Fomento —esa comarca nacida y criada prácticamente a los pies y hacia las costillas de la serranía del Escambray—, es un lugar apacible, donde el ambiente campestre se entreteje con la urbanidad, en una armonía auténtica que fluye como las aguas de su majestuoso río Agabama.
Los anales enriquecedores de sus tradiciones incluyen pasajes relevantes de la Historia patria, fundamentalmente desde el Complejo Histórico de Manaca Ranzola, donde durante la guerra de los 10 años el general Máximo Gómez estableció campamento.
Después, en la contienda del 95, en determinados momentos, el lugar sirvió como cuartel general del Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador. Y, a finales de la década del 50, durante la guerra de liberación nacional, se utilizó nuevamente con esos fines, en este caso por las fuerzas guerrilleras del movimiento 26 de julio.
El comandante Ernesto Guevara aprovechó las cualidades tácticas y estratégicas de Manaca Ranzola, donde se podía operar directamente hacia varias poblaciones del centro de la isla o subir a las montañas en caso de retirada.
En noviembre de 1958, el Che se estableció aquí con su Comandancia, desde donde se rechazó lo que se conoce como la Ofensiva del Pedrero y se inició la Campaña de las Villas. En las cercanías del lugar, además, se firmó el histórico Pacto del Pedrero.
Fomento ha parido no pocos hijos de renombre que enaltecen a este municipio: desde María de la Caridad Martínez y Rafael Sorí Luna, patriotas vinculados a las guerras de independencia; hasta Ricardo Santana, asaltante al cuartel Moncada y Gustavo Castellón (El Caballo de Mayaguara).
Pero estas tierras también han sido pródigas en el talento científico y cultural: aquí nació Pedro Mas Lago, considerado el padre de la virología cubana; e intelectuales de la talla de Virgilio López Lemus y Senel Paz, entre otros.
Con semejantes columnas, los fomentenses de hoy echan pie en tierra para salir adelante con una economía que se basa, fundamentalmente, en el sector agropecuario y la explotación del mármol.
Con alrededor de 474 kilómetros cuadrados de extensión, 34 asentamientos con una población de unos 31 mil 100 habitantes, buena parte de Fomento se encuentra enclavada en el área montañosa del plan Turquino.
Los cafetales de la zona aún no rinden lo esperado y en este momento se potencia la siembra con variedades más productivas; en tanto en el veguerío se reajustan las contrataciones para lograr mayores siembras y cosechas.
Por su parte, las producciones de cultivos varios aún no satisfacen la demanda, pero los ganaderos han empujado el rebaño hasta lograr el autoabastecimiento municipal y entregar a la industria más de 3 mil litros.
Por su parte, la Unidad productora de mármoles logra alcanzar sus planes, a pesar de las afectaciones energéticas y de combustible, que en general transversalizan todos los resultados económicos del territorio.
Aquí no se alcanzan las ventas netas previstas, ni la circulación mercantil minorista, pero los ingresos cedidos por concepto del pago de tributos se sobrecumplen y todas las empresas logran utilidades, excepto la Agroforestal Ramón Ponciano, actualmente en proceso de reajustes.
En el actual escenario, en medio de tantas limitaciones materiales, la principal insatisfacción de los fomentenses se relaciona con el abasto de agua porque no cuentan con sistema de acueducto y durante la sequía es preciso abastecer con pipas a más de 10 000 habitantes.
En este sentido, el panorama ha comenzado a mejorar con la instalación este año de más de una decena de bombas nuevas por el programa del cambio de matriz energética, que ha beneficiado a varias comunidades y barrios del propio pueblo de Fomento.
Aquí también sueñan con el restablecimiento de la ruta de ferrocarril que los enlaza con el poblado de Placetas, paralizado hace más de una década por la rotura de varios puentes y cuya solución aún no aparece a la vista.
Las prioridades de la gestión gubernamental aquí también se concentran en el mejoramiento de algunas comunidades vulnerables y en los sectores con mayor impacto social, como la salud y la educación; así como en proyectos de desarrollo local, con vistas siempre a sacar adelante al terruño.
*Para la realización de este trabajo Escambray agradece la colaboración de Bárbaro Pérez Colina, historiador de Fomento, y de Yordanis Sol Ramos, intendente de ese municipio.
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