Ya convertidos en equipo, los Gallos viven su sexta semana de preparación con vistas a la Serie Nacional 63, que debe arrancar el 9 de marzo. Desde sus nombres y, a pesar de novatos, caras nuevas y el regreso de algunos, el elenco es similar al que logró, contra no pocos pronósticos, el sexto lugar en la pasada campaña y el quinto en la II Liga Élite.
Guiados por la maestría de sus dos íconos: Frederich Cepeda y Yunier Mendoza, los Gallos buscan que otra vez los números, más que los nombres, hablen por ellos, en atributos como el poder al bate: en la campaña 62 fueron cuartos en extrabases: 117 dobles, 15 triples y 45 jonrones, pese a ser decimoterceros en bateo: 275.
“No tenemos esos grandes jonroneros, pero contamos con el retorno de Carlos Gómez que puede ayudar en la ofensiva de largo metraje al igual que Lázaro Fernández, Alexis Miguel Varona y Alejandro Escobar”, abunda Daniel Zerquera, preparador físico.
“Hemos trabajado más la fuerza explosiva, porque otras veces le hemos dado mayor prioridad a la fuerza rápida; creemos que eso, más los saltos pliométricos, puede contribuir. Priorizamos las acciones integradoras que se exigen a nivel de país e internacionalmente, no hemos hecho tanto volumen como antes y nos enfocamos en acciones de juego de béisbol. En los topes entrenamos las aceleraciones de swings, lo que garantiza arrancar bien la preparación y mantenerla en la competencia”.
A tono con la tendencia general, la defensa fue discreta: 969. De ahí que los reflectores se hayan enfocado hacia allí, al decir de Héctor Rafael Huelga, coach de banca y Rafael Muñoz, uno de los auxiliares. “Insistimos en los tiros, las jugadas integradas tratando de que estas sean lo más parecido al juego de béisbol, tenemos tres variantes para el siol, cuatro para tercera y dos para segunda.
Con cuatro muchachos muy “verdes”, la receptoría parece encender algunas luces que Daniel Zerquera prefiere apagar: “El año pasado Yadiel Cabello suplió la ausencia de Yunior Ibarra y lo cumplió con creces, fue de los receptores que más pararon corredores en el robo, trabajamos con Alexei Febles, que viene bien de los juveniles. Con cinco juegos casi seguidos, Cabello lleva descanso”.
Lo de “verdes” también se puede aplicar al área de pitcheo, donde ocho de los 17 lanzadores tienen cuatro series o menos. “El campeonato vuelve a ser bien riguroso y enfrentar cinco juegos casi seguidos es algo difícil, pero los nuevos tienen calidad —asegura Freddy Mario Rodríguez Campos, al frente del área de pitcheo—. Desde el inicio se hizo trabajo individual, con acciones para subsanar errores en la mecánica, por suerte tenemos excelentes entrenadores en categorías inferiores, pero siempre hay cosas que corregir. Muchos traen defectos técnicos que repercuten a la hora del control, que es el todo del lanzador, al haber podido lanzar todo lo necesario en la práctica de bateo, lo hemos suplido con labor de bullpen y bipilay, que es lo moderno. En cada salida les damos tareas específicas, tantos lances en determinada zona de strike y corregimos al final”.
Y más que de un líder de staff, prefiere hablar de varios: “Isaías Grandales, José Eduardo Santos, Alex Guerra, Ariel Zerquera, Yankiel Mauris, Yanielquis Duardo”.
Desde el puesto médico, el doctor Remberto Pérez Farfán afirma que el estado de salud es bueno, aun en los casos de los que regresaron, como Santos. “No hay lesiones, casi todos andan en su peso adecuado”. Le preocupa, eso sí, la alimentación, como a Daniel García, que ha debido “hacer adecuaciones, aunque se ha cumplido la preparación, estamos enfocados en un resultado, por tanto, en cuestiones colaterales no nos detenemos”.
Según el propio Remberto, “no es un caos porque sabemos por lo que atraviesa el país, pero la alimentación no ha estado a la altura que debe estar, ha faltado la merienda. Alimentarse bien es una base para el rendimiento, para la aceptación de las cargas de entrenamiento, las capacidades”.
Otro reclamo es la atención que traduce Rafael Muñoz: “El equipo precisa de más acercamiento de las autoridades de la provincia”.
La luz roja está encendida, también, en la tríada médica, mucho más en un equipo perseguido por maleficios y fantasmas. Los Gallos no cuentan con psicólogo, algo que no parece desvelar a Lázaro Martínez, en su segundo año como mánager: “Todos somos psicólogos porque hay un jefe de área en cada posición”. Y avanza su “terapia”: “El objetivo es jugar día a día. Es un equipo joven y basaremos el juego en la velocidad; toque de bola, amago de toque y bateo, robo y esas cosas, conversamos mucho con ellos, confianza, unidad y disciplina siguen siendo las palabras claves. Sabemos que les faltan otras cosas, pero nuestro objetivo es clasificar”, concluyó.
Me pregunto ¿por qué no hay psicólogo en el equipo?.
Los que seguimos la pelota desde siempre sabemos que no se ha ganado campeonato entre otras cosas por el factor psicológico. Se juega bien con resultados en la serie y en los finales perdemos. Por eso considero no acertada la expresión del director del equipo de que todos son psicólogos, nada mas lejos de la verdad, pues la psicología es una ciencia y una profesión que solo aquellos que la han estudiado están capacitados para su práctica.
Esto merece una explicación y una reflexión del INDER en la provincia.
Confiemos en el resultado, adelante los Gallos, saludos.