Fidel nunca se ha apartado de Escambray (+fotos)

La poesía tomó la palabra. La peña Gente Nuestra, a la que invitaron la Cátedra Honorífica Juan Antonio Borrego, de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, y el colectivo del periódico Escambray, convocó al recuento y al homenaje sincero.

El pretexto, tan vital como su protagonista: el cumpleaños 98 de un líder que sigue vivo en el latido cotidiano de un país, cual gigante capaz de vencer todos los desafíos para permanecer en la Historia.

Presentes, además, los agradecidos de la Asociación de Limitados Físico Motores, la Asociación Nacional de Ciegos y la Asociación de Personas en Situación de Discapacidad Intelectual en la provincia, que evocaron el espíritu humanista de Fidel, preocupado siempre por sus necesidades y sueños.

Reporteros, fotógrafos, fundadores y trabajadores de Escambray en distintas épocas recordaron momentos inolvidables de la presencia del Comandante en Jefe en esta geografía, a partir de aquella primera vez, en la madrugada del 6 de enero de 1959, cuando Sancti Spíritus dejó de ser una ciudad más en el itinerario de la Caravana de la Libertad por toda la isla.

Desde entonces, este territorio lo vio llegar en otras no menos emotivas jornadas, donde no faltaron jamás el intercambio con los espirituanos sencillos, el regaño fecundo o el aplauso merecido.

Renacieron en el intercambio sus palabras a los espirituanos en el acto memorable por el aniversario 33 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en la provincia, en 1986; la recompensa del 28 de Septiembre por el 26 que no fue; los recorridos por obras de impacto económico y social que le cambiaron la vida al territorio; el nacimiento de Centrovisión…

Asimismo, volvieron a estremecer las carcajadas de Fidel en un diálogo inolvidable con el escritor y periodista Tomás Álvarez de los Ríos en una madrugada de sesiones del VII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, su viaje en chispa por el lomerío fomentense, sus encuentros con Manolo —el Puentero Mayor— y hasta aquel vaso de yogur que Juana Rivero le regalara con el don de la humildad y quedara perpetuado en las páginas de El candil que nos acompaña, un tributo convertido en libro que Escambray le dedicara al guerrillero invicto.

Y es que no solo ha de apreciarse la dimensión política de Fidel, sino también su extraordinaria condición humana, evocó el colega Enrique Ojito Linares, promotor de la peña Gente Nuestra. En una mañana de emociones interminables, María Petra Piloto Ballester, directora general de Extensión Universitaria en la universidad espirituana, aderezó el encuentro con una sentencia martiana de fe: “¿Qué ser humano puede resistirse ante el amor? El amor crece y crece…”, dijo;  y, seguidamente, hizo vibrar el escenario con los versos de Carilda Oliver Labra: “¡Gracias por todo, Fidel!”, dejó escuchar y los convocados sentenciaron su devoción con una mirada de luz al futuro.