendo, y a sabiendas de que el clima de montañas da mucho en cuestiones de cultivos, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó en la mañana de este jueves al municipio de Yateras, en esa suerte de itinerario-taller iniciado en el 2024 y que atravesará el archipiélago -municipio a municipio- para conocer de primera mano cómo marchan programas importantes, en los ámbitos productivo y social.
El primer punto en el recorrido -que también contó con la presencia del miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda, y con autoridades del territorio- fue la granja “Mártires de la Jaiba”, perteneciente a la Empresa Avícola de Guantánamo. Inaugurada en agosto de 1992 por idea del General de Ejército Raúl Castro Ruz, el lugar produce pollos semirústicos para el Plan Turquino Manatí, y forma parte del programa de autoabastecimiento municipal de Yateras.
Se habló sobre diversos temas en la granja, y todos tuvieron como eje común el bienestar de trabajadores y habitantes de la zona; y también la idea -recurrente en estos tiempos, que el Presidente comparte en cada diálogo que se propicia- de que Cuba no puede esperar por el barco para resolver su tema de la alimentación, y que la vocación importadora debe irse convirtiendo, por necesidad impostergable, en una vocación del ingenio, que plante comida allí donde haya un espacio propicio.
La granja visitada, con planta de incubación incluida, cuenta con una treintena de trabajadores distribuidos en áreas diversas, y hoy tiene ante así el desafío de producir los alimentos que demandan las aves para los procesos de incubación. Uno de los anfitriones de la visita, Eider Álvarez Ramírez, había explicado temprano a los reporteros que el lugar cuenta con espacios de gallinas ponedoras, con la planta de incubación, con finca de cultivos varios, y con un sitio destinado a la cría de cerdos de capa oscura.
Los periodistas pudieron conocer que el centro productivo aspira a incursionar crecientemente en la apicultura, y tiene entre sus propósitos esenciales el de explotar la tierra para lograr los alimentos que están haciendo falta. Eider Álvarez también abordó el tema de la proyección social del colectivo, cuyos frutos tienen como destino atender a las embarazadas, al Sistema de Atención a la Familia (SAF), y a espacios de alta sensibilidad como el Hogar Materno.
La conversación fue acompañando el paso del Jefe de Estado por los distintos espacios de la Granja: Se habló sobre el salario de los trabajadores -unos tres mil pesos, que son poco, como dijo el mandatario-; y también se razonó sobre las pérdidas financieras -provocadas porque desde junio pasado se detuvo la incubación por déficit de alimentos-; sobre las utilidades que ya están viendo los trabajadores en lo que va de año; y sobre la necesidad de seguir diversificando producciones.
“La montaña tiene que ser capaz de producir sus alimentos”, expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista en esta visita -que es la quinta a un municipio en Guantánamo-; y recordó que una capacidad acrecentada en lo productivo significará bienestar para los trabajadores y para sus familias.
Una vez puesto al tanto de todo lo que se hace en la granja para rescatar hábitos productivos que se fueron desconfigurando con el paso del tiempo, Díaz-Canel comentó: “Si vuelven a llegar los barcos -en clara alusión a lo que puede llegar desde otras latitudes-, hay que mantener esto”.
Fue ese el mismo tono que marcó las reflexiones en la Unidad Empresarial de Base “Industria Molino Palenque”, un secadero de café que ahora está en pausa y que también tiene el desafío de diversificar producciones. Allí el dignatario preguntó por la posibilidad de sembrar arroz en la montaña, elogió la soberanía que tienen en lo referente a granos, y abordó el tema de emprender el cultivo de la papa si se tienen las semillas adecuadas. “Tenemos que seguir diversificando producciones, insistió, para que la gente gane más y pueda vivir mejor”.
Lo dijo porque la zona está dando plátanos, yuca, malanga, boniato; porque un clima como el de la montaña está preñado de potencialidades y eso debe ser aprovechado.
Por caminos estrechos llegó la visita al policlínico “Fausto Favier Favier”, que abarca a casi una veintena de consultorios médicos y que lleva veinte años inmerso en una inversión constructiva -empeño que no llega a su meta. Y antes de recorrer los espacios del centro de salud, el mandatario intercambió con una multitud que le esperaba, con hijos de Yateras que escucharon una explicación sobre los objetivos del recorrido y lo visto en el camino.
Antes de entrar al policlínico, el presidente cubano preguntó qué falta allí para concluir las labores constructivas. Le explicaron entonces que ahora no hay cemento ni acero. El dignatario recordó que el contrato mediante el cual el centro de salud será restaurado -gracias a una Mipyme- debe estar diseñado con rigor y revisarse letra a letra, para evitar ejecuciones incorrectas.
“Ustedes hacen un esfuerzo tremendo”, expresó el Jefe de Estado a los profesionales de la Salud, quienes ostentan cifras admirables en lo que va de año, a pesar de las dificultades constructivas, y de otros problemas como el deficitario transporte sanitario de montaña: Allí el policlínico ostenta cero en mortalidad infantil, y cero en mortalidad materna, además de una cifra bien baja en lo referente al indicador del bajo peso al nacer.
Desafíos, como en toda Cuba, no faltan en Yateras. Pero las potencialidades y pasos hacia adelante están pesando alentadoramente en la balanza. Por eso cuando el Presidente Díaz-Canel salió del policlínico y volvió a encontrarse con el pueblo comentó a todos: “Con lo que hemos visto, con lo que hemos podido apreciar en la visita de hoy a Yateras, en el contacto con un pueblo como el de ustedes -tan generoso, tan amble, tan educado- les puedo decir que ustedes son tan robustos como esa ceiba”.
Como custodiando al policlínico y a los espacios cercanos, una ceiba gigantesca había llamado la atención del mandatario y había motivado su elogio hacia el modo de ser de los yaterenses. Como sombrilla enorme el árbol dio frescor este jueves a un pueblo que recibió a sus dirigentes con firmeza y con energías. Un pueblo despojado de derrotismos, como pidió Díaz-Canel que sean asumidos estos días difíciles, de los cuales los cubanos sabrán salir con manos e inteligencia propias.
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