En Facebook son los Gigantes sobre ruedas. En el patinódromo espirituano, donde ya parecen un enjambre entre patines, también.
Con sus bellos trajes desde los pies hasta la cabeza adornan las calles de la ciudad como cuando el pasado cuatro de abril saludaron sobre ruedas el cumpleaños de las organizaciones juveniles y pioneriles o el catorce celebraron el día del patinador.
Han crecido en poco tiempo y no solo en estatura física y etaria; también, deportiva. Lo demostraron hace poco cuando animaron el Varadero Skate Marathon, donde le extrajeron a la pista varias medallas. Lo han conseguido en poco tiempo desde que un pequeño grupo de unos cinco o seis niños comenzaron a dar sus primeros patinazos en el proyecto que lidera la entrenadora Elsa María Quintero Bernal, otra “niña” de 22 años.
“Llevo un año en este proyecto, empezamos con cinco o seis, después vino el amiguito o el vecinito, el niño del aula y ya somos de 20 a 25. Realizamos actividades en las escuelas, entrenamos todos los días, estamos tratando de participar en todos los eventos que nos invitan, organizamos los nuestros e invitamos a niños de Cabaiguán y Trinidad”, refiere Quintero Bernal.
La experiencia de la práctica del deporte desde los nueve años, primero con Olga Palacio y luego con Lázaro, El Pirri, García, ya fallecido, le ayuda. Pero nada es comparable con esta faena de “torear” locos bajitos: “Es complicado, como atleta eres tú nada más, aquí soy yo y los niños, tienes que pensar por todos ellos, son tres categorías de cinco hasta 12 años, pero con paciencia y trabajo se ha podido lograr. Tenemos buenos rivales en Trinidad y Cabaiguán, se ha logrado masividad”, comenta la entrenadora.
Y Varadero los probó a todos. “Fue mi primer evento, asistimos con 24 niños, obtuvimos una medalla de oro en 100 metros, 9-10 años; bronce en esa misma distancia, en 6-8 años, y plata en los 13-15. Pero lo más importante es que todos los atletas corrieron los 10 km, es fuerte, mucho más para ellos que son pequeñitos, pero todos lograron su meta, que era terminar esa maratón. Ese el primer gran resultado, estaban nerviosos, era su primera gran competencia con más de 250 personas”, asegura Elsa con entusiasmo.
Ellos, los gigantes, hablan con orgullo y desenfado de sus éxitos, aunque los mayores deberíamos aprender del rigor de su autoevaluación. Xaviel Daniel Lozada Pontigo, el campeón de Varadero, lo muestra: “Me esmeré y le di rápido a los patines para ganar, me sentí feliz porque era una cosa que yo quería. Fíjate que mi mamá lloró de felicidad”. También lo saben el medallista de bronce, Anubis Junior Rojas Hernández: “Fue una competencia dura, me cansé un poquito, pero me fue bien”; Chanaya Amanda Abreu Medina, a quien le quedan cortos sus 8 años: “Soy de los grandes, en Varadero hice todo lo que pude. Me hice un troncón de ampolla, para mí que me quedé atrás, pero llegué”; y Luis Mauro Furgel Salgado: “Cuando empecé me ganaba toda la gente, pero cogí el quinto lugar en los cien metros y en la maratón… no sé, pero entré”.
Asoman las seis de la tarde y el graderío del patinódromo parece un abejeo. Son los padres, abuelos, familia, los verdaderos titanes. Son algo más que los simples espectadores, como dice una de las madres, Yunay Campos Madrigal: “A Naila le encanta y lo disfruta. Es verdad que todo es bien caro, pero nos empeñamos, corremos con los gastos de todo, aquí en la pista solo somos espectadores”. Junto al disfrute del título de su hijo Adialys Pontigo, sopesa el sacrificio: “Le compramos muchos patines hasta tener estos. Para ellos es duro, son horas y horas de entrenar y cuando llegan es a bañarse, a comer y hacer las tareas; pero cuando llegan estas medallas, el sacrificio ni se siente. El oro fue una sorpresa, por eso lloré”.
A lo que llaman sacrificio tiene nombre y apellidos. Lo corrobora Vladimir Duardo Duardo, algo así como el delegado del grupo: “Cuando llegué eran pocos, convocamos a través de las redes sociales al que, por supuesto tuviera las condiciones, un par de patines, aunque fueran de uso y así fueron llegando. Somos una familia muy unida todos los padres. Nos planificamos qué vamos a hacer, cómo vamos a ir cuando viene un evento, dónde nos vamos a hospedar, que lo hacemos en hoteles de Isla Azul, que son los más económicos. Es un deporte supercaro, cualquier par de patines anda por los 200 dólares americanos; los trajes, por los 35, la rueda, los rodamientos, todo viene del extranjero, de Colombia preferiblemente. Mi hija Zamira Salet es la más pequeña, comenzó con tres años casi sin saber montar y ya hace maravillas con los patines, ya tiene eventos internacionales, es un orgullo ver cómo avanza”.
Para la abuela Fernanda Zulueta, esta puede ser una consulta de las más estimulantes en sus décadas como psicóloga: “Ha sido una experiencia gratificante ver cómo los niños se empeñan en practicar este deporte que es fuerte, pero empiezan desde edades tempranas. Hay una integración de los padres, los abuelos, la familia con la entrenadora, que es muy joven, pero aglutina muy bien a todos y se ha hecho una gran familia. Los niños se van disciplinando, van teniendo resultados y estimula esta práctica”.
La pista no ofrece el mejor de los rostros, necesitada como está de remendarse otra vez. Por eso Elsa María refiere: “Hacemos lo que podemos, no hay de otra, para que las personas vean que es importante”.
El eslogan Cuando tus piernas estén cansadas, patina con el corazón, se corporiza ante ellos. Todos son gigantes por levantarse sobre ruedas cada vez que una caída intenta lastimar sus sueños en esta edad en que todas las barreras parecen derribarse con el sudor y la sonrisa tras vencer kilómetros y kilómetros sobre las pistas.
Excelente trabajo en la formación de estos talentos deportivos
Reconforta ver que entrenadora tan joven tiene los avances que se propone en tan corto tiempo y con el amor que le pone a sus muchachos. Es de reconocer el trabajo de esa muchachita de 22 años frente unas edades dificiles de dominar pero ya logrado. Seguro los exitos en competencias venideras vendran, por el gran esfuerzo y dedicacion de todos los involucrados, padres, alumnos y profesora. El INDER debe murar al futuro con resutados en este deporte, que ya se ven. Muchas felicidades muchachita de 22 años y Elsa gracias por un trabajo tan bonito
Todo lleva sacrificio y esfuerzo pero los niños saben agradecer, cumplir y ocuparce, son fuertes y lo dan todo por cumplir sus sueños, para alante CAMPEONES
Muy bonito y abarcador escrito, soy uno de esos padres de esos gigantes y aunque lleva poco tiempo ya se ven los frutos del sacrificio de ellos, de nosotros sus padre y de su entrenadora. Hubo un padre que me dijo que ya me había picado el bichito de ver crecer como mi niña avanza y le doy la razón porque es como adicción, ya cuando llegan las 5:00 pm ya yo estoy pendiente de que ella tenga todo listo para llevarla a entrenar. Gracias y un abrazo a esa familia de la cual ya me siento parte.
Ellos ponen todo su esfuerzo y se esmeran 👍🏅