Fiesta de barrio en la escuela Rafael Trejo de Yaguajay

El plantel, perteneciente al municipio espirituano de Yaguajay, figura entre las tres instituciones de la provincia que ostentan el Premio del Barrio, reconocimiento otorgado por los Comités de Defensa de la Revolución

La escuela primaria Rafael Trejo, de Perea, recibió el Premio del Barrio. (Fotos: Cortesía de Isbel Camacho Martín)

Cada rincón del mundo se precia de una joya que cuidar y Perea también la tiene. La de este paraje del municipio espirituano de Yaguajay es la del saber. Su nombre: escuela primaria Rafael Trejo González, un plantel que abre las puertas al aprendizaje y a la comunidad.

Quizás por ello, no pudo estar situada en mejor lugar. En el mismo centro del pueblo sigue fiel a la arquitectura de su año de fundación, 1996, aun cuando los aires de remozamiento no han faltado para alegrar su imagen y garantizar ese esplendor que irradia por todos los contornos de este sitio rural.

Este centro educativo cuenta con una sala de historia que pone a disposición de los pobladores.
Este centro educativo cuenta con una sala de historia que pone a disposición de los pobladores.

Y aunque en la Rafael Trejo todos los días se respiran lecciones y no falta la satisfacción por educar, en las últimas jornadas la atrapa otro regocijo: la noticia de haber recibido el Premio del Barrio, reconocimiento que otorgan los Comités de Defensa de la Revolución a personas e instituciones con una relevante trayectoria en el quehacer comunitario o en la actividad que realizan a favor del pueblo.  Este acontecimiento llena de orgullo a un centro cuya razón de ser, además de enseñar, es ser faro de su terruño.

PUERTAS ADENTRO

La cobertura docente del centro se encuentra a un ciento por ciento.
La cobertura docente del centro se encuentra a un ciento por ciento.

Para Yudenia Liannet Moya Triana la escuela primaria Rafael Trejo González es como su casa. En las aulas y pasillos de esta instalación docente se ha fraguado como la profesional que es hoy. Han pasado 30 años de la primera vez que puso los pies en este plantel y, desde entonces, no ha hecho otra cosa que prestigiar el magisterio.

“Lograr la calidad de la clase se alcanza con autopreparación. Hay que motivar de forma creativa, amena y sencilla, además de recurrir a medios audiovisuales y de enseñanza, entre otras iniciativas que hagan de ella algo agradable”, refiere la educadora, que imparte el sexto grado.   

Con una cobertura docente del ciento por ciento, dicha instalación impulsa el aprendizaje. Entre los 27 maestros que conforman el claustro se encuentran jóvenes y otros de más experiencia. Todos aseguran el aprendizaje de los más de 100 alumnos que posee.

“El proceso docente-educativo de la escuela es desarrollador, el maestro se convierte en facilitador y conductor del aprendizaje y el alumno es un protagonista activo. De igual forma, tiene lugar en un ambiente favorable. Desde el currículo institucional se organiza el horario docente de una manera única, coherente y flexible, lo que favorece la organización, también se tiene en cuenta el diagnóstico de la institución educativa, de alumnos y docentes”, aclaró Isbel Camacho Martín, director de la escuela por más de 15 años.

Bien lo sabe Lucía Mercedes Melgarejos Alcántara, una de las pedagogas jóvenes del plantel, quien encauza los pasos por esta profesión de la mano de sus compañeros de trabajo. “Me apoyo en los docentes de mayor experiencia para superarme. Sus conocimientos me sirven de inspiración, ejemplo y motivación para lograr mis objetivos como educadora. Su ayuda es un pilar imprescindible en mi carrera”, apunta Melgarejos Alcántara.  

Mas, la escuela primaria de Perea también carga sobre sus hombros tres centros rurales multigrados: Mártires de Bellamota, José Martí, de Los Ramones; y Orestes Bravo Rabí, de Pedro Julio. Y aunque la actividad docente ensalza la instalación, la condición de centro cultural más importante de la comunidad es otro de sus privilegios.

ALMA DE LA COMUNIDAD

El plantel tiene una matrícula de más de 100 alumnos.
El plantel tiene una matrícula de más de 100 alumnos.

“La escuela es el alma de esta comunidad”. Así, en pocas palabras, Diana Sady Rodríguez Paz define la Escuela Primaria Rafael Trejo, de Perea; quizás, porque es testigo de uno de los tantos proyectos educativos que atesora el plantel, en pos de la formación vocacional de las nuevas generaciones.

Tanto es así que, justo en la Fábrica de Tabaco para la Exportación UEB Roberto Rodríguez Fernández, de esta localidad, los más pequeños llegan para conocer la rutina del lugar y acercarse al oficio de confeccionar tabacos. “En la fábrica les mostramos las diferentes áreas y, de una forma amena, les explicamos la importancia que reviste este trabajo para la economía del país.

“No solo trabajamos con ellos como parte del proyecto educativo, sino que los involucramos en los matutinos especiales u otras actividades que promueve la fábrica. Al mismo tiempo nos hemos insertado en clases como testigos presenciales de la faena que realizamos. La fábrica y la escuela se retroalimentan con este vínculo tan bonito”, confiesa Rodríguez Paz, quien se desempeña como operaria de máquina de tiro y lectora de tabaquería.

Unido a estas iniciativas también pone a disposición de los pobladores la Sala de Historia Silvestre Manuel Cárdenas Luna, la única del municipio que recoge las remembranzas de la zona. En ella, inaugurada en 2014, se puede escuchar lo mismo la disertación de Isbel que de algún maestro, y entre las fotografías allí guardadas, se encuentran imágenes del juego de pelota que sostuvo Fidel con personas de Venegas y Perea, en 1968. Sin duda, un lugar idóneo para no dejar morir la historia de este rincón de la geografía yaguajayense.

Por estos y otros logros, la escuela primaria Rafael Trejo recibió hace muy poco el Premio del Barrio. Arasay González Domínguez, coordinadora municipal de los CDR en el norte espirituano, deja claras las razones del lauro. “Todo el que ha llegado alguna vez a esta escuela conoce de la hermosa labor de impacto social y comunitaria que realiza. La Rafael Trejo fue el primer centro cultural más importante de la comunidad declarado en Yaguajay. Por tanto, es un privilegio inmenso que haya merecido dicho reconocimiento”, precisa.

Y mientras Arasay expone los méritos, Isbel no hace otra cosa que agradecer. “Este premio realza nuestro prestigio y nos hace sentir orgullosos de trabajar en esta institución educativa. Además, nos compromete a ser cada día mejores y a que el proceso docente-educativo sea exitoso”, asegura un ser humano que respira por su escuela.

La actividad docente ensalza la instalación.
La actividad docente ensalza la instalación.

Greidy Mejía Cárdenas

Texto de Greidy Mejía Cárdenas

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