Flamencos rosados escogen como hábitat la Península de Ancón

El retorno de las aves al litoral trinitario coincide con los meses estivales

El estado saludable de los manglares es el principal atractivo para el regreso de los flamencos rosados a Trinidad. (Foto: Juan Carlos Naranjo/ Facebook)

Desde hace algunos años el ecosistema costero de la Península de Ancón durante los meses de julio, agosto y septiembre recibe poblaciones de flamencos rosados que pernoctan tranquilamente en ese entorno marino, espectáculo inusual que atrae la vista de lugareños y visitantes.

Llama la atención que el retorno de las aves a estos lares siempre coincida con los meses estivales y escojan para su estancia las mismas lagunas que bordean la carretera que conduce a las playas sureñas.

Dalgis Dueñas Boggiano, especialista de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en el territorio, piensa que el estado saludable de los manglares sea el principal atractivo para el regreso de los flamencos rosados.

“Somos privilegiados por la presencia de esas bellas aves entre nosotros, su llegada a nuestra península es un indicador importante de que el entorno se encuentra en óptimas condiciones, porque estos animales buscan lugares limpios, salud en los manglares, alimentos frescos y variados”, explica Dueñas Boggiano.

La propia fuente supone que estas aves emigraron del refugio de fauna natural de Tunas de Zaza, área protegida administrada por la Empresa de Flora y Fauna, donde existe una de las colonias más grandes de la región central de Cuba.

En torno al establecimiento definitivo de flamencos rosados en áreas costeras de Trinidad, la especialista del Citma considera que esta especie es muy exigente en el proceso reproductivo y tienen que armonizar un grupo de condicionantes para que los flamencos rosados logren establecerse definitivamente, pues viven en colonias.

Por el momento, se activa la alerta roja para proteger de cazadores furtivos a los más de 10 ejemplares de flamencos rosados que decidieron romper la rutina y escaparon de la colonia para disfrutar nuevos entornos, donde al parecer, la vida es más apacible.

Existen seis especies de flamencos, el rosado es el que habita en Cuba. Los colores de sus plumas varían entre el blanco, rosa, rojo y naranja en dependencia de su alimentación.

Juan Carlos Naranjo

Texto de Juan Carlos Naranjo

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