A plena luz del día, en la intersección de las calles Tello Sánchez y Cuartel, en las cercanías de la Avenida de los Mártires de la capital provincial, fue frustrado hace apenas unas horas un robo con violencia.
La persecución había comenzado a poca distancia, mientras los vecinos del edificio 4 de Olivos 1 participaban en un trabajo voluntario para limpiar la cisterna de la comunidad, según cuenta Norma Julien, la víctima del robo.
“Ya se había recogido todo y se habían retirado, pero yo estaba agachada abriendo una zanja. Sentí que me halaron fuerte la cadena y veo que me la habían reventado -describe-; cuando miro, veo los tres muchachos corriendo y salí corriendo detrás de ellos y gritando: Atájalos, que me llevan la cadena”.
Entonces todo el que escuchó se sumó a la persecución que atravesó hasta la Carretera Central, a unas dos cuadras.
“Todos los Olivos se movilizaron -narra Norma-, me monté en un motor y los cogimos detrás de la tienda de merma. Cogimos a uno, otro grupo que se había incorporado a la carrera siguió corriendo y cogieron al otro, que era el que llevaba la cadena, todos jovencitos. Luego la delegada del MININT (primera coronel Dorisbel Martín Ojeda), que estaba cerca en una reunión, me recogió en el carro y me trajo para la casa”.
Y fueron muchos los que corrieron para capturar in situ a los ladrones, tal como describe la víctima. Entre ellos, el doctor Alex Luis Gómez Bermúdez: “Acababa de entrar a la casa, pues venía del trabajo, en el Policlínico Centro. Siento a los vecinos y a la mujer que están gritando: Cógelo, cógelo. Este no es un lugar donde suelen pasar esas cosas, salgo y veo a varios conocidos que estaban cayéndole atrás a los muchachos que intentaron robar y me mandé a correr. Yo me dije: Algo pasó, o entraron a una casa a robar o atacó a alguien en la calle. Yo corrí sin saber lo que estaba pasando o lo que estaban buscando”.
A derechas tampoco lo supo en un inicio, pero el teniente coronel Elionel Plascencia Castillo, jefe de una unidad operativa de la Seguridad del Estado, también se unió a quienes corrían. “Nos encontrábamos en el Gobierno Provincial como parte de las acciones que realizamos por la evacuación y nos avisan sobre el arrebato o robo con violencia en las proximidades del gobierno. Ahí vimos a la población cayéndole detrás a unos jóvenes y salimos inmediatamente”.
A unos metros del lugar de los hechos y a escasos minutos, se le dio captura a los ladrones. “La misma población colaboró en la captura, se cogieron cerca del punto de la merma en el reparto La Ford, de ahí fueron llevados a la Primera Unidad de la PNR”, cuenta el teniente coronel.
Para Alex, el doctor, había tenido la carrera que hacía rato no experimentaba.
“La mujer me dice: búscame la medallita que ellos tienen la medallita y era verdad, se recuperó la cadena y la medallita. Con la ayuda de todos, los pudimos atrapar. Unos iban en moto o motorina, otros en bicicleta. Incluso uno de los muchachos iba armado con arma blanca, uno tendría como 13 años. Cuando la policía llegó nosotros los teníamos custodiados para que los pudieran identificar y no pudieran decir que no eran ellos”.
Y el bullicio de minutos antes para atrapar a los ladrones, se trastocó en instantes cuando el pueblo llenó la mañana de aplausos e iluminó una jornada marcada por un apagón eléctrico, pero no del alma.
“Nos aplaudieron a todos -dice el teniente coronel-, esto nos demuestra que aun en los momentos más difíciles el pueblo está con el Partido, el MININT, el gobierno, la Revolución. Entre todos vamos a seguir manteniendo la seguridad de la Revolución y la tranquilidad ciudadana”.
Y Alex, que personifica la heroicidad de todos, piensa que apenas asumió un deber y no acepta el calificativo de héroe: “Le dijimos a la mujer que si hacía falta testimonio en la policía, lo dábamos, pero no hizo falta, porque con un acto de repudio así en plena calle, se sabía que eran ellos. Corrí porque hay que ayudar a las personas, porque me puede pasar a mí también y, si no los cogemos, mañana vuelven por aquí. Es el sentido de ayudar a los demás”.
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